May
Orden de Predicadores
5 comentariosCuando varios elementos interactúan en vistas de un objetivo común podemos hablar de “orden”. Aplicar la palabra “orden” a un grupo de personas sería algo así como entender que esas personas, sin duda distintas, unen sus fuerzas y sus capacidades para conseguir un mismo propósito. El título de “Orden de predicadores” indicaría que el propósito u objetivo de ese grupo de personas es la “predicación”, el anuncio, la proclamación, el dar a conocer. El título no va explícitamente más allá de un anuncio genérico, pero es claro que, si se conoce el propósito del fundador de esa Orden, su contexto histórico, y el medio eclesial en el que tiene sentido esa “Orden de predicadores”, su tarea predicadora se concretiza en el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.
Cada tres años, frailes representativos de la Orden de Predicadores se reúnen en lo que se conoce como Capítulo General. Estas reuniones son expresión del dinamismo y la permanente renovación en la que vive la Orden. De estas reuniones salen orientaciones y reflexiones. Uno de los temas recurrentes es precisamente la predicación. Porque predicar el Evangelio no es repetir una doctrina o una letra. El Evangelio es una persona viva, Jesucristo resucitado. Por otra parte, el principal objetivo de una buena predicación es hacerse entender. Y para hacerse entender hay que conocer a los destinatarios. Para conocerlos hay que escucharlos y acercarse a ellos. Como los destinatarios son distintos y son también muchos los contextos vitales y culturales en los que viven, así como los distintos problemas personales y sociales en los que están inmersos, eso de predicar no es tarea fácil. De eso fue bien consciente Santo Domingo cuando indicó a sus frailes que el estudio era un elemento esencial y fundamental para que la predicación tuviera el resultado apetecido.
La predicación, dirá uno de estos capítulos, es la prioridad de las prioridades de la Orden; y todos precisarán, de un modo u otro, que esta predicación debe realizarse teniendo en cuenta la situación cultural y existencial en la que viven hoy las personas. Por eso, los capítulos relacionaran predicación con justicia, anhelo de verdad, sensibilidad por los pobres, búsqueda de la paz, cuidado de la creación. Y también con comunidad, diálogo, renovación, adaptación, familia dominicana, globalización, espiritualidad. Cierto, la predicación no es exclusiva de ningún grupo. Todo cristiano es un predicador. Ahora bien, no cabe duda de que esta tarea propia de todo cristiano tiene en la Orden de Predicadores unas peculiaridades y matices propios. Al menos estos dos: la predicación está fecundada por la oración y el estudio; y la predicación es una tarea comunitaria que se hace desde la comunidad.