Feb
La Eva inferior y el negro Caín
7 comentariosLos mitos sobre la inferioridad de la mujer provienen de la noche de los tiempos. Uno se pregunta si, al menos en algunos casos, sigue siendo de noche a este respecto. Pero no me interesa ahora el tema por sí mismo, sino para hacer notar algo que me parece significativo y poco conocido.
El libro de los Jubileos (escrito en torno al año 100 a.C. y que tuvo influencias en la primitiva cristiandad), en un relato paralelo al del libro del Génesis sobre la creación y el pecado, subraya la inferioridad de la mujer respecto al varón ya desde los inicios. Eva debe esperar 80 días antes de entrar en el Paraíso, mientras que Adán sólo debe esperar cuarenta. Este relato recuerda los ochenta días que, según el libro del Levítico (12,2-5), la mujer permanece impura después de haber dado a luz a una niña, mientras que, si el que nace es un niño, la mujer permanece impura sólo durante cuarenta días. Cuando leía estos datos recordaba que Aristóteles sostenía que el feto se convierte en “humano” a los 40 días de su concepción si es masculino, y a los 80 si es femenino, lo que llevó a los filósofos medievales a afirmar que el alma se infundía a los cuarenta días en el feto varón y a los ochenta en la hembra.
Completo estos datos con otros de un libro un poco posterior al de los Jubileos, el libro de Henoc, que también influyó en los primeros cristianos. Según este libro, los hombres son representados por toros y las mujeres por becerras. El primer toro es Adán, y es blanco. Su hijo Set se parece a Adán, también es blanco. Su hijo Abel es rubio. Y su hijo Caín es negro. ¿De qué color es Eva? No se dice explícitamente, pero sí se dice que aparte del rubio Abel y del blanco Set, engendró muchos más hijos y todos fueron negros, como Caín. Según algunas tradiciones Caín es presentado como hijo de Satanás, llamado el Negro. Aquí tenemos otro mito primitivo, en el que a la inferioridad de la mujer se junta la maldad y perversidad de lo negro. Es bueno conocer estas historias para saber de donde venimos y para preguntarnos a dónde vamos.