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Aprovecharse del dolor ajeno
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El pasado 16 de febrero un barco gallego se hundió en aguas de Terranova con 24 tripulantes, de los cuales 16 eran españoles y los otros ocho peruanos y ghaneses. Aunque a la balsa salvavidas llegaron siete hombres, cuatro murieron de hipotermia. Por tanto, solo ha habido tres supervivientes. Se han rescatado 9 fallecidos. Los otros 12 cuerpos siguen sin aparecer. A última hora del jueves, 17 de febrero, el gobierno de Canadá suspendió las labores de rescate de los cuerpos de los marineros desparecidos. Se comprende perfectamente el dolor de las familias y su deseo de que se reanuden las tareas de búsqueda de los cuerpos.
El sábado, día 19, las familias de los desaparecidos impulsaron una campaña recabando firmas para solicitar a los gobiernos de España y de Canadá la reactivación de la búsqueda de sus padres, esposos o hermanos. Como los estafadores utilizan cualquier ocasión para llevar a cabo sus fechorías, han aparecido personas desalmadas que están aprovechando esta campaña de firmas para pedir dinero con el falso pretexto de ayudar a las familias o repatriar los cadáveres. María José de Pazos, hija del jefe de máquinas del Villa Pitanxo, el barco hundido, ha declarado a la cadena Cope: “no den dinero, las familias no pedimos dinero, solamente apoyo”.
Las estafas a costa del dolor, la ansiedad y los miedos ajenos son frecuentes y tienen muchas variantes. Estoy convencido de que esas personas que se dedican a pronosticar el futuro de otras personas jugando con naipes del tarot son mentiras puras y duras. Y, sin embargo, hay quien acude a sus gabinetes o realiza llamadas telefónicas de alto coste a canales de televisión, buscando palabras de consuelo o de orientación. Falso consuelo y falsa orientación, evidentemente.
Yo mismo he recibido mensajes en los que me ofrecen altas cantidades de dinero, con solo responder a una determinada dirección. Nunca lo he hecho, aunque tengo una cierta curiosidad por saber cuál es el siguiente paso a una posible respuesta. Como siempre borro estos mensajes, lamento no poder copiar alguno. Pero más a menos dicen lo siguiente: “he encontrado su correo, estoy enfermo y me quedan pocos días de vida, no tengo herederos, dispongo de un millón de euros y he visto que usted es la persona adecuada para poder recibirlos y hacer con ellos buenas obras”. Más o menos.
En fin, si alguien les pide dinero para paliar el dolor de la tragedia ocurrida en Terranova, no se lo crean. Más aún, no se fíen de personas o instituciones desconocidas que les pidan o les ofrezcan dinero, por muy piadosos que sean sus motivos. Cuanto más piadoso o más trágico sea el motivo, menos de fiar es la persona que lo alega. No hay nada peor que hacer el mal so pretexto de hacer el bien.