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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

23
Jun
2010

Pedid y se os dará

14 comentarios

Los comentarios a mi anterior post me mueven a hacer alguna consideración sobre la oración de petición. A mi entender la oración es, ante todo, alabanza y acción de gracias. Pero también puede ser ruego, petición. ¿La gratuidad de la oración, de la que hablaba en el post anterior, se aplicaría sólo a la oración de acción de gracias y no a la de petición que, de alguna manera, tendría su punto de utilidad? De ningún modo. Toda oración hay que situarla en el ámbito de la gratuidad, de la amistad, del desinterés.

Si la petición informase a Dios de lo que no sabe o, al menos, llamase su atención sobre nuestras necesidades, y no digamos si lograse cambiar la voluntad de Dios, entonces evidentemente la oración resultaría muy útil para el hombre. Pero resulta que según Mt 6,8, el Padre conoce bien nuestras necesidades. Las muchas palabras no garantizan ser mejor escuchados. Lo que sí logra la oración de petición es purificar nuestros deseos para así dirigirnos al Padre correctamente. Si pedimos según el plan de Dios, la oración logra que el hombre reconsidere sus deseos: “hágase tu voluntad”. La verdadera oración no consiste en pedir según nuestros deseos, sino en pedir conforme al designio de Dios (leer en esta línea: 1Jn 5,14). Cuando buscamos que se cumplan nuestros deseos, la oración puede no servir para nada.

La gratuidad, que es el buen ámbito de toda oración, queda reforzada desde la perspectiva del diálogo. Cuando uno pide “algo” a un amigo, en realidad le pide que le preste atención. Que preste atención a su persona, no a sus necesidades. Al pedirle “algo” a Dios, le expresamos nuestro deseo de dialogar con él, porque es a Él a quien queremos. De ahí que en la verdadera oración el Padre da el Espíritu Santo a los que se lo piden. Se da él mismo, por medio de su Espíritu. En este sentido la oración de petición es, en realidad, hablar de nuestras cosas con Dios, para familiarizarnos con él y acrecentar así nuestra amistad. En una buena amistad sería incomprensible un “te quiero por lo que me das”. El amigo ama porque sí, ama gratis.

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Ser
23 de junio de 2010 a las 03:17

Jn 14,12-14
Mt 6,6-15
Padre es bonito leer la Biblia, no lo digo con sarcasmo. Lo digo porque si no no le escribiría la contestación. Para mi es el mejor libro. Y le agradezco que me dedique todo un comentario. No me conoce, la única religión católica es la que aprendi, cuando iba al colegio Virgen de Atocha, del Padre Serafín.
Dicho lo cual parece que aludo a él para llevar "razón", pero no, solamente para que sepa más o menos que por donde vengo y darme, un poco anonimamente, a conocer. Parece una gran persona. Y me cae bastante bien.
¿sabe? Lei un libro, se llamaba Jesús de Nazaret de Benedicto XVI. Y le dedicaba un buen trozo de páginas dedicadas al Padre Nuestro. Me encantaron, de las palabras más bonitas que he leido en mi vida. Y explicaba la oración oración a oración, valga la redundancia. Me encantó. A todos los que no lo han leido, se lo recomiendo, me...cautivaron enormemente.
Un saludo mu grande Padre.

Vicente
23 de junio de 2010 a las 03:35

Padre Martín, si me lo permite, creo, en mi modesta opinión, que va Vd. a levantar "muchas ampollas" con estos posts sobre la oración...Estamos extañamente acostumbrados a tener una especie de Dios-secretaria, a la que podemos pedirle casi cualquier cosa...Pero no es así: la auténtica oración va introducida por un condicional (si...)como el leproso que ante la pregunta de Jesús dijo: "si quieres, puedes limpiarme"; o el propio Jesús en Getsemaní: "si es posible,Padre, que pase de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad sino la tuya". Debemos condicionar todo a la voluntad de Dios, para, así, obtener frutos adecuados...La cuestión no está en pedir "milagritos", sino en aceptar lo que viene de Dios como bueno para nosotros.

en sintonía
23 de junio de 2010 a las 09:27

La relación de amistad implica una comunicación empática. Los amigos, quienes se aman, participan de un mismo lenguaje.Y conforme pasa el tiempo, se conoce el pensamiento, el deseo del otro sin palabras. La oración verbal, no la verborrea, es uno de los tipos de oración. " Cuando vayas a orar entra en tu habitación, cierra la puerta....y tu Padre que ve en lo escondido.."

"...porque a quien tiene se la dará y a quien no tiene se le quitará hasta lo que tiene " nos recuerda los textos bíblicos. Como se afirma en el post, se trata de estar en sintonía con Dios. De ir purificando nuestro deseo, para que el Deseo de Dios en nosotros se vaya haciendo realidad. Toda una peregrinación " a lo divino". Un ir aprendiendo el lenguaje de Dios en esa Palabra Única, Jesucristo. Es su Espíritu quien gime en nosotros con gemidos inefables. Alabanza de Gloria. Gracias Martín Gelabert por tu enseñanza

perpetuo socorro
23 de junio de 2010 a las 10:43

a los amigos tambien les pedimos cosas y ellos nos piden a nosotros, lo normal, es que si esta en nuestra mano, no tardemos en darles lo que pide, pero siempre que sea razonabble. Por ejemplo si un amigo mio quiere fumar y yo se que es malo, no le dare un cigarro, aunque se enfade conmigo y deje de ser mi amigo. Y sino puedo darle algo, porque no puedo, tal vez pierda a ese amigo, porque no lo era de verdad
En las relaciones humanas tambien pasa, hay pocos amigos de verdad, esos estan cuando tu necesitas y no puedes dar nada a cambio.

Bernardo
23 de junio de 2010 a las 10:54

Totalmente deacuerdo, Martín. Si la oración de petición tuviera alguna "utilidad" ese Dios demostraría no serlo. O bien es un olvidadizo, o es un tacaño o tiene demencia senil, pero no es esto lo que creemos de Él. He visto que algunos comenteristas de los post citan la Biblia sin ningún tipo de consideración exegética y así podemos hacerle decir a la Sagrada Escritura lo que queramos. Un buen análisis de los textos sobre la oración nos permite comprender que la oración no se realiza para conseguir algo sino porque ya lo tenemos, ya tenemos al Señor de nuestra parte y él mismo trabaja con nosotros por la construcción del Reino. Oramos para hacernos conscientes de nuestras necesidades, no para recordárselas a Dios o para obtener algún beneficio.

Juanjo
23 de junio de 2010 a las 11:56

Me pregunto yo, si se entenderá bien lo que significa que la oración debe ser gratuita. Yo lo entiendo en el sentido de no querer hacer de Dios un ídolo, eso sería si me "diese" lo que le pido en cada oración. De alguna manera tenerlo a mi servicio. Dios no ofrece seguridades, ni bienestar, su seguimienro debe ser libre. Es un amor que no puede quedar coaccionado por nada. Si me satisface mis necesidades ¿no estaría coaccionando mi libertad?. Todavía no se supera en todos los casos la doctrina de la retribución. ¡Qué estupendo resulta entender de forma adecuada el Libro de Job!
Seguir a Jesús es o debe ser una aventura, no hay ninguna seguridad que valga, pero mantenidos en la esperanza que nunca acaba.
Otra cosita. La teoría me la sé, a Dios no lo puedo convencer, ni manipular, pero acogerme a Él es una necesidad antropólogica.Hay momento especiales en la vida que la razón no vale. Un ejemplo. Si voy con el coche y tengo un accidente mientras voy dando vueltas de campana terraplen abajo, ¿Qué se me ocurrirá pedirle a Dios? Ni siquiera tendré tiempo de pensar, solo querré que Dios me salve de esa situación, e insconcientemente pensaré en breves segundos que puede hacerlo.

perpetuo socorro
23 de junio de 2010 a las 12:06

por cierto, se me habia olvidado; El Señor es mi pastor, nada me falta.
¿que tendremos que pedir?, nada, ya que nada nos falta, ya lo tenemos todo,¿ la oracion de peticion?

Rosa
23 de junio de 2010 a las 18:25

Jesús Hijo de David ten compasión de mi... Que quieres que haga por ti...que vea...que oración más interesada el Evangelio está llenas de ellas... bueno también hay otra de alguien que daba gracias por no ser como los demás hombres...Nuestra oración de donde está más cerca...¿? Gracias sean dadas a Dios por Jesús de Nazaret , El Señor .

Desiderio
23 de junio de 2010 a las 19:38

Yo creo que la oración de petición favorece sobre todo al que la realiza. ¿Acaso no sabe ya Dios, como dices, lo que necesitamos antes que nosotros mismos? ¿Qué sentido tiene, pues? Dios no es el “conseguidor”, Dios no es nuestro paraguas. Para mí el hecho de ejercitarnos en la oración nos ayuda sobre todo a entrar en su dinámica. Y es esta dinámica la que nos lleva paulatinamente a dejar de pedir según nuestros intereses para pasar a abandonarnos en Él, y pedir simple y llanamente que se cumpla su voluntad, aunque no la comprendamos. Precisamente quizá el secreto esté en que pese a no comprender, confiamos en que en definitiva va a ser lo mejor para nosotros, y no tanto porque suceda tal o cual situación, sino por el hecho de confiar en Él.

jorge h.....
23 de junio de 2010 a las 21:49

experimentar el poder de la oracion en el sufrimiento es experimentar que jesus es verdad . pero todo ser humano que cree en el en algun momento le reza pidiendole ayuda ante las adversidades de la historia personal y desea ser escuchado por ese DIOS de AMOR.

Observadora empedernida
24 de junio de 2010 a las 00:15

Mi felicitación a "en sintonia", en unas lineas lo ha dicho todo...
Siempre se agradece la pureza y sencillez en las palabras, en la oración, en la conducta de cada uno. ¿Orar? Pensarle, invocarle, cada minuto, para cada circunstancia, en cada alegria y en cada tristeza; en una palabra ¿orar? AMAR.

Vicente
24 de junio de 2010 a las 01:38

La teoría nos la sabemos, o "parece" que la gente se la sabe, pero se sigue confundiendo muchas veces la oración de "petición" con cuestiones de superstición o idolatría, e incluso magia.Un ejemplo: Tengo la impresión de que muchísima gente le pide a Dios que le toque el "gordo" de la lotería de Navidad,...y si no es el premio grande, pues...un "pellizquito"; y le vienen a la cabeza pensamientos como "yo no soy avaricioso, con poco me conformo; y así arreglaría "algunas cosillas" que tengo por ahí"...Me parece que hay mucha confusión en torno a esto en ciertos sectores de creyentes cristianos. Más ejemplos: se pide un novio, o un trabajo mejor que el que se tiene, o el aprobado en un examen determinado (una "oposición", por ejemplo...). Dios es AMOR, y siempre quiere lo MEJOR para cada uno de los hijos que le invocan como "Padre".

Eneko
24 de junio de 2010 a las 12:57

Solo algunos interrogantes. Siendo, como es, tan importante la oración, -diálogo, conversación, con Dios-, ¿cómo es que hemos hecho de ella algo tan extraño? ¿cómo es que no se ha enseñado realmente su sentido auténtico? ¿Va por ahí aquello de Rahner, "el cristiano del siglo XXI será mísitoc o no será nada"? ¿No será el momento de colocarla en ese sitio tan señalado de la vida y hacerla con auténtico sentido? No es extraño que haya gente que pueda sentirse escandalizada ante textos tan clarificadores como el que escribes. Está claro, rompe muchos esquemas. Bienvenida sea la ruptura.

Nze OBAMA
24 de junio de 2010 a las 13:13

'Orar es hablar con Dios' de ahí que a cada situación concreta corresponde, al menos en forma de deseo, un modo de perfecta expresión humana. El rezo tiende a enderezar el mejor de nuestros sentimientos orientándo nuestras intenciones a Dios. En tal caso, Dios suple nuestras limitaciones, porque él conoce lo escondido que hay en nosotros.
¿Acaso no sirven nuestras intenciones? Me inclino a pensar que sí, Sirven. Tanto para formular súplicas, proferir imprecaciones, deprecaciones,epíclesis...etc y Dios en su categoría no ignora nuestras intenciones.
Ante la falta de evidencia no podemos más que pedir,ciertamente, eso no nos garantiza nada más que la intención de hablar con Dios, tenerlo presente.

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