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Nacidos fuera del matrimonio
4 comentariosSon datos recién publicados referidos al 2009: En España, el 34,48% de bebes nace ya fuera del matrimonio; la palma se la lleva Canarias (56,75) seguida de Baleares (41,40). Pronostican los demógrafos que en diez años en España más de la mitad de los niños nacerán fuera del matrimonio. Nacer dentro o fuera del matrimonio no asegura, de entrada, ni un ambiente sano ni un desarrollo equilibrado. Tampoco es indicativo de que el niño vaya a ser bautizado o no. Por otra parte, las cifras de nacidos dentro del matrimonio acumulan los matrimonios católicos y los civiles. Eso significa que la proporción de niños nacidos dentro de un matrimonio católico debe ser actualmente minoritaria.
La Iglesia, en estos últimos años, ha estado muy preocupada por la pastoral matrimonial, con sus variantes de pastoral de mediación, que supone conflicto, y pastoral de acompañamiento en la fe. También hay algunos intentos de acompañamiento de personas que practican la fe, pero viven con su pareja en situación canónica irregular: divorciados vueltos a casar y parejas no casadas. Pero sospecho que no se ha prestado la suficiente atención a este fenómeno de niños nacidos fuera del matrimonio, ni se ha reflexionado sobre el modo de acompañar cristianamente a los padres y a los hijos en esta situación. Este es un caso claro de pastoral de los alejados, que requiere especialización y capacidad de acogida y comprensión.
No se trata, a mi modo de ver, de buscar la “conversión de los pecadores”. Se trata de reconocer que dentro de este grupo que estoy describiendo, como en muchos otros grupos, hay personas no sólo con necesidades religiosas, sino con inquietudes cristianas, personas que intuyen que un mejor conocimiento y acercamiento a Jesucristo puede proporcionarles más calidad de vida, más estabilidad personal, mejores modos de vivir globalmente. A estos niños y a estos padres una presentación de Jesucristo como el que viene a salvar, y no a juzgar o a condenar, puede facilitarles el encuentro con él. Y una vivencia de la Iglesia como la madre que comprende y acoge, y no como la que prohíbe o impide, puede invitarles a una progresiva incardinación en este recinto de fraternidad y amor que es la Iglesia. Los jóvenes católicos que en los próximos días se encontrarán en Madrid (y los católicos que no viajen a Madrid) tienen ahí un buen campo para facilitar esta presentación de Jesucristo y esta vivencia de la Iglesia.