Sep
Aborto/aporto
2 comentariosEn el último número de la revista Vida Nueva aparece una viñeta del humorista Quique. Su personaje, Tico, es interpelado por alguien que le dice: “No me digas que no estás en contra de las medidas que el Gobierno quiere imponer sobre el aborto”. Tico responde: “Si entramos en valoraciones, más que la palabra aborto…, a mi me gusta la palabra aporto. Yo aporto esto, yo aporto lo otro”. Quique ha dado en el clavo y ha dicho, en clave de humor sapiencial, que el único modo serio de estar en desacuerdo con determinadas leyes no es criticarlas, sino ofrecer alternativas y soluciones reales al problema que ellas quieren afrontar de forma a veces discutible y, a veces, contraria a los principios cristianos.
El periódico Las Provincias del pasado viernes ofrece una noticia que va en línea con eso de ofrecer soluciones: El Consell valenciano ha presentado una serie de medidas para fomentar la maternidad: ayudas económicas a embarazadas que carezcan de recursos; una red de familias que ofrecerá desinteresadamente un hogar a las embarazadas que carezcan de él; un plan para favorecer la integración laboral de las embarazadas y otro tipo de ayudas a las familias. Por ahí vamos bien. A mí algunas políticas del Gobierno de la Generalitat valenciana, en materia educativa por ejemplo, que sólo buscan molestar al Gobierno de la nación, me parecen fuera de lugar. Pero con esta medida de apoyo a las mujeres embarazadas considero que han acertado. Así se fomenta la esperanza.
Una madre embarazada quizás es dueña de su cuerpo, pero me parece evidente que no es dueña de lo que en su cuerpo se ha depositado, a saber, una vida humana distinta a la suya. Más que dueña es guardiana. Pero, en ocasiones, hay guardianes que se encuentran en situación desesperada. Darles esperanza no es decir hermosas palabras y, mucho menos, condenar o amenazar. Dar esperanza es ofrecer soluciones.