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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

13
Mar
2016

Jesús crucificado: denuncia sí, venganza no

5 comentarios

A lo largo del Antiguo Testamento encontramos textos que pueden considerarse una profecía de lo que siglos más tarde se manifestará en la crucifixión de Cristo. Según el libro de la Sabiduría (2,12-22), el justo, con su modo de vivir, y aunque no lo pretenda, es una denuncia para los impíos. Al ver la vida del justo, los impíos tienen una experiencia de contraste y esta experiencia no les gusta, porque, en cierto modo, es una crítica de su modo de vivir, de pensar y de obrar. Entonces, añade el libro de la Sabiduría, los impíos someten al justo a la prueba de la afrenta y la tortura, para ver hasta dónde llega su paciencia y moderación y comprobar si Dios está con él. Según los impíos la prueba de que Dios está con el justo es que le librará de sus enemigos y del poder de la muerte. Algo parecido ocurrió al pié de la cruz, cuando los enemigos de Jesús le provocan diciéndole que pida a Dios que le salve de la cruz, porque esa será la prueba de que Dios es su Padre.

Por su parte, el libro de Jeremías (11,18-20) se refiere al cordero manso que es llevado al matadero. Pero en los versículos citados se manifiestan los límites del Antiguo Testamento, pues el manso cordero sacrificado, tras encomendarse a Dios que juzga rectamente, pide la venganza contra sus enemigos. Esta última actitud no es de Jesús de Nazaret. Al contrario, en la cruz, Jesús invoca a su Padre pidiendo el perdón y la misericordia para aquellos que le crucifican. Así se comprenden las palabras que en cada Eucaristía el sacerdote pronuncia sobre la copa: esta es la sangre de la nueva alianza derramada por todos los hombres para el perdón de los pecados. “Por todos”, o sea, también por los que le crucifican, porque si no, no estarían todos.

El modo de vivir y de morir de Jesús es una denuncia frente a toda opresión, toda maldad, todo lo que atenta contra la dignidad y el bien de las personas. En este sentido Jesús nos llama a todos a la conversión. Pero esta denuncia, en Jesús, nunca se traduce como venganza, porque si así fuera resultaría incoherente con el Dios de perdón y misericordia que colmaba su vida, que él anunciaba y que él hacia presente. La denuncia no es una amenaza, sino una invitación a la conversión, resultado de un testimonio de vida. Hay personas que son una fuerte llamada para quienes las observan, y que no dejan a nadie indiferente. Mientras unos se burlan de estas vidas, otros se convierten. Es exactamente lo que ocurrió al pié de la cruz: las autoridades judías se mofaban de Jesús, pero los soldados romanos que estaban vigilando el lugar, encabezados por su centurión (Mt 27,54), al ver su modo de morir (Mc 15,39), dijeron: “ciertamente este hombre era justo” (Lc 23,47). Reconocer a Jesús como “justo” por su modo de vivir y de morir, es el paso que permite luego confesarle como “hijo de Dios” (que es la confesión ya desarrollada que ofrecen Mc 15,39 y Mt 27,54.

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Ivan grillo
14 de marzo de 2016 a las 17:43

Fray Martin:
Tal parece, que razón tenían los enemigos de Jesús cuando le pedían a Dios que lo salvará de semejante suplicio, si en realidad era su hijo. Así, sencillamente se hubiera demostrado eficientemente la paternidad divina. Que Padre no lo hubiera hecho? Aquí, hubiera acontecido algo semejante a lo de Moisés, cuando le ordenó sacrificar a su hijo. La obediencia habría sido suficiente para lo deseado de la satisfacción. Cuantos, cuantos justos han dado la vida, sin ser considerados hijos de Dios. Ojalá se enseñaran las verdaderas e históricas causas de la muerte de Jesús en el patibulo de la cruz.
Ivan

Martín Gelabert
14 de marzo de 2016 a las 18:24

A propósito de lo que dice Ivan sobre si en la bajada de la cruz se hubiera demostrado la paternidad divina, me parece oportuno recordar este post que, al respecto, escribí al pasado año: http://nihilobstat.dominicos.org/articulos/a-si-mismo-no-pero-a-otros-salvo

Ivan grillo
14 de marzo de 2016 a las 20:49

Imposible, Fray Martin, encontrar el post anunciado publicado el 2 de Abril 2015, a fin de leerlo. Gracias de todas maneras por su buena intención. Ivan.

Martín Gelabert
14 de marzo de 2016 a las 21:34

Ivan: efectivamente, si pinchas sobre el enlace del post no pasa nada. Para poder entrar en el post que indico hay que hacer un "copiar" http://nihilobstat.dominicos.org/articulos/a-si-mismo-no-pero-a-otros-salvo y después un "pegar" este enlace en el lugar de las direcciones. Y entonces entras sin problema. Gracias.

Javier Fuset Cabanes
2 de abril de 2020 a las 13:26

Y el cambio litúrgico de en vez de decir "por todos", decir "por muchos", ¿ Cómo se explica?

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