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Cuando pagan justos por pecadores
8 comentariosEscribo este post como un deshago. Lo suscita la declaración de Al Qaeda sobre los dos cooperantes españoles secuestrados. Me alegro de que los traten bien, pero no creo que haya que agradecerlo. En todo caso exigir que los suelten cuanto antes. Justificar la acción contra los dos cooperantes porque España participa en las guerras de Irak y Afganistan y no digamos porque España gobierna en “Al Andalus”, parece propio de mentes que tienen un extraño concepto de lo humano. Para denunciar eso ¿hace falta dañar a dos personas que posiblemente estén en contra de esas guerras y que, en todo caso, estaban en África para hacer el bien? ¿No es eso hacer pagar a justos por pecadores? ¿No es expresión de una injusticia que no solo devuelve mal por bien, sino que hace pagar el mal al inocente?
Los presupuestos son importantes. Porque hacen posible e imposible los supuestos, los facilitan o dificultan. En materia religiosa, los presupuestos son una clave para entender la legitimidad de una religión. ¿Cómo puede resultar creíble un Alá clemente y misericordioso desde la violencia e injusticia de sus adeptos? Ya sé que los creyentes en Alá ni leen este blog ni les importa lo que yo digo. Pero a mí me encantaría escuchar de la boca de alguno de ellos su desacuerdo con eso que ya denunciaban los profetas de Israel, a saber, lo implicado en este refrán: “los padres comieron agraces y los hijos padecen la dentera”. No sé Alá, pero según Yahveh cada uno debe pagar por su culpa.
¿Cómo cambiar esa dinámica de odio, de acciones y reacciones, réplicas y contra réplicas? El cristianismo no puede declararse inocente de este círculo de odio y violencia. Pero hay indicios suficientes para afirmar que el cristianismo ha comenzado a hacer su propia autocrítica. Es posible que, desde fuera, alguno vea ahí una prueba de la debilidad del cristianismo. Por el contrario, yo pienso que ahí está su fuerza y que, si otros le imitasen, serían más fuertes.