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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

14
Nov
2015

Orar en las mezquitas por los franceses asesinados

5 comentarios

“El Islam no trata de imponer; invita a conocer. Ninguna religión puede fundamentarse en el odio o en la violencia, porque Dios es un Dios de paz y de amor”. Son frases literales pronunciadas, hace pocos días, por una mujer musulmana, en un acto público. Soy testigo de ello. Me parece oportuno recordar esta declaración ante los asesinatos cometidos ayer en París por un puñado de terroristas. Algunos testigos dicen que los asesinos dispararon al grito de “Alá es grande”. Si el Islam es una religión de paz y alguien utiliza el nombre de Alá para matar, la única conclusión lógica es que este terrorista profana el sagrado nombre de Alá. Y por tanto, sus propios correligionarios deberían ser los primeros en aclararlo y en condenarlo con todas sus fuerzas.

Los seres humanos hemos sido creados para la comunión. Pero a la vista de tantas muertes que, a lo largo de la historia, hemos provocado los unos y los otros, uno está tentado de pensar que el odio está instalado en lo más profundo del corazón humano. Me niego como cristiano y simplemente como ser humano a aceptar esta conclusión. Los humanos formamos una sola familia y estamos llamados a respetarnos unos a otros. Por eso, cuando ocurren actos tan abominables como los ocurridos en París el pasado viernes, es necesario proclamar muy fuerte que esto no es propio de la condición humana y, menos aún, de ninguna fe religiosa que se precie de tal. De ahí la necesidad de realizar algún gesto visible que nos mueva a creer en la bondad de la religión.

El gobierno de España ha propuesto que el lunes, a las doce, haya un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas. Yo sugiero que donde se reúnan cristianos, el silencio se rompa con una plegaria. Pero estos gestos, siendo importantes, no resultarán significativos ni llamativos. Por eso propongo otro gesto fuerte, sorprendente, llamativo, claro y visible, a saber: que en todas las mezquitas de Europa el próximo viernes (día de plegaria para los musulmanes) los imanes dirijan una oración a Alá por los muertos en Paris, y también para que Alá cambie el corazón de los que asesinan maldiciendo su nombre. Y que a esta oración inviten a todas las personas de buena voluntad que quieran compartir con ellos esta plegaria a Alá, Dios clemente y misericordioso.

La violencia no soluciona nada. Destruye todas las soluciones posibles. Quizás sea lo que pretenden esos terroristas que, por cierto, utilizan unas armas que es posible comprar en París. Por eso no soy nada optimista. Pero necesitamos gestos como este que propongo (que los imanes nos convoquen en sus mezquitas para rezar por los muertos) para creer los unos en los otros, para seguir confiando los unos en los otros, y eso tanto más cuanto que algunos buscan que nos convirtamos en lobos los unos de los otros.

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Luis Reyna
15 de noviembre de 2015 a las 07:15

como hare una reflexion de este tema de la maldad del hombre,husando .
La experiaciencia
Tradicion
Cultura
interseccion, de la reflexion Teologica
Gracias por su ayuda.

marisol salesa
15 de noviembre de 2015 a las 11:15

Gestos de acogida de unos con otros, en cada momento, no somos rivales sino hermanos que seguimos a un único Dios, que busca el bien para todos.

jose luis
16 de noviembre de 2015 a las 11:45

Una buena propuesta, Martín. La Humanidad necesitará un largo camino para erradicar este cáncer del terrorismo. Por supuesto que utilizan el nombre de Alá en vano. Pero ese Alá que llevan en su pequeño cerebro no existe. Son simplemente terroristas.

JM Valderas
17 de noviembre de 2015 a las 10:44

Dejando aparte su intención, fray Martín, manifiestamente positiva, hay aspectos en su escrito de los que uno puede encontrarse muy alejado. Sabido es que no es lo mismo ecumenismo que irenismo. El ecumenismo, sea entre seguidores de Cristo, o entre religiones diferentes, no obliga a abdicar de la fe de cada uno, de sus principios y de su desarrollo. En cambio por el irenismo caemos en una falsa paz de equiparación de todos los credos. El Islam, lo mismo en Oriente que en Occidente, quiere imponer, no invitar. De hecho, desde la Edad Media, piense en Averroes, los que se mostraban tolerantes eran perseguidos. Los más radicales –Dios mío, cuántos radicales hay—matan a trapenses en el norte de Africa, a cristianos en Siria, Iraq e Irán, en Egipto, en la India, Pakistán o Afganistán, en Africa central… Y, por supuesto, todo signo de otra religión está persegjuido, incautado (desde Biblias hasta rosarios).
No me veo yo a santo Tomás rogando a nadie más que no sea el Dios trinitario. Como no veo yo a ningún imán rogando a Cristo Dios. Quizá sea porque no tenemos las ideas claras, porque abdicamos a menudo de nuestra creencia, por lo que otros piensan que esa fe es falsa, que ese Dios es de barro. ¿Para qué condescender con ellos? Esta no es siquiera idea mía. La tomo de un escrito de un musulmán nada radical y muy formado. Llevo pensando muchos meses en los cristianos de Mossul, donde los dominicos teníais un foco de apostolado extraordinario entre los heroicos cristianos hoy asesinados, niños incluidos, esos cuyos padres se negaron a ser adoctrinados (no invitados) en un credo distinto. Pienso que si en vez de irenismos cómodos retomáramos el enfrentamiento de ideas, la confrontación dialéctica, el ardor y el empeño, de toda índole, puestos en ello debilitaría el recurso criminal a las armas.

Angel Plaza Martin
18 de noviembre de 2015 a las 02:39

Antes de limpiar la casa del vecino... empecemos por la nuestra. Retiremos de la Catedral de Santiago esa aberracion Cristiana del "Santiago Matamoros". Que en los museos de la Iglesia se pueda conocer no solo la vida de santos, sino tambien las atrocidades cometidas en el nombre de la Santa Madre Iglesia: sin temor ni rubor se deberia conocer sobre la inquisicion y sus juicios y sus torturas y muertes. El Islam es utilizado por estos barbaros para justificar su odio y fanatismo, pero el odio y el fanatismo tambien han sido pecado de otras religiones como la nuestra. No hace tanto Franco entraba bajo palio en las catedrales. No hace tanto la pena de muerte estaba vigente en el Estado del Vaticano.En el fondo lo unico que podemos hacer es mirarnos a nosotros mismos y tratar de ser mejores. El crucificado sigue en la Cruz.

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