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Hazañas bélicas en el Antiguo Testamento
2 comentariosEn el Antiguo Testamento son frecuentes las historias de las guerras de Israel con los pueblos vecinos. En estas historias se hace intervenir a Yahvé. Por eso muchas veces es calificado como “Señor de los ejércitos”, de los ejércitos de Israel evidentemente. En estas historias aparecen, con demasiada frecuencia, órdenes que parecen crueles, como pasar a cuchillo a todos los habitantes de la ciudad conquistada y derrotada. A estas muestras de intolerancia con los creyentes de otras religiones se añaden, a veces, órdenes fratricidas contra los hijos e hijas que se casen con personas ajenas al pueblo de Israel (por ejemplo en Dt 7,1-16). Hoy hay exegetas que dudan de que tales textos describan sucesos realmente acontecidos. Entienden más bien que se trata de textos que buscan defender la identidad del pueblo, o son modos de afirmar al único Dios frente a las pretensiones de los otros dioses. Pero no cabe duda de que este lenguaje puede ser y ha sido mal interpretado, y ha servido para fomentar la violencia, la exclusión, el fanatismo, la intolerancia.
Para desactivar la potencialidad violenta de estos textos me parece que hay dos líneas complementarias: una, dejar claro que la afirmación de Yahvé como único Dios, no tiene que conducir necesariamente a la exclusión y condena de los demás, sino que puede ser factor de fraternidad y de crítica de todos los absolutismos. Si Dios es absoluto, entonces nada ni nadie en Israel, ni este mundo, tiene carácter absoluto; nada ni nadie, ninguna política, ni siquiera ninguna religión, puede pretender adhesiones incondicionales, o tener la primera, la última y la única palabra. Este Dios absoluto, que relativiza todo lo demás, es el garante de la igualdad de todos los seres humanos, todos son hijos suyos, también aquellos que no le reconocen. Por ser hijos suyos merecen que su dignidad sea respetada, y que se les trate como hermanos. La obra línea sería releer estos textos en un nuevo contexto, y entender esas batallas en las que Yahvé se hace presente como las batallas que hoy debe librar el creyente a favor de la justicia y la dignidad humanas, y en contra de toda opresión, de todo pecado, de todo lo que puede alejarnos de Yahvé.