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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

1
Abr
2014

No a una Iglesia autorreferencial

11 comentarios

En distintas ocasiones el Papa Francisco ha notado el peligro que para la Iglesia supone la autorreferencialidad. La autorreferencialidad se opone a la salida de sí e impide el encuentro real con el otro. Si la Iglesia es, por su naturaleza, misionera, y si toda ella debe estar la servicio de la evangelización, se comprende fácilmente que, cuando se encierra en sí misma, no puede cumplir con su “ser misionero”.

Una Iglesia autorreferencial es una Iglesia prisionera de su propio lenguaje rígido. Una Iglesia que no sabe hablar el lenguaje del mundo, que so pretexto de máxima ortodoxia siempre repite su propio lenguaje, un lenguaje que el mundo no comprende, un lenguaje que resulta esotérico, no puede dialogar con el mundo y, por ende, no puede anunciar el Evangelio. Según el Papa esta Iglesia autorreferencial se ha convertido para el mundo en una reliquia del pasado, insuficiente para las nuevas cuestiones. Quizás la Iglesia tenía respuestas para la infancia del hombre, pero no para su edad adulta, continúa diciendo el Papa. De ahí la pertinencia de la pregunta: ¿qué hacer? Responde el Papa: hace falta una Iglesia que no tenga miedo de entrar en la noche del mundo, una Iglesia capaz de encontrarse en el camino del hombre, de entrar en su conversación.

Una Iglesia autorreferencial es la que, incluso bajo apariencias religiosas, no busca la gloria del Señor, sino la gloria humana y el bienestar personal. Es una Iglesia que no sale al encuentro de los pobres; que cuida ostentosamente la liturgia, la doctrina y el prestigio, pero sin preocuparse de que el Evangelio tenga una inserción real en el Pueblo de Dios y en sus necesidades concretas. Cuando el beneficiario de su acción no es el Pueblo de Dios, sino la organización eclesiástica, estamos ante una Iglesia autorreferencial. Cuando nos sentimos superiores a otros por cumplir determinadas normas o por ser inquebrantablemente fieles a un cierto estilo católico propio del pasado, cuando en lugar de evangelizar y de facilitar el acceso a la gracia, lo que hacemos en analizar, clasificar y controlar a los demás, estamos ante una Iglesia autorreferencial.

La Iglesia debe salir de sí misma, centrar su mirada en Jesucristo y entregarlo a los pobres. Es importante, dice el Papa, tomarle gusto “al aire puro del Espíritu Santo, que nos libera de estar centrados en nosotros mismos, escondidos en una apariencia religiosa vacía de Dios”.

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Mercedes
2 de abril de 2014 a las 18:16

Estar en contra del aborto y proclamarlo a los cuatro vientos , es estar en una iglesia autorreferencial ?
Estar a favor del liberalismo y por ende del capitalismo , es estar en una Iglesia autorreferencial ?
Matizo : salgo al encuentro de los pobres , busco la gloria del Señor y no obstante , en determinados momentos me gusta la liturgia ostentosa ..( se me ha criticado por ello ) ¡¡¡
Si es así , ruego a Dios que me ilumine.

Un amigo
2 de abril de 2014 a las 18:23

Ya se decía hace tiempo...mediante unas palabras adecuadas; "la Iglesia no puede predicarse a sí misma".
¡Cuantas veces y sin darse cuenta, lo sigue haciendo..!

Francisco Abad
2 de abril de 2014 a las 18:36

Gracias, Martín, por tus pensamientos realistas sobre una Iglesia que se mira el ombligo. Me hacen pensar en la cantidad de ocasiones (¿perdidas?) de evangelizar desde dentro de una exposición evangélica tan teologizada que nadie podía entender ni aplicar en su vida cristiana. Cristo vivió con un pueblo cercano que sufría, esperaba, y se alegraba con la palabra llena de misericordia, comprensión,libertad y amor que salía de sus labio. Por eso se acercaban y escuchaban atentos su palabra, la entendían y la vivían. Un cariñoso saludo, amigo.

Juan
2 de abril de 2014 a las 19:24

Buenas las recomendaciones del papa y de fray Martin: necesitamos de un nuevo lenguaje, sobre todo liturgico. Supongo sera labor de los teologos el buscar expresiones nuevas que orienten a los liturgistas. "habeis oido..pero yo os digo".
Todo cambio necesita de hombres valientes, sin miedo a las consecuencias.

Pepe Chisvert
3 de abril de 2014 a las 13:34

Gracias Padre Martín por tus palabras que abren ventanas al mundo y nos ayudan ver la importancia de pasar de una pastoral de conservación a una pastoral de misión. La fidelidad al evangelio y las urgencias del mundo que vivimos nos piden respuestas y acciones fruto del diálogo evangélico. Que sigas poniendo la teología y todo tu saber al servicio de nuestras comunidades. Repito, GRACIAS. Mn. Pepe Chisvert - Principado de Andorra

isabel
3 de abril de 2014 a las 13:58

estoy convencida que la nueva evangelización,traerá esas nuevas formas,que tánto necesita el mundo de hoy .Así se lo pido, al ESPÍRITU SANTO, EL nos acompañe en este nuevo reto, tan necesario y dificil a la vez.Gracias y que elSeñor te siga dando, ese don de palabra..Un cariñoso saludo.

Anonymus
3 de abril de 2014 a las 14:33

Salir a la calle, perderse en el mundo, conocer sus problemas y prestar ayuda entiendo que es lo que pide el Papa. Otra cosa bien distinta es lo que ha pasado a muchos clérigos y cristianos, se han lanzado al mundo a tumba abierta sin calibrar los peligros y han caído en una secularización tal, que han tegiversado el mensaje evangélico con la excusa de hacerle más plausible y acomodaticio a las modas del momento

rosa
3 de abril de 2014 a las 19:51

Gracias fray Martí Gelebert: hace algún tiempo que sigo sus reflexiones, pienso
que hacen mucha falta,en este momento,teólogos con las ideas muy claras,y con la valentía suficiente para decirlas. Ya era hora que se le abriera la jaula, donde se privaba de libertad al Espíritu Santo. El Espíritu está soplando con fuerza, comenzando por el Papa Francisco, y muchos como usted. Estoy esperanzada y activa, ilusionada porque pienso que somos muchos,los que estamos con los ojos puestos en el Jesús del Evangelio, que aún tiene mucho que decirnos. Unidos en Cristo Jesús.

Anónimo
4 de abril de 2014 a las 21:14

Francisco regalará los evangelios en formato bolsillo a quienes acudan al ángelus del domingo en la plaza S. Pedro, según se publica hoy. Un gesto que nos cuestiona y nos reta en este tiempo de reset eclesial Ser evangelio,buena noticia para los demás. Y ello nos exige salir de nuestra zona de confort eclesial. Ahora que para muchos, el camino ya se daba por trazado, sin sorpresas. Dios siempre desinstala.
Gracias P. Gelabert

Anónimo
11 de septiembre de 2015 a las 17:53

es muy interesante leer todos estos apartes, que el papa ha escrito y analizar su postura frente a la iglesia y al mundo, definitivamente este papa es un siervo de Dios se deja llevar por su santo espíritu y se preocupa de la labor que la iglesia a desempeñado a lo largo de la historia, es verdad la iglesia le hace falta mas compromiso y sobre todo ser una iglesia que anuncie a un jesus vivo, a un jesus actuante, a un jesus que camina con el ser humano, un jesus que sufre con el dolor de la humanidad, esto es una tarea de todo cristiano desinstalarnos de nosotros mismos y ir al encuentro del hermano que esta en dificultad.

ANONIMO
9 de febrero de 2017 a las 10:24

Es cierto que en las celebraciones litúrgicas prima en muchas ocasiones la el excesivo cuidado porque salga bien ( casi ostentación ) , pero en cierto modo es conveniente que así sea .
Importante y necesario la necesidad de una iglesia que sale al encuentro con el pobre , que no esta atada a lo normas que transmite comprension , cercania.
Una iglesia que sea capaz de abordar la moral sexual de los jóvenes de hoy y de la pareja

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