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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

6
Oct
2013

A favor de todas las víctimas

12 comentarios

El domingo, 13 de octubre, tendrá lugar en Tarragona la beatificación de 522 mártires. De ellos más del 80 por ciento eran religiosos y religiosas que, durante la última contienda civil en España, murieron porque pensaron que era más importante mantener la fe y la vocación religiosa que salvar la vida.

La Conferencia Episcopal Española, hace ya un tiempo, emitió un comunicado avisando que no se permitirá, en el recinto donde tendrá lugar el acto religioso, la entrada de ninguna bandera ni de ninguna pancarta. Una prohibición de este tipo es indicativa del riesgo de que algunos aprovechen el acto para hacer reivindicaciones de tipo político o, lo que es peor, para clamar contra aquellos que consideran culpables de la muerte de esos cristianos que van a ser beatificados. Si así ocurriera el acto religioso quedaría completamente desvirtuado para convertirse en un acto cristianamente inaceptable.

La Unión de Religiosos de Cataluña ha emitido una nota, muy ponderada, en la que se afirma que se trata de un tema social y políticamente muy sensible, que puede utilizarse al servicio de intereses diferentes y hasta contrapuestos. Reconoce, además que estas dificultades, en algunos casos justificadas, no exoneran del derecho de buscar la verdad y de cumplir con el deber de agradecer la fidelidad y la coherencia de la vida de los mártires. Y añade: nadie se equivoca cuando opta a favor de las víctimas, siempre que reconozca a todas las víctimas sin excepción.

Ninguno de los religiosos que va a ser beatificado mató. Muchos eran jóvenes y desarrollaban una labor encomiable a favor de los pobres y necesitados. Vivieron tiempos difíciles y, sin duda, fueron víctimas de un terrible malentendido que es de desear que nunca más se repita: les confundieron con lo que no eran, con agentes al servicio de una política determinada. En todo caso hay que decir muy alto y muy claro que todas las víctimas merecen honor y respeto, pero que un cristiano está en contra de que haya víctimas. Porque un cristiano está a favor de la paz, la reconciliación y el entendimiento entre todas las personas y los pueblos.

Es de esperar que los responsables de la organización del acto logren resaltar la primacía de la fe y del amor, la sensibilidad por el pluralismo cultural y lingüístico de las comunidades cristianas, la comunión eclesial; la armonía, colaboración y complementación entre los distintos carismas y ministerios; la atención a los pobres y desamparados, y la necesidad del diálogo y el entendimiento entre todos los ciudadanos, sea cual sea su sensibilidad y su color político.

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memoria
6 de octubre de 2013 a las 18:16


Que la sangre de mártires, sea semilla de concordia y paz. La sangre de todas las víctimas, como bien indica, Fray Martín. Incluso la de aquellas que no son beatificadas en un macroevento. Aquellas de quienes se desconoce dónde están enterradas,y por falta de recursos, sus familiares no pueden darles debida sepultura.

Pueblo que olvida su pasado, corre el riesgo de volver a repetirlo. Todo comenzó con un alzamiento contra un gobierno elegido legítimamente. Hermanos contra hermanos. La violencia,incluida la de las cruzadas, genera violencia, y víctimas inocentes.

En este tiempo en que se intenta cicatrizar la memoria histórica de un pueblo cabría preguntarse si un acto multitudinario con asistencia de las mas altas instancias no ensalza a unas víctimas en detrimento de otras. Porque hubo mártires cristianos de izquierdas, cuya memoria merece ser honrada.

La transición española, asignatura pendiente. Una de las dos Españas, sigue helándonos el corazón, al modo machadiano.

Paz y Bien

Karis
7 de octubre de 2013 a las 14:08

Totalmente de acuerdo con el comentario destacado arriba.Y además, para qué las beatificaciones? Todas en general, y en estas tendenciosas,peor aún.

Longino
7 de octubre de 2013 a las 16:35

A favor de todas las víctimas es lo mismo que dicen los de la ETA.
No es cierto, nadie murió por Cristo en la zona roja.

Pepe Esteve
7 de octubre de 2013 a las 18:21


Longino: Un católico que dice mentiras debe confesarse y pedir perdón.

Lo que afirmas con tanta rotundidad te lo desmiente la carta que escribió Luis Solá Padró y entrego momentos antes de ser fusilado al P. Juan Calaf Balcells S.J.
En Wikipedia encontrarás la carta.
El rencor y venganza pudre la conciencia, de unos y otros.

Marceliano de Garganta y Sauras
8 de octubre de 2013 a las 11:09

Martin, Martin, un malentendido, por terrible que sea, produce homicidios no asesinatos. Se tenía muy claro, se entendía muy bien, que eran curas, frailes o gentes de misa. Y la religión era el opio del pueblo (marxistas de toda índole, de comunistas a socialistas) y la negación de la razón ilustrada (masonería).

Como tu tío, el Padre Antonio Gelabert, que, huyendo de los "rojos" para salvar la vida no quiso "unirse a los azules" (falangistas) porque "él era religioso". Así lo contaba el novicio que le acompañaba aquellos azarosos días, el Padre Lorenzo Gelabert.

Ni malentendido, ni error. Al menos por parte de lo que hoy llamarían autoría intelectual.

Gloria a los mártires. Oración por todos los que murieron.

Mercedes
8 de octubre de 2013 a las 19:32

En mi pueblo , un padre de familia , agricultor , hombre bueno que no se metía en política ni frecuentaba ninguno de los dos Casinos de tendencias diferentes , una tarde al venir del campo, fué asesinado vilmente al lado de una acequia porque iba a Misa diariamente ....
Esto lo cuento , tal y como mi madre me lo contó a mi ....

familiar y religioso
8 de octubre de 2013 a las 19:59

Cuando lo familiar y lo religioso se entrecruzan,se potencia el dolor de la pérdida y la admiración por su heroismo, testigo de la fe. Me uno a su dolor de sobrino, P. Gelabert, por su tío.

Desde esta perspectiva es de admirar su acercamiento ponderado, en este post a la celebración de estas beatificaciones. Intercesores de Amor.

Marceliano de Garganta y Sauras
8 de octubre de 2013 a las 23:12

Tal vez no me expresado bien. Al Padre Antonio Gelabert no lo mataron en la guerra. Vivió ejemplarmente hasta hace un par de años. La expresión anterior escrita que oí de los labios de su paisano Lorenzo Gelabert, la profirió en su huida del convento de Calanda, casa de formación de los dominicos. Ante la inminencia de las milicias rojas que bajaban de Cataluña, los religiosos se dispersaron. En su huida, Antonio y Lorenzo encontraron refugio transitorio en una casa de campo, a la que había llegado un destacamento de jóvenes falangistas. Estos les propusieron unirse a ellos. Pero Antonio, que era mayor que Lorenzo, lo rechazó con las palabras recordadas. Y huyeron al monte. (Lo dramático fue que los falangistas fueron rodeados muy pronto por los anarquistas de la columna Durruti y murieron todos.)

desfaciendo entuertos
9 de octubre de 2013 a las 13:19

M de G y S o JMV: Ciertamente su comentario sobre el tío del blogger lleva a confusión. Es lo que tiene dar por supuesto que temas privados expuestos en medio público, son conocidos por todos.

Felicidades al blogger por haber podido disfrutar de su familiar durante largo tiempo. Ser fiel a sí mismo no aceptando ofrecimientos aparentemente ventajosos,parece ser,le salvó la vida. El talante ponderado querido blogger se ve que le viene de familia. Y de momento no se juega usted la vida. Aunque todos sabemos que hay martirios del día a día, del gota a gota, a veces más duros de llevar. Saludos cordiales

Marceliano de Garganta y Sauras
9 de octubre de 2013 a las 14:45

Su post, fray Martin, según lo ha interpretado, además, algún hermeneuta anónimo de vida ajena (interés que uno no va a devolver), me ha evocado cierto congreso reciente celebrado en la Universidad de Oxford. En concreto, en el Harris Manchester College y sobre las relaciones entre ciencia y teología. Se concedió cierto margen, al final de las discusiones, para el debate sobre Teología Analítica. Sabido es que la filosofía analítica encontró oposición en medios teológicos por su oposición a la metafísica. Oposición que devino en desconocimiento. Pero había un aspecto de la misma que valía la pena asumir: la depuración del lenguaje. El lenguaje puede tomarse con aviesa intención para retorcer la realidad, crearse un fantasma y alancearlo, o puede tomarse con finura analítica, objetiva en lo posible. Sin esa precisión no cabe ciencia, no cabe filosofía ni debiera caber teología. El congresista de Oxford miraba a menudo un libro (Analytic Theology, Crisp and Rea eds.) que uno de los asistentes tenía sobre la mesa (se trataba de una conferencia-taller). Ese libro alberga capítulos sustanciosos que afectan a la interpretación de la Escritura, al método teológico y a la Teología Sistemática y Moral. El pensamiento wishful y la argumentación ad hominem degradan la teología. O así nos parecía.

bucle cansino
9 de octubre de 2013 a las 22:14

Dicen que no hay nada más cansino en un matrimonio que un ex que no se resigna a aceptar que su historia ya pasó. Y sigue dando vueltas en círculo. Sino fuera porque el tema de las víctimas es serio e importante, daría para un divertimento linguistico. Pero es cansino y aburrido. Y Papa Francisco nos muestra la importancia de comunicarse directamente y sin circunloquios. Aire fresco, como el que respira Fray Martín. Debe ser un bucle histórico el que remueve un " va de retro" tan tan antiguo...

José María Valderas Gallardo
10 de octubre de 2013 a las 01:09

Antiguamente ciertos comportamientos de quien se olvida de la razón para centrarse en el ataque personal pertinaz se atribuían a la sodomía y sus derivaciones. No seré yo quien asuma semejante despropósito. Monja hubo que me reprochó públicamente en su blog que volviera la mirada hacia atrás en el arado... Lo importante aquí, en mi opinión, y a eso iba dirigida mi participación es si debemos igualar las razones de todas las muertes. Creo que es un disparate. Los cristianos de base, por ejemplo, ahondando en esa tesis irenista confunden ideología con religión. No todos murieron o fueron asesinados por idénticas razones. Una pastoral que abdica de la base teológica es una pastoral enferma. Wishful thinking. (Ahórrense los insultos, los juicios de intenciones y demás necedades. No pienso situarme en esa degradada instancia.)

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