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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

5
Ene
2010

Atentados eucarísticos y atentados fraternos

16 comentarios

Cada vez estoy más convencido de la necesidad de una buena cultura religiosa, al menos en los cristianos. Para evitar afirmaciones que, quizás dichas con buena voluntad, resultan aberrantes y hacen odiosa la religión. No es fácil desprenderse de la sensibilidad y, sin duda, algunos temas, tocan muy de cerca la sensibilidad de mucha buena gente. Por eso es todavía si cabe más importante una buena formación, para controlar dentro de sus justos límites esa sensibilidad.

No hace mucho, Lucía Caram lamentaba que hubiera personas que iban a la caza de políticos que se confiesan católicos, para comprobar si se atrevían a comulgar tras haber votado leyes contrarias a la moral católica. En este asunto, me importa la reacción de uno de sus lectores, que argumentó que el cuerpo de un bebé es menos inocente que el cuerpo de Cristo y tomar sacrílegamente el cuerpo de Cristo es algo así como una pederastia eucarística. Es una reacción extrema. Pero enlaza con la sensibilidad de quienes consideran que profanar la eucaristía es mucho más grave que un atentado contra un niño. Y no es así. Porque en la Eucaristía Cristo está presente “sacramentalmente”, bajo la forma de pan y de vino. Si se profana el sacramento, nunca se manipula a Dios, ni se hiere físicamente a Cristo.

Dicho de forma provocativa: si se pincha la hostia consagrada, de allí no sale sangre, porque no la hay. Una cosa es que el sacramento merezca un gran respeto y otra confundir los planos y pasar de lo sacramental a lo físico, deduciendo que una profanación del sacramento es una herida al Cuerpo de Cristo, supongo que al celestial (porque mundano ya no lo hay) y, por tanto, es más punible que una herida al ser humano, dada la mayor dignidad del ofendido. Cada vez que intentamos manipular a Dios, solo nos encontramos con el mundo. Y a través del mundo, sobre todo a través del prójimo, es como nos encontramos sacramentalmente con Dios. Por eso, se puede y debe decir que un atentado contra el ser humano es un atentado contra Dios. Lo que no se puede ni debe es comparar un atentado contra el sacramento con un atentado contra el ser humano, porque no hay atentados directos contra Dios.

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¿politica ...eucaristica?
5 de enero de 2010 a las 08:33

En el fondo la cuestión es politica. Lucía Caram quizá levantó la liebre antes de lo que muchos hubieran deseado, pues se habla de Bono como recambio de ZP. Y claro, la CEE sector Rouco puede poner a caer de un burro a un filo, o sin filo presunto masón. Pero a ver como justifica lanzar trabucazos sacramentales contra un presidente que se declara católico practicante, aunque sea del sector Vat II. Y a Bono lo ha recibido el Papa en audiencia privada. Para los de tortícolis vaticana.
¡ Blogger, esto si que es empezar el año calentando motores...por lo del frío claro, y por si alguien pensaba que iba a cerrar el chiringuito !
Saludos cordiales

JM Valderas
5 de enero de 2010 a las 12:05

Yo creo que deberían contestar quienes me impulsan a ello. No me apatece en absoluto aparecer como el malo de la película aun cuando los errores sean de aurora boreal. ¿En qué consiste el cuerpo celestial de Cristo, sino en cuerpo físico resucitado? Cuando dice esta es mi sangre, ¿no se refiere a una sangre con hemoglobina, para entendernos? El problema está en ignorar qué sea presencia sacramental. Ahorrémelo quien puede acceder a las Actas del Concilio de Trento o a la misma tesis doctoral del recién fallecido Schillebecks. No entro en el quiebro a Caram, cuya doctrina sobre el aborto y el mal menor aducido en favor de Bono es tan disparatada como turbia la postura de ese político. Por lo demás no tengo ningún empacho en llamar mentecatez a la asociación del Vaticano II con la postura de quienes pisan el derecho natural. Santo Tomás de Aquino tampoco lo tuvo en un caso parecido.

Y repito, mójense quienes deben mojarse.

Catalina
5 de enero de 2010 a las 14:12

No se puede juzgar a nadie, no somos quien. Aunque siempre puede existir el escandalo de los debiles

josecarlos
5 de enero de 2010 a las 15:48

En Segovia en la iglesia del Santísimo Sacramento (antigua Sinagoga del casco viejo), existe un cuadro gigantesco custodiado por las hermanas clarisas, que representa a unos hebreos arrojando al fuego la ostia consagrada; cuando la forma eucarística toca el fuego, empiezan a saltar brasas de la lumbre y todo el espacio en el que se ha producido el acto empieza a incendiarse. Los judíos aterrados empiezan a arrodillarse y a rezar, otros intentan escapar como pueden por la ventana, en fin que la dichosa gracia de arrojar la ostia consagrada al fuego, acaba produciendo un desastre real y simbólico al mismo tiempo. Real, en el sentido del incendio que se produce en la estancia y Simbólico, en el del complejo de culpa que les provoca haber atentado contra algo sagrado para los cristianos. En la época en la que se narran los hechos, las mujeres eran asistidas por comadronas y los niños nacían en sus casas; haber abortos los habría, pero de lo que si que estoy seguro es de que no había leyes que los implementaran. Los atentados a símbolos religiosos continúan hoy día produciéndose entre creyentes exaltados por su Dios, pero incluso entre estos se protege instintivamente el derecho a la vida. Celebrar que existo y discernir que lo hago porque he sido creado, no me hace mejor ni peor que mis semejantes pero si distinto; distinto sobre todo de todos y todas a los que se les interrumpió su vida cuando ya latía el esbozo de un cuerpo y la ilusión de un espíritu.

lector
5 de enero de 2010 a las 16:36

A veces me pregunto qué es lo que se pretende en estos blog de dominicos.org. ¿Llamar la atención? ¿Plantear un debate sin ofrecer soluciones? ¿Suscitar temas de actualidad para aportar entre todos una respuesta coherente y teológica?... No sé qué decir. Un ignorante lector.

Desiderio
5 de enero de 2010 a las 17:09

Pues sí, creo que no tiene sentido esa casuística sobre qué es lo más grave, cuando si ofendemos a uno de esos pequeños estamos ofendiendo al mismo Jesucristo. No tiene sentido plantearnos estos debates. Yo creo que hay que intentar vivir de forma íntegra y global nuestra fe, y no ir con esas particularidades que me parece que nos complican más que nos ayudan: y como muy bien se dice en el post, todas estas discusiones son del mundo más que de Dios. ¿Qué ocurre, que si, en una de esas situaciones hipotéticas extremas nos obligaran a elegir entre atentar contra la hostia o atentar contra un bebé, elegiríamos atentar contra el bebé? ¿Esperaría Dios eso de mí? Ya digo, para mí no tiene sentido.
Por otro lado, me surge una duda a raíz del post: entiendo cuando se dice que, lógicamente, de la hostia no sale sangre cuando la pinchamos, pero ¿qué se quiere decir cuando se afirma que Jesucristo está realmente presente en ella?; si decimos que está a nivel sustancial, ¿está de verdad o no, aunque no esté corporalmente?; aunque no podamos hacer mella al Cuerpo de Cristo, ¿estamos atentando directamente contra Él si, por decirlo así, profanamos la hostia?

fray José Mª Esteve,op
5 de enero de 2010 a las 20:00


Naturalmente que el aborto es un pecado grave, algo que repugna, aunque hay sectores que se sirven de esa malisima ley, para llevar el agua a su molino.Se está poniendo muy de moda, avanzar retrocediendo todo lo que se pueda a tiempos anteriores al Vaticano II. Se añora los tiempos felices del nacionalcatolicismo.
Todo lo negro que está pasando en la Iglesia es responsabilidad del aggiornamento del Vaticano II.
Tienen razón en querer retroceder,pero a la primitiva Iglesia,donde estaba presente Jesús de Nazaret.

Bernardo
5 de enero de 2010 a las 23:41

Y cosas peores que veremos. El dualismo gnostizante que está detrás de todas estas interpretaciones torcidas de los sacramentos nos llevará a tener que abrir algún día un duro debate para reformular la fe. No se trata de cambiar nada, sino de expresarlo con los términos de hoy, los únicos que pueden ser válidos. Ni sirve el lenguaje griego, ni el medieval, ni el decimonónico; hoy sirve el de hoy, pero a la luz de lo que fue el origen de nuestra fe, no sólo de ciertos desarrollos posteriores lastrados por doctrinas que nada tienen que ver con el acontecimiento de Jesucristo.

Bernardo
5 de enero de 2010 a las 23:50

Estimado Desiderio: no debemos confundir "real" con "físico-químico". La presencia real implica que tiene capacidad de influir en nuestra realidad, pero no de forma mágica o mediante un constante milagro, sino mediante la experiencia de la comunidad en la cominión epiclética del Espíritu Santo. Jesús quedó para siempre en la realidad humana por su integración plena en ella, de poco sirven las artilugios metafísicos griegos para explicar la vivencia holística semítica de la realidad. Estamos en el terreno de la poesía, de la mística, del misterio, de lo sagrado, no de la ontología griega.

oh Jerusalem !
6 de enero de 2010 a las 08:53

La copa de la Nueva Alianza en mi sangre (Lc 22,20) se sigue derramando en los otros cristos, los violentados, los excluidos, Cristo prolongándose en una Encarnación continuada y siempre actual. A Mí me lo hicisteis. La Eucaristía no finaliza con el "podeis ir en Paz". Sale del templo y se prolonga en Vida Encarnada.

En tiempo de tender puentes, no se comprende demasiado la voluntad de desempolvar pasajes históricos que pretenden levantar muros. Toda tradición religiosa necesita de su propia autocrítica para seguir siendo actual, actualizada. Tambien el cristianismo-católico guarda silencios y violencias infringidas por asumir y reconocer. Vigas y pajas las hay en todo ojo. Menos en el de Dios. Y el miedo a perder identidades de antaño, ya caducas, no suele ser buen recurso argumentativo.
Son tiempos de Odres Nuevos, que requieren creatividad, raices profundas. Los apegos al pasado son germen de fundamentalismos ajenos al espíritu de las Bienaventuranzas. Temor a perder una identidad que es siempre Nueva, y debe ser re-novada como Nuevo es siempre Jesucristo y su Mensaje. Y a este mensaje siempre Nuevo le debe corresponder un lenguaje nuevo, que refleje el momento actual y real de este 2010 que ahora comenzamos, y que Dios quiera sea tambien de Paz Dialogada. ( De acuerdo contigo, Bernardo)

Un recuerdo especial a nuestros hermanos cristianos ortodoxos en esta celebración de la Epifanía. Que su Luz nos ilumine a todos

saludos cordiales

JM Valderas
6 de enero de 2010 a las 19:26

No debiera. Corresponde a quienes quieren que les saque las castañas del fuego. Y te repiten la voluntad del Pontífice de salir a la palestra cuando el contenido de la fe aparece distorsionado. Sé que me volverán a recriminar que me defienda, pues el post no es mío (ni lo quiero). Pero no he aprendido todavía a poner la otra mejilla. Antes de que alguno de los que aquí firman se asomara a un libro de teología, resumía yo para mis "fratres" la eclesiología de Tillard, obtenida de apuntes pirateados de Montreal. Y lo completaba, desde el punto de vista histórico, con los libros de Du Cerf. ¿Diré nombres de los que loo usaron o tendrá alguno la gallardía de confesarlo? La teología, enseña el neopositivismo, en su mejor vertiente witgensteniana, debe huir de la palabrería como de la peste. Y algo he intentando aportar sobre la naturaleza genuina de la teología y su método. Conociendo el pasado, hasta la médula, y estudiando sus relaciones con la ciencia, es la única forma de hacer teología actual. Usar sin propiedad conceptos de genética, ecología, física de partículas o cosmología, como aquí se hace a menudo, no es ir al pasado, es caer en ignorancia supina con ridiculización del mensaje revelado.

Bernardo
6 de enero de 2010 a las 20:41

Creo que me estoy perdiendo algo o que me he vuelto absolutamente idiota. La dos intervenciones del señor Valderas me dejan con la sensación de que algo está sucediendo y yo no lo entiendo. Estimado señor Valderas, ¿podría hacer usted el acto caritativo cristiano de remedar mi supina ignorancia en este tema? y de paso dejarse de insinuaciones y hablar claro.
Atte.

a quien pudo haber sido y no es
6 de enero de 2010 a las 22:14

Sr Valderas :
-Cada comentarista responde por si mismo. Es de aurora boreal y un menosprecio al autor del blog - Maestro en Teología, ¿ recuerda?- siquiera insinuar que se esconde detrás de comentaristas, para no dar la cara. Sino le responde, que es lo que usted espera, en un sutil intento de manipulación del blog, es porque sencillamente no lo cree pertinente.

- Y visto que es muy dado a sacar a relucir su curriculum: ¿ Que fue dejando por el camino hasta llegar a la actitud que sigue mostrando en sus apariciones por este blog. Parece ser que le cuesta ser un comentarista más. Quizá va siendo hora de que alguien de su categoría y altura intelectual escriba su propio blog, y deje de menospreciar a los demás,mostrando falsos victimismos, y actitudes de " no sabe usted con quien habla". Los tiempos ya son otros.

- El único que ejerce función de moderador es el autor del blog. Ya resulta cansino sus apariciones que pretenden ser el control de calidad en defensa de la fe. Nadie le llamó para apagar ningún fuego.

- En sus intervenciones se adivinan asuntos personales por resolver. Hagaselo mirar, y deje de dar la brasa por favor. La ignorancia supina no será usted quien la haga docta, se lo aseguro.

un saludo

JM Valderas
6 de enero de 2010 a las 22:54

Miente quien diga que yo espero respuesta de nadie. A mí los títulos me dejan frío. Y me atengo al contenido de una expresión: si es un disparate de aurora boreal, lo llamo de aurora boreal. La explicación del cuerpo glorioso de Cristo en el post lo es. No digamos la pormenorización de la teología sacramentaria.

Miente quien diga que hago victimismo. Se me está acusando de cavernícola o algo parecido y creo que tengo derecho a decir que antes que cualquiera de esos que me acusan de tal, había traído la ´teología del concilio (y de Concilium) en mi limitada esfera levantina.

Miente quien suponga intereses o frustraciones ocultas.

Y hastiado de banalización de la Teología, seguiré repitiendo que la evidencia de ignorancia supina en ciencia constituye un mal servicio al evangelio.

Y seguiré repitiendo que banalización de la Teología es el nonsense, por si lo de palabrería suena dura a oídos sutiles.

Tengo que hacerme mirar muchas cosas.

JM Valderas
6 de enero de 2010 a las 23:25

Martín,

Creo que tengo derecho a una defensa ante el ataque personal del autor del comentario 13. Me parecería infame que la suprimiéseis. Es un conjunto de juicios de intenciones sin base alguna. No creo que lo compartas. Tú propones unas ideas y yo las cribo o critico de acuerdo con mi opinión.

Ahora sí que espero una reacción.

Martín Gelabert
7 de enero de 2010 a las 00:12

Este blog acepta y comprende las distintos intervenciones, y se alegra de que haya contraste de pareceres, porque así, entre todas y todos, manifestamos nuestro deseo y nuestra búsqueda de verdad. Mis artículos no pretenden molestar a nadie, ni decir una palabra definitiva sobre ningún tema. Mi pensamiento más completo puede leerse en mis libros y artículos largos. Todas las aportaciones y comentarios son bien venidos y agradecidos. Pero, si les parece a todos ustedes, amables y queridos lectoras y lectores, cerramos con esta aportación mía las opiniones con referencias personales. Ruego a todos que no vuelvan a intervenir aludiendo a lo dicho por otro comentarista. Mañana al mediodía tengo intención de "colgar" un post más "pacífico". Un saludo agradecido a todos por sus intervenciones.

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