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Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

8
Abr
2010

Árboles del Paraíso

7 comentarios

La Sagrada Escritura no solo es el alma de toda teología. Ha sido también fuente de inspiración para muchos artistas, filósofos y literatos. Un tema que ha dado origen a una fecunda literatura es el de los dos árboles del Paraíso de los que se habla en el capítulo 2 del Génesis: el de la vida y el de la ciencia del bien y del mal. Pío Baroja contrapone ambos árboles: el hombre ha de elegir entre vivir como los animales o vivir de un modo nuevo buscando el conocimiento. Elegir lo segundo le ha reportado terribles consecuencias, porque el conocimiento nos hace perder la inocencia de la que disfrutan los animales. Cierto: hay conocimientos que entristecen y agobian, es mejor disfrutar alegremente de la vida como los animales. Ortega y Unamuno interpretan de modo similar el mito adámico: el hombre es un animal inadaptado, el conocimiento le aleja de la animalidad y le hace desgraciado. ¿Quiere esto decir que hay una cierta maldición de la inteligencia? ¿Es buena o mala la inteligencia, nos acerca o nos aleja de Dios?

Hay una lectura patrística de los dos árboles que ofrece una respuesta a esta pregunta. Según San Ireneo la prohibición de comer del árbol de la ciencia solo era temporal. Dios no está en contra del conocimiento (ni del conocimiento sexual, ni del científico), pero quiere que este conocimiento se realice de forma “madura”. Dicho de otra manera: el conocimiento tomado como un absoluto, desligado de la relación entre el ser humano y Dios, es un arma capaz de los peores horrores. La inteligencia no es mala. Lo es si se desvincula de aquello para lo que fue pensada: la humanización o, si se prefiere, la divinización del mundo. Según Ireneo el árbol de la vida sería el Verbo de Dios. Lo correcto hubiera sido pasar primero por el árbol de la vida para llegar correctamente al de la ciencia. Pero el ser humano invirtió el orden. La ciencia, el sexo, la conquista del mundo, desligado de Dios (del árbol de la vida divina) conducen a una vía muerta. Sin control, las realidades buenas nos desgracian. Solo orientadas por el Verbo, por la Palabra de Dios, redundan en nuestro bien.

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Catalina
9 de abril de 2010 a las 11:40

La inteligencia, el razonamiento y el estudio es lo que nos hace libres. Y es lo mejor que nos puede pasar. Ultimamente veo muchos seres humanos que solo estan pegados a la tele, viendo y escuchando lo que otros quieresn sin pensar ni razonar. Eso es otra forma de animalidad.En ningun caso
Si es cierto que hay formas de pensamiento que deshumanizan al hombre, y metodos cientificos que sirven mas para destruir para construir.
Pero en el fondo siempre es mejor utilizar la razon que ser instrumentos manipulables que no piensen. Siempre recuerdo la dabiduria de las personas que sin ningun estudio solo por su razon y su observacion te daban grandes lecciones para tu vida, y eso lo hecho cada vez mas en falta.

jose mª esteve i pallarés,op
9 de abril de 2010 a las 18:39

Martín: tu post, no me ha hecho reflesionar en los Católicos y creyentes que vivimos la FE con sosiego,con tranquilidad.
Santo Domingo buscaba a los que no la tenían. Nuestro Padre se dirigía a la frontera del hombre.
El Obispo Cases,decía que nunca en Europa ha habido tantas universidades y fagultades católicas, y Europa nunca ha estado tan descristianizada.El Prior de Taizè decía que "cuando descubras una intuición en el Evangelio vivela" El Señor Jesús nos dice que "al que es fiel en lo poco,se le confiará la mucho". Puede que los sacerdotes del templo no lo entendieran, para ellos eso era poca cosa ,demasiado sencillo,con poco brillo.

Si tienes el oido abierto,descubres licenciados en derecho(en nuestro ayuntamiento hay cuatro) que trabajan de policía local, se pasan todo el día pateando las calles. Madres de familia que han tenido que ponerse a limpiar escaleras,por que al marido se le ha terminado el paro y no encuentra trabajo,conductores de autobuses que terminan la jornada de los nervios. Esta gente que son el 90% de los españolitos cuando llegan a casa,solo deséan sentarse con su familia y descansar,distraerse.Personas así las hay que cuando se levantan se ponen de cara a Dios para darle gracias,para pedir por otros...
Evidentemente,no están al corriente de las últimas publicaciones,ni de las conferencias...a lo sumo leen el periódico. Claro que el 90% de los Españoles no es de clase alta,ni media alta y cada día mas pobres. Entre esos más pobres se descubre solidaridad,ayuda,amor. Entre ellos está la Iglesia ayudando y las "monjitas" las primeras...las mujeres las segundas.

JM Valderas
9 de abril de 2010 a las 20:51

Muy oportuna, Martín, tu referencia a la aproximación patrística a la ciencia, para su absorción en el conocimiento de Dios. Hace cuatro años, se celebró en Roma un simposio sobre los Padres con especial énfasis en los Comentarios al Hexámeron, donde el árbol del paraíso es metáfora central. [Por si alguien le interesa, permíteme que cite el volumen: "La cultura scientifico-naturalistica nei Padri della Chiesa (I-V sec.)] En el XVI uno de las razones del despegue de la botánica y de las expediciones naturalistas fue la búsqueda del Jardín del Edén. Es un inciso a tu reflexión, agradecido por tus deseos pascuales del otro día.

Bernardo
10 de abril de 2010 a las 00:31

Hay una interpretación neognóstica muy interesante que fue defendida por Hans Jonas y secundada por Blumenberg: el árbol de la ciencia fue puesto allí a propósito por Dios para que los hombres obtuvieran el conocimiento comiendo de él(esta tesis es de Kant), pero también era su propósito incitarlos a la trasgresión como medio para que se hicieran "libres". La serpiente no es más que el deseo de trasgredir, es decir, la ciencia misma. Por tanto, no es el árbol, mero medio para obtener el fin, sino la serpiente la que representa la ciencia, el conocimiento,y los hombres llegan a su estado de superación de la naturaleza mediante la trasgresión natural: comer el fruto. La ciencia es desear ir más allá de los límites naturales impuestos al hombre.

Arbol-Es de Vida
10 de abril de 2010 a las 10:06

Estamos llamados a transformarnos en Arbol de Vida,como Cristo, Nuevo Arbol de Vida. Esta transformación, al ritmo de la Gracia de Dios, debe ser armónica, de la raiz a los frutos.

Cuerpo-Mente-Espíritu desarrollandose en armonía, de lo contrario el arbol retrasa su crecimiento, o se deforma en sus ramas. El arbol ha de estar enraizado en profundidad, en tierra fertil que le proporcione el alimento para crecer. No se puede acelerar su crecimiento. Lleva su propio ritmo

Y este crecimiento armónico influye en la salud del Arbol de Vida, Cristo Resucitado siento Todo en todos, la comunión de los santos, el cuerpo místico de la Iglesia Universal.

Miaumiau
10 de abril de 2010 a las 13:20

La inteligencia es creada por Dios, es uno de los atributos mas preciados del hombre. El conocimiento en el área que sea , tecnológico, ciencias humanas etc, está a disposición del hombre. El uso determina el desarrollo evolutivo, hacia dónde vamos.....La recta razón incluye el factor moral, tan alérgico en muchos ambientes cientificos. La inteligencia adaptada al medio, buscando lo correcto, nos acerca a Dios.

África
11 de abril de 2010 a las 15:40

Respecto a la alegoría de los árboles del paraíso. Comentar que hay muchos científicos católicos, judíos,(algunos de ellos premios nóbel)... Ellos mismos dicen que por encima de la ciencia han visto la presencia de Dios.
Los grandes místicos, santos o aquellos que están en proceso de beatificación, explican en sus escritos la importancia de formar a las personas integralmente. Es decir no sólo en el campo espiritual, sino también en el psico-afectivo, social, laboral,... Porque todos los ámbitos de la persona están interrelacionados. Si sólo se desarrolla la inteligencia racional y no la emocional hay un déficit en la persona.
Por último comentar, que éticamente toda ciencia tiene un límite, que es el repeto de la dignidad de la persona. Teniendo en cuenta este límite, tenemos que estar agradecidos a las distintas ciencias por los avances alcanzados, ya que nos han ayudado para mejorar las distintas facetas de la vida humana.

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