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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

2
Sep
2011

Lázaro, ¿murió o no murió?

29 comentarios

Cuando uno trata de explicar el sentido teológico de algunos relatos evangélicos, y más en general, de los relatos bíblicos, siempre hay alguien que pregunta: “pero, bueno, ¿sucedió o no sucedió?". Interesa más la materialidad del hecho que su sentido. Porque pensamos que la materialidad del hecho, por ejemplo, la resurrección de Lázaro, es prueba “evidente” de la divinidad de Cristo. Y si resulta que “no murió de verdad”, parece que nos quedamos sin “pruebas” (que no es lo mismo que argumentos) a favor de la divinidad. Olvidamos así que la divinidad de Cristo es un dato de fe y no una cuestión de pruebas.
 

Un exegeta prudente, amigo mío, ha escrito: “Nadie, excepto Jesús, ha retornado de la muerte, y ninguno retornará jamás de la muerte, para vivir en este mundo su vida mortal”. Por tanto, si Lázaro pudo “regresar a esta vida” fue “porque las condiciones de su organismo y de su cerebro todavía lo permitían. Podríamos compararlo con los estados de coma irreversible que se conocen actualmente y que, tanto médica como clínicamente están abocados a permanecer latiendo como ‘vida’ por un tiempo indefinido” (S. Villota).
 

Hay dos razones, una antropológica y otra teológica, que avalan esta exégesis. La razón antropológica: si la muerte es la cesación irreversible (nótese bien: irreversible) de todas las funciones vitales, es claro que nadie regresa de la muerte. La razón teológica: si la muerte es la entrada definitiva en el cielo, es claro que la situación de “muerte” de Lázaro no puede entenderse como el final de su vida terrena y el comienzo de la eterna, porque el Cielo es un estado definitivo, sin vuelta atrás, y si se le hubiera sacado del Cielo para devolverlo a la tierra (aparte de la “mala jugada” que eso hubiera supuesto para él), se le hubiera expuesto al riesgo de ir al infierno (lo digo de forma sencilla para que se entienda la dificultad teológica). Estas cosas tienen que quedar claras, para no exponer al ridículo nuestra fe, y también para no alimentar falsas esperanzas en enfermos, moribundos y familiares.

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JM Valderas
2 de septiembre de 2011 a las 10:48

Querido Martín, he disfrutado hoy con tu post. Me parece sumamente didáctico. Ojalá se multiplicara esta docencia entre tanto disparate y obnubilación. Me explicaré. Como tu colega Sixto supongo nos dirá cuando aparezca su libro, la religión se extiende hoy desde fuera y desde dentro. Así lo dicen. Desde fuera, la neurología, la genética, la psicología y la teoría cognitiva de la religión, se han unido desde hace una veintena de años para abordar con cierta base científica el fenómeno religioso. Uno de los postulados de la teoría cognitiva, perspectiva que se propone aunar el resto de las disciplinas mencionadas, es que la religión se caracteriza, entre otras cosas, por sus relatos contraintuitivos (los milagros, árboles o nubes que hablan, etcétera). Tal repiten Scott Adrian y Pascal Boyer, por citar dos representantes máximos. Los relatos contraintuitivos poseen dos propias características: la memoria y la facilidad de transmisión. Apliquemos eso a la resurrección de Lázaro. Es un relato contraintuitivo, es decir, va contra la explicación natural de los fenómenos (lo que tersamente expones desde la antropología y la teología). Es onvio que hemos de ir depurando en lo posible las contraintuiciones para que penetre el mensaje de Cristo. Por eso, si me permites, habría que proseguir y darle coherencia con la situación de coma a los detalles incómodos. ¿Cómo explica tu biblista el olor de los días en que lleva muerto?. ¿Lo atribuye a la corrupción de las sustancias de limpieza del amortajado? ¿Quizá a la sugestión de las hermanas? ¿Cómo es que no estaba ya enterrado de acuerdo con la ley talmúdica sumamente exigente en la higiene y la sanidad? Muchos agradecerán tu post de hoy.

Martín Gelabert
2 de septiembre de 2011 a las 12:20

Gracias, amigo Valderas, por tu intervención. Aprovecho la ocasión para contar un hecho auténtico, por si alguien tiene una explicación plausible y nos la quiere ofrecer. Hace unos dos años se trasladaron los restos de una venerable (fallecida hace más de cien años) de un monasterio a otro. Las monjas presentes al abrirse la tumba detectaron un agradable olor a perfume. Lo interesante es que ese olor lo detectó también el albañil y otras personas presentes. Como el asunto es serio y merecen esas personas toda mi confianza, siempre me he quedado con la pregunta de si médicamente o forénsicamente o clínicamente o químicamente se han detectado fenómenos similares en otros cadáveres, o sea, si es posible que los cadáveres en determinadas circunstancias desprendan cierto tipo de olor más o menos agradable. He buscado información al respeto, sin encontrarla.

depende, todo depende
2 de septiembre de 2011 a las 12:55

Buen pase de verónica, estimado blogger. No hay como enfocar lo verdaderamente importante la vida-muerte, para que el humo se esfume. Aunque lo que no se enfoca, y no sale en los blogs sigue existiendo. Hay brechas profundas en la Iglesia católica. Como la que hay entre racionalistas y aquellos que aceptan una realidad trans-racional, que no conocemos, pero que existe. Porque la razón humana, incluida la teológica, es limitada. No lo olvidemos.Hay que traspasar lo simbólico el significante para llegar al significado.

Los racionalistas tienen una dificultad a la hora de interpretar fenómenos que van más allá de explicacion racionalista y científica. Los milagros, por ejemplo. Los aceptados como tales por la Iglesia católica apostolica y romana- precisan de la opinión de la ciencia médica,si se trata de curación. Curación no explicable por causas médicas conocidas, concluye el galeno de turno ante curación que la ciencia médica no tiene razones cientificas que lo avalen.

La ciencia va avanzando por dialogos interdiciplinares, trans-racionales, trans-personales. El racionalismo no es la última palabra. Hay variables cuyo control escapa a la ciencia. Preguntemos a los místicos. Supieron ver más allá de lo evidente. El Misterio que sobrepasa la razón. La traspasa de Luz y Amor.
¿ Y Lázaro? Según los avances científicos - multiversos, teoría de cuerdas-, pues estaba a la vez vivo y muerto. Depende del espacio-tiempo del observador. Para Dios todo es posible. Ya nos daremos cuenta. Que los viajes en el espacio-tiempo son casi una realidad. Saludos cordiales

oskar
2 de septiembre de 2011 a las 13:00

Estimado Martin, como es costumbre siempre poniéndo el dedo en la llaga y abordando cuestiones a priori incómodas. El racionalismo moderno nos ha llevado, como sociedad, a la necesidad imperiosa de pruebas materiales para verificar la verdad, hasta el punto de Descartes que justifica la existencia en el pensamiento ("pienso luego existo"), como si la existencia tuviese que ser probada. Cuan diferente la filosofía tomista, "pienso como pienso porque soy quien soy", y llevado al extremo soy quien soy porque el "esse" me hace ser así. En cuanto a la resurreción de Lazaro y Cristo como bien dices es cuestión de FE, no de racionalidad, y precisamente se llama FE porque no es 100% racional.

Referente a las preguntas que plantea el amigo Valderas, es fácilmente explicable la cuestión del olor, y no precisamente por la sugestión de Marta y María. Se utiliza con frecuencia el término, que no me gusta nada, de "estado vegetativo" para referirse a personas en coma. El sistema nervioso se divide en SN autónomo y SN voluntario. En un estado de coma se produce el fallo, la parálisis, del SN voluntario, pero el SN autónomo o vegetativo sigue funcionando (si éste parase estaríamos hablando de la muerte). Pues este SN involuntario o autónomo es el encargado de las funciones vitales inconscientes que realizamos diariamente: control del ritmo respiratorio y cardiaco, mantenimiento de la postura erguida y del equilibrio, homeostasis interna, etc, y también es responsable de la digestión o formación de orina. Pues bien, una persona en coma sigue orinando y defecando, por lo tanto el mal olor referido por el evangelista facilmente podría ser debido a las deyecciones realizadas por el cuerpo inerte de Lazaro, amén de la fermentación de las mismas por el calor, etc.

Yo no soy médico, soy veterinario, y puedo asegurar que cuando tengo algún animal hospitalizado en coma, al entrar a primera hora en la sala de hospitalización, muchas veces el olor es realmente nauseabundo, especialmente en invierno cuando se les tiene que dejar la calefacción encendida por la noche.

Un saludo.

Juanjo
2 de septiembre de 2011 a las 13:27

Leer y entender muchos de los pasajes evangélicos “a la letra” sea el caso de la resurrección de Lázaro, de las bodas de Caná, o del nacimiento en el pesebre…. es mutilar muchas veces su verdadero significado. Y esto lo digo por propia experiencia personal. Cuando se comprende como una genial elaboración teológica, se tienen los presupuestos para sacarles todo su jugo. En el estado actual del estudio exegético creo que la jerarquía debería hacer un esfuerzo por incorporar los grandes avances en este terreno. Fundamentalmente para ser fieles al texto. Uno, (yo al menos) se queda maravillado al captar el verdadero sentido del texto.
Yo no se quien escribió los evangelios, en cierto sentido son anónimos, pero sí sé que quien los escribiera o recopilara debía ser “un genio”, inspirado por Dios sí, pero un genio.

Si se les dice a los enfermos en coma
2 de septiembre de 2011 a las 13:28

que se levanten, salen del coma y se ponen a andar?

Oscar
2 de septiembre de 2011 a las 14:04

Del coma se sale. De la muerte, no. La verdadera cuestión, a mi entender, es qué tipo de lectura hacemos de esos relatos milagrosos.

JM Valderas
2 de septiembre de 2011 a las 14:32

Martín, si me permites, en respuesta a la ingeniosa propuesta de Oskar. Una de las técnicas más usadas por la medicina hipocrática y oriental para saber el estado de un paciente era el pulso. De hecho, los tratados De pulsu se repiten a lo largo de la historia de la medicina galénica. El ritmo cardiaco, la presión arterial, pertenece como bien recuerda Oskar al SNA. Marta y María se lo mirarían para cerciorarse de que no estaba muerto. Por eso apunté y sigo creyendo en el poder de la sugestión, entre otros motivos posibles.

ars moriendi ars vivendi
2 de septiembre de 2011 a las 16:19

Para los interesados en el aspecto "gore" - el timming de la descomposición y podredumbre de nuestro cuerpito serrano, la muerte minuto a minuto, este libro: Cómo morimos. Reflexiones sobre el último capítulo de la vida de Sherwin B. Nuland Profesor de cirugía e historia de la medicina de la Universidad de Yale. Alianza Editorial. Espíritus muy sensibles acercarse con tiento. presenta la muerte como solo un profesor de cirugía puede hacerlo:de forma clara, honesta y realista. A m

"Vive entonces de forma que, cuando te llegue la cita para unirte
a la innumerable caravana que avanza
hacia ese misterioso reino, donde cada uno ocupará
su cámara en los silenciosos corredores de la muerte,
no vayas como un esclavo de las canteras, azotado
por la noche hasta su calabozo, sino que, sostenido y consolado
por una confianza firma, acércate a tu tumba
como el que se cubre con la ropa de su lecho
y se echa esperando dulces sueños"

Tanatopsis

William Cullen Bryant

A morir se aprende...muriendo.Cada día. Se muere como se vive. La muerte solo es una puerta que se abre. Nos lanzamos a un Abismo. Gracias a la fe sabemos que es Abismo de Luz.

último aliento
2 de septiembre de 2011 a las 16:35

La prueba final para saber si una persona ha fallecido es la del "último aliento" : se coloca un espejo ante la nariz-boca de la persona: si no lo empaña es que " Ha exalado su último aliento". Expiró.Despues del primer hálito que YHWH insufla en los orificios nasales del primer hombre, cada persona retorna a ese primer Aliento de Vida , cesando en el ritmo inspiración-espiración.La muerte la antesala, ahora sí, de respirar a pleno pulmón, al Aire de su Vuelo.

Ignorante
4 de septiembre de 2011 a las 14:57

Estaria en el limbo?Para el Creador hasta de las piedras saca hijos de Abram.

Mostaza
4 de septiembre de 2011 a las 15:18

Con todo respeto y sin ánimo de polémica, quisiera aportar otro enfoque sobre el tema.Jesús tenía poderes y los utilizaba,en los Evangelios encontramos veintisite relatos de milagro.Cuando los discípulos de Juan el Bautista acuden a Jesús de parte de su maestro, y le preguntan si es "el que ha de venir", responde con una descripción de su programa: "Los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva"(Mateo 11-5//Lucas 7,22).Jesús incluye la resurrección (revivificación)entre los signos del tiempo nuevo del Reino que comienza.
La palabra de Jesús es una orden llena de autoridad: "Lázaro, sal afuera"...a la hija de Jairo: "Talitá kum, Muchacha a ti te digo, levántate"...o al hijo de la viuda de Naím: "Joven, a ti te digo: Levántate". Los tres relatos signos de poder sobre la vida y la muerte ejercido por Jesús, el Enviado.
Admiro el camino común entre fe y razón en la búsqueda de la Verdad,y comparto muchas ideas de los comentarios tan sinceros, pero creo que hemos de recordar siempre que Jesús manifestó su autoridad no sólo con palabras sino con hechos.
Enhorabuena por el blog y un abrazo.

Jesús se con-duele
4 de septiembre de 2011 a las 23:38

Es necesario hablar de la muerte en una sociedad que solo desea maquillarla. Y acompañar a la persona que va a realizar el tránsito,ya quienes le acompañan.Los familiares deben dejar ir a quien le ha llegado la hora. Han de realizar su duelo. Afortunadamente hay toda una pastoral del duelo que acompañan a familiares con dificultad para realizarlo ellos solo. Los hermanos Camilos, entre otros, y un equipo de profesionales ofrecen este acompañamiento con competencia profesional y cristiana.A veces la fe es necesario acompañarla con un apoyo profesional. No es un desdoro. Ni significa que nuestra fe se vea disminuida. Jesús acompañó en el duelo a Marta y María.Lloró con ellas. Lloró la ausencia del amigo. Como Hijo de Dios llevó a cabo un signo en Lázaro. Jesús : Dios y Hombre. Jesucristo está a nuestro lado en nuestras muertes y fracasos cotidianos. Se compadece. " Levántate". Nos recuerda que aun estamos en camino. Gracias Martín y al resto de comentaristas.

Rizando el rizo
5 de septiembre de 2011 a las 00:50

Los milagros liberan las dimensiones amenazantes de la vida humana y son signos de la irrupción del Reino. Dios, en su Hijo, devuelve a la humanidad su rostro fiable no derogando o contradiciendo las leyes de la naturaleza, sino trascendiéndolas en un momento concreto como signo de revelación, gracia y compasión para el mismo hombre. Es una innovación de realidad divina, de carácter puntual pero con significado universal. Si admitimos el carácter comatoso(aun a riesgo de incurrir en dualismo antropológico), éste sólo debemos atribuírselo al alma de Lázaro, en espera de volver a vivificar un cuerpo que estaba muerto. He aquí una excepción para mostrar las nuevas posibilidades que Dios es capaz de abrir en su creación.

Eleuterio Fernández Guzmán
6 de septiembre de 2011 a las 15:53

Estimado Martín

Me parece muy interesante lo que escribes acerca de la, al parecer, resurección de Lázaro. Entonces, me gustaría saber, si es que es posible, si el enfermo amigo de Jesús sólo estaba enfermo ¿Es que todos se equivocaban cuando creían que estaba muerto?.Y, si, en realidad, no estaba muerto. ¿Por qué salió de aquella tumba cuando lo llamó Jesús? ¿Se había recuperado de alguna sordera o algo por el estilo?

Pregunto, también, si resulta que Lázaro no estaba muerto, ¿Para qué da gracias Jesús al Padre por lo que iba a hacer para que lo vieran aquellos que lo verían y que, con gozo, dijera que había ocultado las cosas a los sabios y se las había enseñado a los menos ilustrados de su época?

También pregunto si es que tampoco devolvió a la vida al hijo de la viuda o a la hija de Jairo. Entonces, ¿Resultarán todas estas cosas interpretaciones de los interesados o es que no puede aceptarse lo que pasó?

Martín Gelabert
6 de septiembre de 2011 a las 18:31

Estimado Eleuterio: Yo he buscado, un poco a tientas, encontrar una explicación que sea coherente con los datos de la fe. Y por eso uno de los argumentos que ofrezco es teológico. Por lo demás no cabe duda de que detrás del relato hay un hecho histórico que asombró a los contemporáneos de Jesús y que fue ocasión de la gran catequesis de Jesús: "Yo soy la resurrección y la vida". Parece difícil delimitar con exactitud el hecho que hay detrás, pero eso es lo de menos, porque lo de más es el dato de fe que se quiere transmitir. Y ese es el fondo de todos los relatos de resurrección: son anticipaciones de la verdadera y única resurrección que es la de Jesús y la de nosotros con él. Pero esta resurrección no es la vuelta a este mundo, sino la entrada definitiva en la Vida plena.

Maria Vicenta Mogort
29 de marzo de 2017 a las 22:33

Hola P. Martín, estoy de acuerdo en su comentario. Pero me gustaría aportar una teoría particular; el Evangelio dice que Lázaro "olía", es decir que llevaba días muerto. Jesús lo resucitó para gloria del Padre, mostrando su divinidad y también su humanidad. Se puso a llorar cuando la hermana le salió al encuentro. Y sí Para mostrar que el Hijo de Dios tiene poder sobre la vida y la muerte, se compadeció y lo resucitó. Pero esto està en un plano terrenal, lo cual debió volver a morir pero para la vida eterna. Gracias, Martín?

ivan grillo
29 de marzo de 2017 a las 23:04

Les recomiendo, a los que les inquieta estas cuestiones de relatos evangélicos, que lean o consulten con el Biblista: Ariel Alvarez Valdes, persona que ha estudiado a profundidad estos temas y bien podría responder acertadamente las inquietudes creadas a partir de estos relatos, que no se pueden considerar ni históricos ni científicos.

ivan grillo
29 de marzo de 2017 a las 23:13

La dirección del Biblista que recomiendo consultar es:

alvarezvaldesariel@gmail.com

Huber Bech
3 de abril de 2017 a las 01:24

Me parece que el articulista está muy equivocado en sus apreciaciones -que sinceramente lo hubiera esperado de un jesuita pero no de un dominico- y para ello me apoyo en los textos de Benedicto XVI:

CRISTO DERRUMBA EL MURO DE LA MUERTE
Hoy escuchamos la “voz de la fe” de labios de Marta, la hermana de Lázaro. Jesús replica: “Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá”. Esta es la verdadera novedad, que irrumpe y supera toda barrera. Cristo derrumba el muro de la muerte; en Él habita toda la plenitud de Dios, que es vida, vida eterna. Por esto, la muerte no tuvo poder sobre Él; y la resurrección de Lázaro es signo de su dominio total sobre la muerte física, que ante Dios es como un “sueño”.

Pero hay otra muerte, que costó a Cristo la lucha más dura, incluso el precio de la cruz: se trata de la muerte espiritual, el pecado, que amenaza con arruinar la existencia del hombre.

—Jesucristo murió para vencer esta muerte, y su resurrección no es el regreso a la vida precedente, sino la apertura de una nueva realidad, una “nueva tierra”, finalmente unida de nuevo con el cielo de Dios.

Huber Bech
3 de abril de 2017 a las 01:33

Y termino con esta otra bella reflexión -más antigua- pero reveladora:

San Juan Damasceno (c. 675-749), monje, teólogo, doctor de la Iglesia
Tríode de Maitines del sábado de Lázaro, odas 6-9

Como mortal, tú invocas al Padre; como Dios despiertas a Lázaro. Por esto te cantamos, oh Cristo, por los siglos de los siglos... Tú resucitas a Lázaro, un muerto de cuatro días. Tú lo haces surgir de la tumba, convirtiéndole en testimonio verídico de tu resurrección al tercer día. Tú caminas, lloras, hablas, Salvador mío, mostrando tu naturaleza humana. Pero resucitando a Lázaro revelas tu naturaleza divina. De manera inefable, Señor, Salvador mío, según tus dos naturalezas, has realizado mi salvación.

Renex
8 de junio de 2018 a las 23:55

No seas incredulo si no creyente; lo que es imposible para los hombres es posible para Dios. Por que tentais al Señor diciendo semejante barbaridad, hombre de poca fe? No leiste en el mismo capitulo que el cuerpo de Lazaro ya hedia?

Hildebrando Cruz Salgado
4 de octubre de 2018 a las 01:08

Entre más leo las Sagradas escrituras y consulto a los teólogos, más me acerco a la explicación racional de los textos bíblicos que a mi parecer en nada contradicen lo racional ya que Dios no puede ser irracional, ni absurdo. Lo que sucede es que por siglos nos enseñaron a creer en un Dios mago y en un Hijo de Dios de su misma naturaleza es decir mago como su Padre. Yo no se cuál es el problema para la fe el atrevernos a creer en la infinita verdad, bondad y poder de un Dios que sin contradecirse pervirtiendo las leyes naturales creadas por el mismo obra de modo ordinario sin necesitar alterar alguna cosa para mostrar su grandeza y su poder. Yendo al tema de la resurrección, lo realmente extraordinario es que aún hayan personas confundiendo la reanimación con la resurrección o del mismo modo que aún hoy estemos pensando que la muerte física es producto del pecado y no sencillamente consecuencia de nuestra condición biológica. Nada me ha hecho más libre que poder creer en un Dios verdadero y no en las miles de caricaturas que el hombre a encerrado a Dios poniéndolo a hacer lo que jamás haría un ser infinitamente sabio, poderoso, bueno, veráz, principio y fin de todas las cosas.

Jesús
10 de noviembre de 2018 a las 05:39

Que fasinante foro teologico-racional he leido varios conentarios y el articulo por supesto...una mirada maravillosa de la fe alejada de mitos y alegorias...volviendola real y fáctica....entendiendo el milagro y la maravilla en el mismiso intelecto humano prueba absoluta de que Dios Es. Me alegro de haber que hay personas como yo que sienten a Dios. Q saben que Es. Pero no permiten q otros humanos les quiten el sentido critico y

Jesús Mª
30 de abril de 2019 a las 12:59

Yo pienso que Lázaro no existió. En el relato de Jesús con Marta (activa y nerviosa) y María (escuchante de la Palabra) a Lázaro ni se le menciona. Creo que éste Lázaro es el mismo de la Parábola del rico Epulón y el mendigo Lázaro. En una parte de esta parábola Epulón pide que Lázaro resucite para que los hermanos de Epulón se conviertan y no vayan a ese lugar de tormento. La "resurrección" de Lázaro nos recuerda que incluso éste resucitado, nada cambió. Los hombres no se convirtieron, acusaron y mataron a Jesús.

fabrizio
13 de mayo de 2019 a las 21:05

es inpresionante

Ramiro Torres
12 de octubre de 2019 a las 21:03

Buenas tardes, me pareció muy interesante su blog, y espero no sea molestia hacer algunos comentarios al respecto.
Debemos saber ante todo que en el momento de la resurrección de Lázaro, ningún hombre había podido entrar al cielo!, Salvo unos pocos elegidos según la Biblia, como el ejemplo de Enoc. En ese contexto, y luego de que con la antigua ley ( los 10 mandamientos), nadie haya podido cumplirlas, Cristo vino al mundo para un nuevo pacto, en donde con su sacrificio puedan ser perdonados todos los pecados de los antiguos y con la confesión y la eucaristía también de los que vinimos después. Entendiendo esto, en ese contexto Lázaro no estaría en el cielo cuando murió!, Sino en una especie de Limbo o purgatorio, del cual también habla la Biblia, por lo que si se lo resucitó en realidad se le dio una nueva oportunidad, aparte de hacer ver que Cristo es Dios, y por supuesto TODO LO PUEDE, eso no sería explicado con ciencia, creo que ese es el problema aquí, quien si el que pudo hacer el ojo o el oído, todo cuanto existe y se ve y lo que no se ve no podía resutirar a un muerto?, Es solo fe y el legado de la historia de unos pocos testigos que gratuitamente legaron esto para las generaciones venideras, creo que no debemos encontrar un sentido razonable para agradar a los demás, creo que el secreto está en disfrutar de nuestra fe con la total confianza y alegría de que iremos a su reino algún día , si es que lo merecemos, a disfrutar de la verdadera vida que nos regala nuestro Padre Dios, que es nada menos que la vida eterna!.
Saludos cordiales
Ramiro Torres.
ratorres24@hotmail.com

Leandro
24 de noviembre de 2024 a las 22:25

¿"Un coma"?! Está escrito que el cuerpo de Lázaro comenzó a pudrirse cuando Jesús llegó al cuarto día. Se trata de fe, no de explicaciones lógicas.

ABRAHAM I ABREU
29 de diciembre de 2024 a las 09:14

Lazaro, porque así claramente lo expone la Biblia. No fue al cielo, sino obviamente al seno de Abraham (aun estaban bajo la ley). Fue al mismo lugar donde tambien estuvo Lazaro el mendigo (el otro Lazaro ) cuando murio. Jesucristo es Dios, el dador de la vida.

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