May
Para el pecador el cielo es el peor infierno
3 comentariosLo fundamental de la teología del infierno no es el simbolismo del fuego, sino la ausencia de Dios y la falta de comunión con los hermanos; en suma, la falta de amor, consecuencia de la radical soledad del pecador, que al final tiene lo que siempre ha buscado: sólo a sí mismo. En esta línea dice J.H. Newman que si un pecador entrase en el cielo, no sería feliz.
A veces pensamos que en el cielo cada uno hará lo que le plazca, puesto que esa es la idea de felicidad que tenemos en este mundo. Pero el cielo es ese lugar en el que siempre estaremos en presencia de Dios cumpliendo su voluntad, un lugar en el que reinara el amor. Y el amor no es hacer lo que a uno le place, sino buscar siempre el bien del otro. Un pecador (cuyo propósito es precisamente no cumplir la voluntad de Dios) tendrá necesariamente que sentirse muy incómodo en un lugar en el que todo ocurre en contra de lo que él piensa y desea. Si fuera posible que un pecador entrase en el cielo se sentiría muy decepcionado, porque se encontraría con todo lo que él ha despreciado en este mundo. No encontraría nada que le hiciera sentirse como en su casa, ningún lugar en el que encontrase reposo. Por tanto, concluye Newman, el más terrible castigo que se le podría infringir a un pecador sería llevarle al cielo. Para un hombre irreligioso, el cielo se convertiría en un infierno. Viviría como en un país extranjero, entre gente desconocida, que habla una lengua que él no puede entender. No encontraría a nadie como él. Estaría totalmente solo. Y lo que es peor: sentiría que es imposible escapar de la mirada divina, y se sentiría juzgado. No porque Dios juzgue y condene, sino porque ante la presencia de Dios, vería con mayor contraste si cabe, su propia perversidad y maldad.
El infierno es la otra cara de la comunión, el reverso del amor. Es una posibilidad que no hay que descartar. Como bien dijo Benedicto XVI “puede haber personas que han destruido totalmente en sí mismas el deseo de la verdad y la disponibilidad para el amor. Personas en las que todo se ha convertido en mentira; personas que han vivido para el odio y que han pisoteado en ellas mismas el amor. Ésta es una perspectiva terrible, pero en algunos casos de nuestra propia historia podemos distinguir con horror figuras de este tipo”. En algunos casos de nuestra propia historia: casi dan ganas de poner algunos nombres.