Logo dominicosdominicos

Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

12
Feb
2012

¿La manzana de Eva o la viña del diablo?

3 comentarios

Esta historia fantasiosa de que Eva mordió una manzana en el Paraíso proviene probablemente de una confusión en la traducción del latín. Fruta en latín se dice “pomum”; el plural de pomum es poma, de donde viene “poma” en catalán, “pomme” en francés y manzana en castellano; también es posible que la confusión sea debida a un mal juego de palabras entre malus, mal, y malum, manzana. Sea lo que sea, hay que reconocer que esta fantasía de la manzana ha resultado afortunada. En todo caso en la zona donde se supone que estaba el paraíso no había ese tipo de árboles. Más interesante resulta otra historia sobre el árbol del paraíso, que encontramos en un texto apócrifo antiguo, el tercer libro de Baruc. Según este libro, el árbol del que comieron Adán y Eva fue una viña, plantada por el Diablo, que tomó forma de serpiente. Por ser una obra diabólica, el Señor maldijo la viña y prohibió a Adán que la tocara. Este árbol prohibido y, sobre todo su fruto, que es el vino, es el principio del mal.

Según el tercer libro de Baruc, el diluvio destruyó a la humanidad pecadora. Sólo se salvo el justo Noé. ¿Por qué entonces sigue habiendo pecado, si todos los pecadores fueron aniquilados? El diluvio arrancó la cepa de la viña y la sacó del Paraíso. Noé la encontró, y al plantar la viña y sobre todo usar del vino, repitió el pecado del primer hombre. De hecho, el libro del Génesis (9,20) presenta a Noé como el primer vinatero. Dios, por medio de su ángel, advierte a Baruc: “los hombres que hoy beben de manera insaciable el vino que proviene de la viña, cometen una transgresión peor que la de Adán, se alejan de la gloria de Dios, y se entregan ellos mismos al fuego eterno. En efecto, nada bueno viene de él”. Y continúa enumerando todos los males que derivan del exceso de vino.

Se trata evidentemente de un relato mítico y simbólico que trata de presentar el vino como una invención diabólica y alertarnos de sus males. Posiblemente proviene de medios encratitas (=continentes, moderados), unos herejes cristianos de la primera época, que prohibían el uso de la carne, del vino y se oponían al matrimonio. Pero es un relato interesante que tiene su parte de verdad: el alimento y la bebida sostienen la vida; pero su uso inmoderado no da más vida, conduce a la muerte.

Posterior Anterior


Hay 3 comentarios, comparte el tuyo

En caso de duda, puede consultar las normas sobre comentarios.

Aviso: los comentarios no se publican en el momento. Para evitar abusos, los comentarios sólo son publicados cuando lo autorizan los administradores. Por este motivo, tu comentario puede tardar algún tiempo en aparecer.

Cancelar repuesta


Bernardo
13 de febrero de 2012 a las 23:15

Suscribiendo tu reflexión de fondo, he de apuntar que el tema de la manzana comienza en otro de los libros apócrifos del Antiguo Testamento. Perdona mi falta de memoria para citarlo, pero sé que lo he leído en alguno de ellos, no sé si es el libro de las luminarias o alguno de estos, pero sé que lo leí. A ver si tengo tiempo y lo consulto.

Un abrazo

Antonio M. de Saavedra
13 de febrero de 2012 a las 23:40

Sin embargo se sigue manteniendo como dogma la famosa manzanita...y el pecado femenino conseguiente.
¿Se admitirá alguna vez que, como animales, nacemos y nacimos para morir?
¿Se aceptará alguna vez que las "explicaciones esotéricas", no son de recibo por la razón?

JM Valderas
14 de febrero de 2012 a las 18:06

Querido Martín, de la madeja de la fantasía se puede tirar el hilo de ciertas verdades o de la realidad que se quiere significar. Además, suelen tener unas verdades colaterales del mayor interés. Quizá convendría saber que uno de los grandes promotores de la investigación científica en el XVI fue... el libro del Génesis. En efecto, la búsqueda del Paraíso con sus fontanas y riquezas de especies fue el motor de viajes de herborización y descubrimientos. Sin salirnos de la historia de la botánica, muchos nombres aplicados a los frutos hallados en el Nuevo Mundo recibieron la misma denominación de la flora dioscorídea, es decir, la de la Cuenca Mediterránea. Hace años la editorial Brill publicó un librito precioso sobre las plantas de la Biblia. Quizá algún moralista apresurado debería conocer los métodos abortivos que ya se incluían en algunas descripciones; de algunas se decía pudorosamente que "ciet menstruum", no porque adelantara la menarquía, sino porque se la suponía abortiva. ¿Una planta del mal? Si me permite, no sólo de alta lucubración puede alimentarse el teólogo. Un abrazo.

Suscripción

Suscribirse por RSS

últimos artículos

Archivo

Logo dominicos dominicos