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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

10
Abr
2025

Ansia de poder o deseo de servir

2 comentarios
poderservir

Servir es una forma de amar, una de las mejores manifestaciones de lo que es amar. Servir es cuidar al otro, estar atento a sus necesidades. Y hacerlo, no esperando una paga por los servicios prestados, sino gratuitamente, sin esperar nada a cambio. Amando así reflejamos el amor de Dios, que ama a todos incondicionalmente. Dios nos ama tan gratuita e incondicionalmente, que nos ama y nos perdona cuando somos pecadores. “La prueba de que Dios nos ama, dice san Pablo, es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros… Cuándo éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo” (Rm 5,8-9). Cuando éramos pecadores, cuándo éramos enemigos, Cristo dio su vida por nosotros. No hay mayor amor que dar la vida. Pero dar la vida por el enemigo es el colmo del amor. No es posible amar más. Solo en un amor como ese puede estar la reconciliación del mundo. Los discípulos de Jesús estamos llamados a reproducir en nuestras limitadas vidas, en la pobreza de nuestra condición humana, un amor así.

El amor cristiano es un amor impregnado de divinidad. Este amor hay que vivirlo en las condiciones de este mundo. La prueba de que es posible nos la dan aquellos que han sabido no devolver mal por mal, hasta el punto de dar la vida por ese hacer siempre el bien. Es el caso de los mártires. La mayoría de nosotros no estamos llamados al martirio. Gracias a Dios. Pero conviene que tengamos presente el modelo de Jesús y de los mártires. En aras del realismo del amor, vuelvo al “entre vosotros nada de eso”, que Jesús dice a sus discípulos, para dejar claro que lo suyo no puede ser el poder. Porque el poder siempre vive a costa del engaño (“se hacen llamar bienhechores”), de la mentira y de la opresión. El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente. Sin duda, en este mundo es necesario organizase. En cuanto nos reunimos más de tres personas, necesitamos ponernos de acuerdo, necesitamos un poco de orden. Nuestras sociedades precisan de personas responsables capaces de organizar la sociedad. En este sentido están revestidas de autoridad. Una autoridad que les ha conferido el pueblo. La autoridad debe ejercerse buscando el bien de los demás. Cuando, en vez de buscar el bien de los demás, uno se aprovecha del encargo recibido, su autoridad se corrompe, deja de ser autoridad y se transforma en poder.

La autoridad da siempre ejemplo, el poder busca su propio interés a costa del bien de los demás. La autoridad sirve y el poder oprime. Este es el dilema con el que tiene que enfrentarse el cristiano: ansia de poder o deseo de servir. Tener objetivos claros y al mismo tiempo sublimes es un recordatorio constante de aquello a lo que estamos llamados y un motivo de permanente conversión cuando tropezamos o parece que no llegamos. Pero esta llamada no debe hundirnos. Al contrario, es motivo de alegría y de acción de gracias. Porque el cristiano no es un “héroe” como los que presentan las leyendas de este mundo. Es un pecador. Pero un pecador siempre alumbrado por la luz del Evangelio, una luz que le reconforta y le llama siempre a volver a empezar. Unidos a Cristo siempre hay algo que hacer, aunque solo sea volver a empezar.

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Chiquet
10 de abril de 2025 a las 14:32

Comprendo el alcance de la palabra poder para nuestro autor. No puedo más que compartirlo en su artículo. No todos usamos el lenguaje igual. Creo que voy a usar la palabra poder con mayor negatividad, es conveniente.
Cuando un servidor debe votar a un partido por su programa, o por su orientación, más aceptable, o por la situación del país, se puede encontrar que la persona (y afines) colocados al frente pueden no inspirar confianza; a veces resulta que un líder de lista de un partido resulta lo peor que uno se puede imaginar. Son cosas que pasan … ?no?
En las bases de los partidos, entre sus miembros, de su hacer han salido los peores o mejores representantes. Dentro de una formación política se puede hacer más para conseguir que los gobernantes/gobiernos sean adecuados. Creo que sirve esto para España, Estados Unidos, y para una mayoría de países. La responsabilidad de que siga en la poltrona un nefasto gobernante (o un buen gobernante en su asiento) es mayor para el partido que lo mantiene, para sus camaradas. Ojalá todos los países encuentren buenos servidores para presidirlos. Gracias fr. Martín

juan garcia
10 de abril de 2025 a las 15:52

Lamentablemente el ser humano tiene tendencias negativas que le llevan a realizar el mal. Una vez que pertenecemos a la clase dirigente de un grupo social hacemos del poder adquerido nuestra posibilidad de todo cuanto nos proporcione una buena economía y un buen status. Y no nos importa lo que piensen los demás del poder como servidores del pueblo o de nosotros solamente. (Desgraciadamente nuestros gobernanres usan la mentira y el engaño como su argumento y método de vida)-

Fray Martin. nos da un progama de vida diferente. Seguir el testimonio de amor de Jesus y el de los mártires que siguieron al Maestro. Amar a todos y agradecer el amor infinito que nos da el Señpr cada mañana en la eucaristía del día. El Señor viene a redimirnos de nuevo y a perdonarnos de nuevo. La eucaristía
no tiene precio. Un agradecimiento infinito a Jesus y al sacerdote que le representa: Gracias, fray Martín.
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