Logo dominicosdominicos

Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

3
Jun
2011

¿Me amas?

5 comentarios

Jesús, una vez resucitado, preguntó a Pedro y nos sigue preguntando a cada uno de nosotros: ¿me amas?. ¿me amas más que a todo lo demás?, ¿estás dispuesto a dejarlo todo por mi amor?

 

El que ante una pregunta así responde: ¿y qué me vas a dar si te amo?, no entiende nada de amores. El amor no se sitúa en el terreno del interés, sino en el de la gratuidad. Te amo porque sí, porque no entiendo cómo mi vida tendría sentido sin ti. Cierto, uno intuye que la gratuidad del amor esconde una sorpresa: el ciento por uno en esta vida y la vida eterna. Pero esta sorpresa viene por añadidura. Porque el amor vale por sí mismo. No es un asunto de interés. Es un asunto de calidad de vida.

 

Si tú, como Pedro, eres capaz de decir: “Señor, tú sabes que te amo”, entonces escucharás su voz potente y seductora que te dice: “Sígueme” (Jn 21,29). El seguimiento tiene una meta: “Me voy al Padre” (Jn 14,28), “para que donde esté yo, estéis también vosotros” (Jn 14,3). Todos juntos viviendo en el amor: “Yo estoy en mi Padre, vosotros en mi y yo en vosotros” (Jn 14,20).

Posterior Anterior


Hay 5 comentarios, comparte el tuyo

En caso de duda, puede consultar las normas sobre comentarios.

Aviso: los comentarios no se publican en el momento. Para evitar abusos, los comentarios sólo son publicados cuando lo autorizan los administradores. Por este motivo, tu comentario puede tardar algún tiempo en aparecer.

Cancelar repuesta


Juanjo
3 de junio de 2011 a las 11:47

La pregunta ¿Me amas? Me lleva inmediatamente a recordar otra pregunta de Jesús, ¿Y vosotros quien decís que soy yo?
Porque de la respuesta que se dé se derivarán unas implicaciones u otras, habrá un compromiso o no habrá nada.
Evidentemente la pregunta es astutamente profunda. No es una prueba de la ortodoxia intelectual que podamos tener de Jesús. No pide un asentimiento ideológico. Las preguntas de Jesús comprometen. Me obligan a ser coherente en mi ortopraxis si realmente he captado quien es Jesús. Y como me comprometen, me incomodan y en cierta medida me dan miedo. No solo miedo al seguimiento sino a la infidelidad en el mismo.
Por eso el ¿me amas? de Jesús exige compromiso, pero sin olvidar que en ese amor hay correspondencia por parte de Él. Y ante el miedo a la infidelidad no conviene olvidar que en esa relación no hay simetría, que su amor siempre va ser “mucho mayor” y siempre dispuesto a perdonar mi poco amor.
Quizá en el fondo Jesús esté diciendo; tú me quieres amar, y eso está bien, pero quien de verdad ama soy yo a ti.

javier langarita
3 de junio de 2011 a las 12:06

Querido Martín, no es baladí que Jesús haga esta pregunta "después de resucitado", ya que el abandono generalizado en el último episodio de su vida humana fue significativo. Y las dudas y recelos ante sus "apariciones" después de resucitar me parecen tan tremendamente humanas. Lejos del fanatismo dudaban.
Luego lo entienden yo creo que precisamente desde la gratuidad y su fruto: la alegría.
Yo, personalmente, creo que muchas veces le mercadeamos al Padre con el amor. Yo te pido... Tú me das. Quizás no hemos entendido el sentido de la Gratitud.
Para mi lo que planteas es una de las pocas balsas en las que subirse para entender el amor en el dolor. Y eso que en ocasiones se ha comentado: qué sentido tiene la oración. Si Dios existe porqué permite el dolor y la miseria. Nos conformamos con esa idea de la autonomía y la libertad?
Si lo puede todo, ¿Porqué no interviene ante las tragedias y miserias? Si interviene, en algunos casos, ¿qué criterio sigue?. Tengo la intuición, que es más de fiar que la razón - tiene más experiencia en nuestro proceso evolutivo-, que esto se resolverá desde la ciencia. Quizás sea una aberración lo que digo, pero como diría Mou ¿Porqué no? En fin, es viernes, muchas dudas Martín.

josemaría esteve i pallarés,op
3 de junio de 2011 a las 22:45

Me he encontrado en el NT con dos hombres con decisión,valentía.Uno que no lo debe amar y ha decidido hacer negocio de su "amistad" y entregarlo, Judas que abandona a Jesús y abandona el grupo.(Era de noche)
Otro valiente,el que daría la vida por Él,pero que esa misma noche lo negara tres veces.
Pedro lo negará pero podra ver la mirada del amigo y sentirá el dolor de sentirse infiel.
Todos somos infieles. Si nos alejamos de Jesús,nos alejamos del prójimo,del otro,del Hombre....será de noche y no veremos la luz de la mirada de Jesús.

de amor el fuego
4 de junio de 2011 a las 01:28

De los dos un río,
de amor el fuego,
de los dos el lazo,
a los dos conocido
fluye suave el espíritu
muy semejante,
inseparable.
Los tres son uno.
¿Sabes qué?. No.
Solo él se sabe todo.

Meister Eckhart

Desiderio
4 de junio de 2011 a las 14:03

Bueno, a mí este post me sugiere una reflexión en el terreno del discernimiento. No lo digo tanto por discernir nuestro amor a Jesucristo, sino en cómo se plasma ese amor en nuestro día a día cotidiano, en nuestros compromisos, en nuestras relaciones, en nuestros proyectos... En ocasiones me cuesta discernir lo que viene de Dios y lo que es mío, hasta qué punto mantener un compromiso viene de Dios o es miedo mío a romperlo, hasta qué punto lanzarte a un proyecto nuevo viene de Dios o no es más que un interés propio,... Supongo que estas situaciones, cada uno las suyas, serán algo común a todo ser humano, y el camino para discernir será la paz interior, el sentir de algún modo que lo que haces es lo correcto, también dejar que la vida de algún modo te vaya abriendo o cerrando puertas,... Efectivamente no se trata de tu propia autocomplacencia, sino de intentar hacer el bien para el prójimo -¿no es eso la vida teologal?- viviéndolo en paz y serenidad. Una cosa no quita la otra, pero la otra sí que puede quitar la una. Supongo que el ideal sería aunar ambos aspectos, buscar el bien del prójimo como proyecto de vida personal. El problema para mí es ese descenso a lo concreto.

Logo dominicos dominicos