Logo dominicosdominicos

Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

22
Mar
2011

Encerrar en el pecado

4 comentarios

Después de rezar la hora de tercia (según el Breviario de la Iglesia) me escribe una persona, desagradablemente sorprendida de encontrar esta antífona: “Dios encerró a todos en el pecado para tener misericordia de todos”. Ella se pregunta por el motivo de esta actuación de Dios que, al parecer, necesita primero convertirnos en pecadores, para así poder ejercer su misericordia.

Esta antífona de la liturgia de las horas está tomada de la carta a los romanos. El primer escándalo desaparece si en vez de traducir que “Dios encerró”, traducimos por “Dios permitió”. Retrocede aún más el escándalo si nos damos cuenta de que la primera parte del texto es un elemento de contraste para que la segunda parte resulte más luminosa. Puede ocurrir que la primera parte nos desconcierte y nos impida la buena comprensión de la segunda, que es la verdaderamente importante. No hay que olvidar que para la mentalidad bíblica “todo” está regido por Dios de manera directa, pues no hay nada que escape de su mano. Si “todo” depende de Dios se comprenden afirmaciones de este tipo: Dios da la muerte y la vida, la salud y la desgracia (Is 45,7; Eclo 11,14). Pero este modo de hablar no se corresponde con el nuestro.

Es cierto que todavía hay quien hace responsable a Dios de los males de este mundo. El creyente instruido sabe que ante un terremoto o una desgracia, lo primero que hay que hacer es buscar las causas naturales que han provocado tal hecho, causas que tienen su origen en la finitud de la naturaleza y en la libertad del ser humano. Siempre cabe decir que Dios es el autor de la naturaleza y del ser humano. Pero también cabe responder que esos procesos que a veces tienen consecuencias de muerte son necesarios para la vida, y que sin libertad ya no estamos ante un ser humano, sino ante un robot; en la libertad, don de Dios, está la grandeza y dignidad del ser humano.

Vuelvo al texto de Romanos: el texto lo que hace es constatar la situación de pecado en que ha incurrido la humanidad entera. El pecado ha tenido consecuencias universales, “todo” está condicionado y marcado por el pecado. Pero Dios ha utilizado esta circunstancia para manifestar su misericordia. Eso es lo que el texto quiere subrayar: la misericordia de Dios, su amor al ser humano.

Posterior Anterior


Hay 4 comentarios, comparte el tuyo

En caso de duda, puede consultar las normas sobre comentarios.

Aviso: los comentarios no se publican en el momento. Para evitar abusos, los comentarios sólo son publicados cuando lo autorizan los administradores. Por este motivo, tu comentario puede tardar algún tiempo en aparecer.

Cancelar repuesta


Isabel
23 de marzo de 2011 a las 07:08

Estamos envueltos en un Misterio.Sabemos del Amor de Dios a su criatura.Sabemos de la existencia del mal y tambien,de cómo librarnos del pecado:negación;privación;entrega y amor al otro.Somos templos de Dios por el bautismo.Expresiones o traducciones humanas no tienen porqué tambalearnos.Dios es Amor.Nos redimió y,con su vida y muerte nos unió a Su Padre.

Bernardo
23 de marzo de 2011 a las 10:08

Ya va siendo hora de una retraducción de los textos que son utilizados por los creyentes para su vida de fe. A veces, las traducciones traicionan el sentido que los textos querían vehicular, sobre todo cuando no se cae en la cuenta del contexto histórico y del lenguaje del momento. En el mundo antiguo y hasta bien entrada la modernidad, no había ninguna duda de que Dios es la Causa de todo y por tanto también, de alguna manera, del mal. Por esto aparecen textos que hablan de la permisividad de Dios respecto al mal. La sensibilidad actual no puede aceptar esto y se explica de otra forma. Pero esto no significa que se haya modificado el texto, sino que se ha profundizado. Lo mismo valdría para el concepto de inmortalidad y tantos otros.

Juanjo
23 de marzo de 2011 a las 10:15

¡Y cómo habría tambien que cambiar, modificar o mejor directamente eliminar alguna de las preces que se rezan en el oficio divino! fruto todavía de la idea de un Dios intervencionista, milagrero, o justiciero.

Desiderio
23 de marzo de 2011 a las 23:28

Me llama la atención el hecho de que el mundo esté condicionado y marcado por el pecado. ¿Por qué es así? Es cierto que también hay destellos de bondad, de verdadero amor, pero parece que quedan ahogados entre el pecado. Lo primero que nos llama la atención de este mundo nuestro son los abusos de poder, los egoísmos, la explotación de unos países por otros, las actuaciones interesadas,… y nos cuesta percibir lo bueno que hay en él, que también lo hay. Supongo que predomina el pecado por lo mismo que es más fácil destruir que construir, es más fácil ir y robar una cosecha que pasarse un año entero de duro y fatigoso trabajo cultivándola, es más fácil someter al otro que respetarle y quererle aun a costa de que nuestros intereses no se vean satisfechos,… y tantos y tantos ejemplos. Supongo que para lo fácil no hace falta ninguna motivación extraordinaria, el simple provecho que se obtiene es quizá suficiente. Para hacer las cosas de este otro modo sí, hacen falta razones que nos ayuden a no caer en lo fácil —lo cual por otra parte normalmente suele llevar acarreadas injusticias hacia el otro—. Nos tenemos que agarrar a justificaciones que fundamenten nuestro actuar que difícilmente entenderían los que viven de lo inmediato. Parece que el hecho de querer hacer las cosas bien pide un salto a algo que lo fundamente y que está fuera de nosotros, y que sea más poderoso que el simple provecho de lo inmediato.

Logo dominicos dominicos