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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

2
May
2008
Fechas importantes o exceso de tragedia
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Leo un documento elaborado por la Comisión Internacional Dominicana de “Justicia y Paz” con las “fechas importantes” que conviene recordar. Las cuento: 32. Salimos a casi tres por mes. Hay muchos recordatorios: paz, enfermos, mujer, inmigrantes, holocausto, agua, tierra, indígenas, alimentación, personas mayores, sida y así hasta 32. Desde otras instancias me envían más recordatorios, por ejemplo, la semana de oración por la unidad de los cristianos. Y, ya puestos, ¿por qué no añadir otros además de los “oficiales”?, ¿por qué no un día de las religiones unidas en pro de la paz y la dignidad de las personas? Nos podemos pasar el año haciendo memoria. De hecho, eso es lo propio del cristiano. La Eucaristía es un memorial, un recuerdo del acontecimiento fundamental que nunca hay que olvidar: la Pascua de Cristo.

Tanto recordatorio es signo de mucha necesidad, de mucha tragedia, del mucho trabajo que queda por hacer. Pero, yendo al terreno de lo práctico, me pregunto por su efectividad. El querer estar en todo puede conducirnos a no estar en nada o, en todo caso, a ser poco eficaces. No hay que olvidar que la Encarnación tiene sus límites. La solidaridad, el amor al indigente, la ayuda al necesitado, se expresa a través de gestos, actitudes y compromisos particulares. Lo importante no es querer estar en todo, sino estar en algo concreto y hacerlo bien. Así se comprende que las organizaciones en pro de los derechos humanos siempre busquen un objetivo en el que concretar su impulso de amor universal. Y normalmente, los que en nombre de la universalidad suelen criticar a esas organizaciones debido a la particularidad de su objetivo, suelen ser los que a la hora de la verdad no defienden a nadie. Al respecto recuerdo unas palabras de Teresa de Calcuta: “Yo no curo nunca multitudes, sino solamente a una persona. Después, si puedo, me ocupo de otra. Si me fijase en las multitudes, no comenzaría nunca”.

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28
Abr
2008
Una mística distinta
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(Escrito con motivo del 29 de abril, fiesta de Santa Catalina de Siena)

A lo largo de la historia ha habido santos y santas que no sólo han combatido las malas costumbres de sus contemporáneos, sino también las malas posturas o actitudes de los pastores. ¿Nombres? Bernardo de Claraval, Antonio de Padua, o Catalina de Siena, por citar algunos. Esta sencilla mujer, casi analfabeta, tuvo la valentía de corregir al mismísimo obispo de Roma. Hoy es considerada una mística. Mística, o sea, seducida por el misterio de Dios. Pero esta seducción no la apartaba del mundo, ni le hacía adoptar actitudes resignadas. Al contrario, le hacía adoptar actitudes proféticas. Juan Pablo II alabó el “filial atrevimiento de Catalina de Siena”. Y añadió: “en la historia de la Iglesia no han faltado hombres y mujeres consagrados a Dios que, por un singular don del Espíritu, han ejercido un auténtico ministerio profético, hablando a todos en nombre de Dios, incluso a los Pastores de la Iglesia”.

Este siglo XXI, testigo ya de tantas tragedias, está necesitado de místicos. Porque la mística no es un fácil consuelo que nos evade de la historia, sino un encuentro con Dios que nos impulsa a buscar vías de paz a través del diálogo, la reconciliación y la justicia. Esta es la mística que necesitamos en el siglo XXI. Catalina de Siena es un buen recordatorio que nos invita a ser cristianos con los ojos y los oídos bien abiertos. Nos recuerda que la contemplación de las cosas divinas está estrechamente unida a la preocupación por la mejora de la sociedad y la búsqueda de la paz. Y finalmente, nos llama a ser profetas que invitan “incluso a los Pastores” a adoptar actitudes evangélicas, a preocuparse de los pobres, a alejarse del boato, a avergonzarse –lo decía Bernardo de Claraval- de buscar cualquier púrpura que sea de honor y no de irrisión.

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24
Abr
2008
Conocer al enemigo
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En uno de estos lugares de cuyo nombre no quiero acordarme, que pretenden ser muy católicos, (no sé si saben que católico significa universal y eso requiere apertura mental), en uno de esos lugares, digo, hace ya unos días, se habló de forma inexacta y distorsionada, de una iniciativa promovida por un colectivo dominicano sensible a los temas de justicia, paz y opción por los pobres. Uno de los habitantes del lugar en cuestión confesó haber entrado en la página del colectivo dominicano “para conocer al enemigo”. Ni más ni menos.

No sé qué entienden algunos por enemigo ni tampoco como entienden eso de ser cristiano y amar al enemigo. Aunque sería interesante que nos lo explicaran. Pero sí aprovecho la oportunidad para hacer alguna distinción a propósito del amor al enemigo. Una cosa es ser enemigo y otra tener enemigos. Un cristiano no puede ser enemigo de nadie. Porque está llamado al amor. Otra cosa es tener enemigos. El cristiano no quiere tenerlos. Busca no tenerlos. Pero, a veces, se ve obligado a sufrir el tenerlos. Jesús no era enemigo de nadie, pero tenía unos enemigos tales que terminaron por quitarle la vida.

Lo que realmente resulta incomprensible es que uno se considere cristiano y califique de enemigos a otros cristianos con los que no está de acuerdo. Al hacerlo ha perdido todos los papeles evangélicos. Con un hermano en la fe se puede estar en desacuerdo. Y expresar este desacuerdo desde el respeto, la verdad y el razonamiento. Esto es un mínimo. Si se quiere ir un poco más allá habrá que buscar aquellos puntos en los que se está de acuerdo y alegrarse por ellos. En el caso de dos cristianos seguro que esos puntos de acuerdo son mucho más importantes que aquellos con los que se está en desacuerdo.

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20
Abr
2008
Tendiendo puentes
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Hay un sentido corriente de pontificar, a saber, sentar cátedra, pronunciar una palabra autoritaria, definitiva; y también cortar un debate, impedir que prosiga la discusión. Es preferible otro sentido, el de pontífice como el que tiende puentes. Y eso es lo que me parece que ha estado haciendo estos días Benedicto XVI. Tender puentes hacia las víctimas de algunos sacerdotes, puentes entre las naciones, y puentes entre las religiones.

Esta foto del Papa en su visita a la Sinagoga de Nueva York, al lado del rabino, es una hermosa y profética imagen de dos hermanos, hijos de un mismo Dios. El hermano mayor, rabino judío, superviviente de un campo de concentración. El hermano menor, con una adolescencia marcada por el régimen del horror, cosa que ha reconocido él mismo en este viaje a EEUU. Tendiendo puentes. Es emocionante, dijo el Papa, en su visita a la Sinagoga Park East, pensar que Jesús, de joven, escuchó las palabras de la Escritura y rezó en un lugar como éste.

La persona que me facilita la foto, me pide que me fije en las manos, el mudo lenguaje de las manos del rabino, la mirada del Papa, la acogida, el sobrecogimiento, la vida de dos supervivientes del Amor. Y añade: En los rasgos del rabino, su sonrisa, la dignidad de un sufrimiento transformado en canal de Luz, podemos reconocer a nuestros ancestros, a nuestros hermanos mayores en la fe, los hijos de Abraham. Todos hijos de un mismo Dios. Antiguo y Nuevo Testamento unidos. Shalom, Paz. Y todos llamados a tender puentes, a ser canales de Luz.

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19
Abr
2008
Responsabilidad de proteger
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Ayer el Papa tuvo un gesto valiente y significativo al recibir a las víctimas de la pederastia, causada por algunos sacerdotes indignos. También ayer pronunció un importante discurso en la Sede de Naciones Unidas. El discurso fue una defensa de la dignidad y la libertad de la persona y un recordatorio a los gobernantes de que su tarea está al servicio de esta defensa. Las palabras finales fueron dichas en seis idiomas (inglés, francés, español, árabe, chino y ruso) y son un buen lema que bien podría resumir la tarea de todo político: “paz y prosperidad con la ayuda de Dios”. Evidentemente: paz y prosperidad para todos. Para eso hay que superar conflictos, cubrir distancias, cambiar un sistema económico que produce pobres, promover políticas solidarias, dialogar entre las religiones, y tantas cosas más.

Destaco una cosa de un discurso que vale la pena leer entero. El Papa enunció el principio de la “responsabilidad de proteger” como una consecuencia de “la unidad de la familia humana” y la “dignidad innata de cada hombre y de cada mujer”. Todo Estado, dijo el Pontífice, tiene el deber primario de proteger a la propia población de violaciones graves y continuas de los derechos humanos y de las crisis humanitarias provocadas por la naturaleza o por el hombre. Si un Estado no es capaz de garantizar esta protección, la comunidad internacional debe intervenir con los medios jurídicos previstos para garantizar ese derecho.

En este contexto el Papa recordó el nombre de Francisco de Vitoria, uno de los primeros en proponer la idea de una comunidad de todos los pueblos fundada en el derecho natural, y en la necesidad de no basar las relaciones internacionales simplemente en el uso de la fuerza. Las palabras del Papa fueron: “el fraile dominico Francisco de Vitoria, calificado con razón como precursor de la idea de las Naciones Unidas, describió dicha responsabilidad de proteger como un aspecto de la razón natural compartida por todas las Naciones, y como el resultado de un orden internacional cuya tarea era regular las relaciones entre los pueblos”.

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18
Abr
2008
Las distintas caras de la realidad
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Oigo comentar, a propósito de la visita del Papa a los Estados Unidos, que resulta llamativo, en un país de mayoría protestante, el espectacular recibimiento oficial -y también popular- que se le ha tributado, que contrasta con la frialdad con que otros gobiernos europeos le reciben. Más aún, a estos comentaristas le llama la atención que en Norteamérica sea políticamente correcto hablar de religión, de nuevo en contraste con lo que ocurre en Europa, en donde parece que se busca que los temas religiosos desaparezcan del ámbito público.

No niego que en este tipo de reflexiones haya parte de verdad. Pero a veces la realidad es poliédrica, tiene varias caras. Sin duda, en Estados Unidos el tema religioso está mucho más presente en boca de sus gobernantes que en los europeos. La cuestión es qué se entiende por religión y qué consecuencias se sacan de esas apelaciones a lo religioso. Se puede apelar al nombre de Dios y hacer la guerra o estar a favor de la pena de muerte. Se puede dejar de nombrarle y promover leyes sociales que favorezcan a los más necesitados o estar en contra de la pena de muerte. Ya sé que se pueden buscar otros ejemplos, como estar a favor o en contra del aborto. Esta es una más de las contradicciones (a favor del aborto y en contra de la guerra o de la pena de muerte, o a la inversa) de aquellos a los que sólo les mueven los intereses políticos.

De ahí la importancia, dicho sea de paso, de la intervención de Benedicto XVI hoy ante las Naciones Unidas. Como sucedió con las intervenciones de sus predecesores en este mismo foro, estoy convencido de que su palabra será representativa de lo mejor que hay en la conciencia humana, esa voz que llama a hacer el bien y evitar el mal, y que está por encima de cualquier otra voz o interés. Seguro que, de una u otra forma, el Papa recordará a sus oyentes que una política sin conciencia moral no puede conducir a nada bueno.

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16
Abr
2008
Buen comienzo de viaje
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La noticia eclesial de estos días es el viaje de Benedicto XVI a los Estados Unidos de América. Un buen preludio de una palabra coherente, solidaria y yo diría que también autocrítica, ha sido la rueda de prensa que el Papa ha concedido durante el vuelo de Roma a Washington. Destaco tres cosas: una, la condena de la pederastia. Se trata de algo inaceptable en cualquier persona. Por eso me ha parecido bueno el matiz del Papa al distinguir pederastia de homosexualidad. Pederastas los hay en todas partes, también entre los casados. Desgraciadamente. El Papa ha manifestado su deseo de que la Iglesia colabore con las autoridades civiles para exigir responsabilidades a los sacerdotes culpables y para ayudar a las víctimas. Cosa que ya se está haciendo. No está de más recordar que algunos sacerdotes en USA han sido acusados injustamente. Cuando hace un tiempo visité San Antonio me hablaron de algún caso concreto y doloroso. Las falsas acusaciones hacen mucho daño.

En relación con la pederastia el Papa ha dicho otra cosa que tiene una aplicación amplia y general: “es mucho más importante tener buenos sacerdotes que muchos sacerdotes”. Sin duda. A mi eso de los cifras cada vez me impresiona menos. Lo que importa es la calidad de la vida cristiana y el tener laicos y presbíteros preparados y entregados a su tarea evangelizadora. Porque la evangelización es cosa de todos. De los laicos igual que de los presbíteros. Igual.

Tercera cosa que vale la pena destacar de la rueda de prensa: la sensibilidad del Papa ante el problema de la inmigración. Ahora que en España vamos a endurecer las fronteras es bueno recordar que los cristianos debemos ser solidarios con los más débiles y que la tierra es de todos y para todos. Las fronteras son humanas, demasiado humanas en ocasiones. Y el problema de la inmigración no se soluciona con restricciones fronterizas, sino esforzándonos en que la riqueza llegue equitativamente a todos los lugares, para que así cada uno pueda quedarse en el lugar que prefiera.

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11
Abr
2008
Jesús distorsionado
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Un alumno me entrega la página de un periódico reciente que informa de una exposición en Viena de dibujos de dudoso gusto. Uno representa una supuesta “última cena” de Jesús en la que los comensales se han empleado a fondo con el vino y están entregados a una orgía de carácter homosexual. No doy más datos porque carecen de todo interés. Pero quiero aprovechar la circunstancia para hacer alguna reflexión, desde la serenidad. En primer lugar, es claro que el personaje Jesús de Nazaret conserva una gran actualidad. De ahí la cantidad de novelas, películas, pinturas que se aprovechan de su nombre. Desgraciadamente, estas manifestaciones pseudo-artísticas se alejan en la mayoría de las ocasiones, no digo de la fe de los creyentes, sino de los datos históricos más contrastados de los que disponemos. El uso del nombre de Jesús está completamente distorsionado. Y, si en vez de este nombre usasen otro, el producto no tendría ninguna salida comercial. Porque ese es otro aspecto del asunto: lo que vende no es la calidad del producto, sino el escándalo. Eso dice mucho de la poca formación de los que compran y de la superficialidad de sus intereses. Pero también debe hacer reflexionar a la Iglesia sobre la formación bíblica y teológica que ha impartido. Si en vez de gastar energías en condenar estas manifestaciones inaceptables, las gastásemos en formar críticamente y en informar serenamente, seguramente saldríamos ganando.

Una última cosa a propósito de este Jesús distorsionado y presentado desde el escándalo fácil. Pues cuando interesa se le presenta como el gran amante de María Magdalena, con la que supuestamente tuvo varios hijos; y cuando interesa se le presenta como acompañado de varones con los que mantenía dudosas relaciones. Los datos históricos no ofrecen ningún fundamento para ninguna de ambas interpretaciones. Jesús no sólo iba acompañado de varones, sino también de mujeres. La mayoría de estas personas estaban casadas. En la sala de la última cena probablemente había también mujeres, seguramente ocupándose de la intendencia. Y las amistades de Jesús eran múltiples y sanas. Las conocemos con nombre propio. Es extraño que sabiendo los nombres de sus amistades y de toda su parentela, las fuentes desconozcan el nombre de su supuesta mujer. Seguramente porque no la había.

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8
Abr
2008
En China tenemos familia
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El paso de la llama olímpica por Londres y París, y es de esperar que por muchos otros sitios, está resultando controvertida. Se trata de aprovechar este paso que anuncia los Juegos Olímpicos para recordar lo incoherente que resulta organizar un evento que busca unir a personas y pueblos mientras en el propio país organizador reina la discordia y la intolerancia. La represión a las legítimas aspiraciones de los habitantes del Tibet y el encarcelamiento de monjes budistas son la cara más reciente de una realidad que, de una u otra forma, se da en todo el país. Esta represión es particularmente dura con toda manifestación religiosa. Sabido es que las Congregaciones católicas tienen sus noviciados en la clandestinidad, en cuevas apartadas de lugares habitados que, desgraciadamente, son a veces descubiertas por la policía con el consiguiente encarcelamiento de las y los religiosos. Me contaba hace dos meses el Director de un Centro Teológico que tenía matriculadas en su Centro a dos religiosas chinas y que ellas mismas habían pedido que en ningún papel oficial constasen sus nombres verdaderos. Por precaución, claro.

Hace un tiempo se puso de moda entre dominicas y dominicos la frase: “tenemos familia en Irak”. Todo un mensaje y toda una declaración de intenciones. No está de más recordar que también tenemos familia en China, hermanas y hermanos cristianos que lo pasan mal. En un país donde los más elementales derechos humanos son pisoteados, donde el acceso a internet está restringido, donde los abortos son numerosos y selectivos y donde la pena de muerte es secreto de estado. Las cifras oficiales de condenados a muerte son las más elevadas del mundo (unas mil ochocientas anuales). Pero se calcula que las reales multiplican por cuatro la cifra oficial. Los Juegos Olímpicos son una operación de prestigio y un gran negocio. Y como del negocio participamos todos, los gobiernos occidentales son muy cautos a la hora de protestar, aunque algunos ya han amenazado con no asistir a la ceremonia inaugural. Poca cosa, porque el efecto va a ser mínimo. Pero aunque sea mínimo, deseo y espero que nuestro gobierno se sume a este boicot simbólico. En nombre no de la religión, sino de lo humano.

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4
Abr
2008
Una Iglesia de especialistas (II)
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Hay otra acepción, más común, de especialista. Del sustantivo species se forma el adjetivo specialis y de ahí viene la palabra specialitas con el significado de cualidad distintiva. Especial entonces es lo extraordinario, lo que está fuera de lo común. En este sentido también la Iglesia es una comunidad de especialistas, porque en ella unos están más preparados que otros para realizar algunas tareas. En la Iglesia hay especialistas en pastoral, en teología, en catequesis, en música, en arte, ¡en tantas cosas! Hubo un tiempo (¡qué tiempos aquellos!) en que había sacerdotes obreros y cristianos en el mundo del trabajo (¿se acuerdan de la JOC?). Claro que hoy tampoco podemos quejarnos: hay cristianos especialistas en acoger a los inmigrantes.

En la Iglesia todos somos necesarios. No todos podemos hacerlo todo, pero sí sentirnos solidarios con todos. También aquí es posible corromper las funciones de los especialistas. Cuando no se respeta la legítima autonomía o la competencia de los que saben, se niega la especialización. Cuando se critica o se condena lo que no se entiende, cuando se emiten juicios precipitados, cuando no se respeta el legítimo derecho a expresarse conforme a las modalidades de la conciencia de cada uno, se niega la especialización.

Acabo estas reflexiones con otras dos referencias semánticas. De la misma familia que species es speculum, que significa espejo. El especialista es como un espejo, en el que podemos mirarnos, para así mejorar nuestra imagen. Cuando un catequista lee buena teología, la teología es el espejo para mejorar su catequesis. Espejo necesario porque una pastoral o catequesis sin teología es una pastoral vacía y, lo que es peor, desorientadora. Speculum coincide, aunque en diferente género, con spécula, diminutivo de spes, que significa pequeña esperanza. La especialización nos lleva hasta la esperanza. Esperanza que brota del hecho de que todos los cristianos somos especialistas en Jesucristo y en Sagrada Escritura. De lo contrario no somos buenos cristianos. Y esperanza que brota de que, entre los cristianos, hay algunos que se dedican con más intensidad y de forma prioritaria a una serie de tareas necesarias, importantes para la vida de la Iglesia. Sin estos especialistas, incomprendidos en ocasiones, la Iglesia se empobrecería.

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