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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

7
Ago
2011

Nacidos fuera del matrimonio

4 comentarios

Son datos recién publicados referidos al 2009: En España, el 34,48% de bebes nace ya fuera del matrimonio; la palma se la lleva Canarias (56,75) seguida de Baleares (41,40). Pronostican los demógrafos que en diez años en España más de la mitad de los niños nacerán fuera del matrimonio. Nacer dentro o fuera del matrimonio no asegura, de entrada, ni un ambiente sano ni un desarrollo equilibrado. Tampoco es indicativo de que el niño vaya a ser bautizado o no. Por otra parte, las cifras de nacidos dentro del matrimonio acumulan los matrimonios católicos y los civiles. Eso significa que la proporción de niños nacidos dentro de un matrimonio católico debe ser actualmente minoritaria.
 

La Iglesia, en estos últimos años, ha estado muy preocupada por la pastoral matrimonial, con sus variantes de pastoral de mediación, que supone conflicto, y pastoral de acompañamiento en la fe. También hay algunos intentos de acompañamiento de personas que practican la fe, pero viven con su pareja en situación canónica irregular: divorciados vueltos a casar y parejas no casadas. Pero sospecho que no se ha prestado la suficiente atención a este fenómeno de niños nacidos fuera del matrimonio, ni se ha reflexionado sobre el modo de acompañar cristianamente a los padres y a los hijos en esta situación. Este es un caso claro de pastoral de los alejados, que requiere especialización y capacidad de acogida y comprensión.
 

No se trata, a mi modo de ver, de buscar la “conversión de los pecadores”. Se trata de reconocer que dentro de este grupo que estoy describiendo, como en muchos otros grupos, hay personas no sólo con necesidades religiosas, sino con inquietudes cristianas, personas que intuyen que un mejor conocimiento y acercamiento a Jesucristo puede proporcionarles más calidad de vida, más estabilidad personal, mejores modos de vivir globalmente. A estos niños y a estos padres una presentación de Jesucristo como el que viene a salvar, y no a juzgar o a condenar, puede facilitarles el encuentro con él. Y una vivencia de la Iglesia como la madre que comprende y acoge, y no como la que prohíbe o impide, puede invitarles a una progresiva incardinación en este recinto de fraternidad y amor que es la Iglesia. Los jóvenes católicos que en los próximos días se encontrarán en Madrid (y los católicos que no viajen a Madrid) tienen ahí un buen campo para facilitar esta presentación de Jesucristo y esta vivencia de la Iglesia.

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Paseante
7 de agosto de 2011 a las 13:55

Bien por su entrada padre Gelabert. Si hay un problema social, ahí está o estará la Iglesia. Si no ha habido hasta ahora mucha dedicación a este tema, algó sí hay y tenemos, por parte de carismas y miembros de los religiosos y religiosas fundamentalmente, y si crece, como usted indica, lo habrá más. La Iglesia siempre ha estado y estará ahí. Así es la Iglesia.

Lo que no podemos esperar, ni en este tema, ni en los matrimonios, ni en ningún otro, es que el Estado se preocupe de estos niños, o los partidos, ni la izquierda, ni la derecha, ni los sidicatos, ni los perroflautas indignados. En todo caso, el Estado, con su poder coactivo hará lo posible que muchas de esas madres, muchas de ellas, los maten antes de nacer.

creyente-catolico
8 de agosto de 2011 a las 16:59

Buena entrada...no es tan importante nacer o no dentro de un matrimonio...lo importante es que la Iglesia este dispuesta a estar junto a ellos y así poder conocer a Jesucristo.

JM Valderas
8 de agosto de 2011 a las 20:01

Querido Martín, el problema es especialmente importante y me alegro de que lo plantees en esos términos. Permíteme una experiencia reciente. En el porche de mi casa: un grupo de antiguos compañeros de colegio de mis hijos; rozan la cuarentena, con bastante fortuna profesional en el ejercio de sus carreras y con hijos todos ellos; varias parejas con tres (lo que supone una vida de sacrificio) y algunas con hijos por FIV. Dominan las parejas de hecho. Ellos mismos se reconocen con sorna "amancebados", pues han recibido una formación católica en la infancia y adolescencia. Algunas se consideran demasiado mayores para pasar por la vicaría. Les da un punto de vergüenza, aunque si le preguntas a la mujer éstas preferirían hacerlo. Pero todas las parejas parecen mostrar un tímido interés en el bautizo de sus hijos. Unos párrocos no ponen pegas, pero otros buscan una coherencia entre vida y sacramento. Desde mi punto de vista, la figura clave aquí se encuentra en el padrino. ¿Por qué? Porque si es católico practicante buscará cómo educar en la fe a los ahijados, sobre todo si son los abuelos. Hay muchas maneras de enseñarles a rezar e introducir en la fe a esos niños que nunca rezarán en familia como sí lo hicieron sus padres. Por ejemplo, con las canciones de Navidad, que son pegadizas y les encanta. Importa que esas primeras oraciones y primeras nociones religiosas de los niños estén diligentemente preparadas. Con los padres educados en la fe, que luego abandonaron en los últimos años de colegio, me imagino que cada caso requerirá un planteamniento distinto; quizá, como siempre, el más eficaz y el que más les llama la atención sea fray ejemplo. ¿Cómo una persona con tal o cual preparación puede ir a la iglesia, creerse esos mitos y recitar tales mantras? Que Dios bendiga a los jóvenes de la JMJ 2011.

Gracias
8 de agosto de 2011 a las 21:55

Creo que lo más importante de todo es acompañar, no juzgar y ver la realidad en la que viven estas parejas.Hay una gran falta de formación, de educación en la fe en los que nos llamamos cristianos practicantes. Muchas de estas parejas no ven ejemplo en los que nos llamamos Iglesia, tantas veces los abandonamos a su suerte.Por eso subrayo la importancia de una buena catequesis de adultos y que esta la den personas coherentes con su fe y que desde luego sepan hacer un buen acompañamiento desde la prudencia y el amor.

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