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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

7
Jun
2011

El Espíritu Santo es el Vicario de Cristo

8 comentarios

Se denomina vicario a alguien que ejerce las funciones de otro y le sustituye durante un tiempo más o menos determinado. En este sentido uno de los calificativos que en el mundo católico se dan al Papa es el de “Vicario de Cristo” en la tierra. Esta denominación no debería confundirnos. Según los Padres de la Iglesia, el Vicario de Cristo en la tierra es el Espíritu Santo. Tertuliano, nacido hacia el año 155 en Cartago, es un intelectual que emplea todos sus recursos para defender la fe cristiana. En distintos lugares de sus escritos se refiere al Espíritu Santo como “el vicario de Cristo para guiar a los creyentes”.

Jesús resucitado “ya no está ahí”, ha dejado la tierra. Pero no ha dejado a los seres humanos. Según su promesa, sigue estando con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. Está con nosotros, pero de un modo distinto a como estuvo mientras recorrió los caminos de Palestina antes de ser crucificado bajo el poder de Poncio Pilato. ¿De qué modo está? Por medio del Espíritu. La presencia histórica de Jesús estaba sometida a un tiempo y espacio limitados. El Espíritu garantiza la presencia de Jesús para siempre y en todos los espacios: “recibirá de lo mío y os lo comunicará a vosotros” (Jn 16,14-15). De este modo, la misión del Espíritu no es una especie de compensación por la ausencia de Jesús, sino el modo como el Jesús histórico se hace presente en la Iglesia después de la ascensión.

El Espíritu tiene capacidad de habitar en todo creyente, en todo aquel que se abre a su presencia. Esto significa que cada uno de los cristianos es portador del vicario de Cristo, que conduce nuestras vidas para actuar con aquellas actitudes propias de Jesús, interioriza en nosotros la mente de Cristo, y suscita nuevas energías, ideas, actos, actitudes, instituciones y palabras que actualicen en el mundo de hoy a Cristo resucitado. El Espíritu despierta la creatividad. No remite a la arqueología; nos empuja a buscar respuestas nuevas para situaciones inéditas.

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Bernardo
8 de junio de 2011 a las 12:59

Y por la presencia del Espíritu, la Iglesia entera es Vicaria de Cristo. No puede ser vicario de Dios hecho hombre un hombre, sino toda la Iglesia como comunión de los fieles y sacramento universal de la salvación que Cristo nos trae de parte de Dios. La acción vicarial es salutífera o no lo es y eso no puede darlo un hombre concreto, esto no sería sino una forma de idolotría, la peor, la jefelatría.

Juanjo
8 de junio de 2011 a las 13:50

Si no ando muy descaminado creo que es el EvJn quien mejor relata esta comunicación del Espíritu. ¿No tratarían los autores de dicho evangelio, entre otras cosas, hacer ver a los cristianos de finales del siglo primero, que no estaban en inferioridad de condiciones con relación a los que habían conocido a Jesús?.
En este evangelio se “habla del espíritu como paráclito” es decir “Defensor” (paraklêtos) = el que ayuda en cualquier circunstancia; abogado defensor cuando se trata de un juicio.
Lo entiendo como una realidad no distinta de lo que él es o de lo que es Dios. ¿No estaría hablando Jesús de una nueva manera de experimentar el amor, que será mucho más cercana y efectiva que su presencia física durante la vida terrena.?
Para mí es la fuerza de Dios-Espíritu capaz de actuar desde dentro de cada uno. Lo comprendo no como una parte más de mí, sino como fundamento de mi ser, sin el cual nada puede haber de mí. Y sin embargo esta presencia de Dios en mí no altera para nada mi individualidad. Yo soy totalmente yo y totalmente (de) Dios, y entenderlo así constituye mi plenitud de vida si soy capaz de abrirme sin reservas a esta presencia. Seré un ser vivo porque tengo este Espíritu, no solo porque me lata el corazón.
¿No consistiría en eso todo el mensaje de Jesús? ¿Qué descubra la oferta y el compromiso para ser su vicario? Esto es; descubrir y vivir esa presencia viviéndola en consecuencia. Esa es mi tarea como cristiano.

Oscar
9 de junio de 2011 a las 11:22

Yo me quedo con lo de Santo Tomás: la verdad, la diga quién la diga, viene del Espíritu Santo. Y el bien, lo haga quién lo haga, viene del Espíritu Santo. Y al revés: el mal, lo haga quién lo haga, no puede provenir de Dios. Me parece importante el "lo diga quien lo diga" o "lo haga quien lo haga", porque todavía veo que el criterio del Espíritu es para muchos el quién lo dice o el quien lo hace, y no la verdad y el bien.

Mercedes
9 de junio de 2011 a las 21:15

Suscribo totalmente el comentario de Juanjo y añado : mi vida no tendría sentido sin la presencia del Espíritu , es más , no podría subsistir sin Dios -Espíritu , creo que el infierno consiste en la ausencia de Dios en nuestro interior , en negarnos en definitiva ,a su acción benéfica , transformadora y maravillosa . Es el impulso necesario e imprescindible ,para realizar el camino ,lleno de dificultades ,actuar en consecuencia y así ,intentar vivir como cristianos , asumiendo y sorteando con su ayuda las limitaciones propias de nuestra condición humana.

Desiderio
11 de junio de 2011 a las 01:57

No conocía yo esta acepción, pero me parece muy bonita. Para mí el Espíritu Santo tiene una importancia especial porque refleja la vida intratrinitaria en su más pura esencia. Si nos fijamos, cuando estaba sólo el Padre (Antiguo Testamento) no entendíamos mucho. Pero el caso es que con el Hijo tampoco entendíamos muchos más. Varios son los ejemplos en que Jesús amonestaba a sus discípulos porque no entendían nada. Sin embargo, Jesús nos promete que el Padre nos enviará al Espíritu, y es entonces cuando los discípulos empiezan a comprender, gracias al Espíritu de Dios, gracias a esa comunicación de la vida intratrinitaria que nos permite entrar en la dinámica divina, y nos abre perspectivas totalmente nuevas. Hay una frase de V. Frankl, que aunque él la dice con otra finalidad creo que tiene perfecta aplicación aquí: “quien tiene un ‘por qué’, es capaz de afrontar cualquier ‘cómo’” (cito de memoria). Y, ¿qué mejor ‘por qué’ que la vida divina? Con ese ‘por qué’, los cristianos deberíamos inventar infinidad de ‘cómos’ para exponer mejor su mensaje y hacerlo más comprensible.

Darwin
10 de marzo de 2019 a las 21:57

Es la gran realidad lo que usted dice ahi buen resumen Gloria a Dios

Carcos vejerano
30 de marzo de 2019 a las 02:35

Quiero aprender que El espíritu que guillén Amen lindo pasaje

Saul Espino
10 de noviembre de 2021 a las 16:45

Este artículo es INTERESANTE, lo dicho aquí tiene VERDAD Bíblica, Mi entendimiento es lo que JESÚS dice, cuando fue tentado por el Principe de la Mentira Jesús le responde “ESCRITO ESTA”, Si Jesús lo dice es AUTORIDAD DIVINA, no Humana.

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