Logo dominicosdominicos

Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

2
Jul
2010

Milagros de Jesús, signos de humanidad

6 comentarios

Tendemos a considerar los milagros de Jesús como signos de su divinidad: solo Dios puede hacer obras como estas. Cuando pensamos así deberíamos preguntarnos si en la misión de Jesús entraba una política de prestigio querida por Dios. El hecho de que no interviniera para arrancarle de la muerte, ni para rodear su resurrección de signos deslumbrantes, nos conduce a pensar que Dios no quería asegurar el triunfo de su enviado por medios de poder. Cuando a Jesús le pedían algún milagro se mostraba reservado, y no recurría a ellos para sacudir la incredulidad de la gente. Dios no utiliza medios de presión para manifestar su presencia.

Para entender los milagros de Jesús debemos comenzar por preguntar cuál es su sentido y su pretensión. Fijémonos en la categoría más numerosa de milagros, las curaciones de enfermos y de poseídos por el diablo (que también eran enfermos, pues entonces la enfermedad se atribuía al pecado o a la influencia de espíritus malvados). Su actividad curativa es la expresión visual de su mensaje. Jesús no es un personaje que hace valer su poder extraordinario para que se reconozca su autoridad divina, sino un ser lleno de humanidad y compasión, que expresa con su palabra y su obra la compasión de Dios para con los que sufren, su indignación ante la injusticia o la indiferencia de que son victimas, su proximidad a los pequeños. Las curaciones de Jesús ilustran la buena nueva que él anuncia con su palabra: Dichosos los pobres, los tristes, lo que tienen hambre y sed de hacer la voluntad de Dios.

La síntesis de la vida de Jesús de Hch 10,38 (“pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él”) remite a un hecho histórico, sólido, cargado de significación, a saber: que Jesús pasó la mayor parte de su vida entre enfermos y gente de condición modesta, haciendo propio el sufrimiento ajeno y ocupándose, por eso mismo, de todo sufrimiento, considerándose enviado por Dios para restaurar la dignidad de los que sufren. Los milagros de Jesús, más que la omnipotencia divina, revelan la humanidad de Dios. Una humanidad que llama a cada uno de nosotros a ser humanos como Dios es humano. Con una nueva humanidad.

Posterior Anterior


Hay 6 comentarios, comparte el tuyo

En caso de duda, puede consultar las normas sobre comentarios.

Aviso: los comentarios no se publican en el momento. Para evitar abusos, los comentarios sólo son publicados cuando lo autorizan los administradores. Por este motivo, tu comentario puede tardar algún tiempo en aparecer.

Cancelar repuesta


josemaría esteve i pallarés,op
2 de julio de 2010 a las 20:11

Comparto esta poesía de Alberti.Cada cual que saque su consecuencia.
"Di,Jesucristo, ¿por qué de besan tantos los pies?
Soy San Pedro aqui sentado,
en bronce inmovilizado,
no puedo mirar de lado ni pegar un puntapié,
pues tengo los pies cansados,
como ves.
Haz un MILAGRO Señor.
Déjame bajar al río,
volver a ser pescador,
que es lo mío"

perpetuo socorro
3 de julio de 2010 a las 10:25

es cierto, es algo extraño. Siempre me he preguntado porque curo a este si y a este no. ¿De que dependia?¿del curado?¿de su fe?¿de la forma de pedirlo?¿de Jesus?...Hoy la gente tambien pedimos milagros, tema que ud trato hace poco,. Naadie queremos sufrir, ni ver sufrir a nadie. Es natural

Oscar
3 de julio de 2010 a las 13:34

Excelente artículo, profesor. A veces imaginamos a Jesús como un milagrero. Yo me lo imagino como un hombre compasivo, que hacía el bien por allí donde pasaba, que empleaba todas sus fuerzas en favor del necesitado. Y así veo en Jesús un estímulo para mi propio comportamiento.

pincel
3 de julio de 2010 a las 15:05

El milagro de la Vida lo observamos cada día, si somos conscientes de la Presencia de Dios en todo lo que nos rodea. El milagro del cristiano es abandonar-se, ser pincel en manos del Pintor, paleta de Luz-entre-sombras. Como Jesucristo. Estaré con vosotros hasta el final...milagro del Dios-Amor

DL
3 de julio de 2010 a las 19:32

La Gracia no destruye la naturaleza, ni la sustituye, pero la renueva, a veces con milagros. Además la renueva si por nuestra parte respondemos a su llamada con nuestro si y nuestro asentimiento, caminando para conseguir esa NUEVA HUMANIDAD.

Bernardo
4 de julio de 2010 a las 12:08

Magníficamente planteado, Martín. A mí me gusta decir que los milagros son lo que la etimología nos dice: maravillas, cosas que nos admiran. Ver a Jesús haciendo aquellas cosas debería ser maravilloso para los que le seguían y en especial para los pobres que no podían esperar otra cosa de nadie más que de Dios mismo. Los milagros son expresión de la compasión de Dios por los hombres y de su compromiso por el Reino, una estructura de justicia y misericordia para el mundo.

Logo dominicos dominicos