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Jul
2007Jul
Por nosotros y nuestra salvación
5 comentariosEn el Credo confesamos que el Hijo eterno del Padre se encarnó “por nosotros los hombres y por nuestra salvación”. De modo similar la teología, la catequesis, la homilías, y toda labor pastoral ha de ser “por nosotros y por nuestra salvación”. Importa, pues, preguntar de qué Dios estamos hablando y de qué Dios entiende la gente que hablamos. No sea que al decir Dios haya quien entienda “otra cosa”. El nombre de Dios es como el papel, que al final, lo aguanta todo. ¡Cuántas atrocidades cometidas en su nombre! ¡Cuántos utilizan su nombre como instrumento de poder! ¡Cuántos profesionales de la religión hablan de Dios para los demás sin sentirse ellos mismos afectados!
En las parroquias se realizan, favorecen y apoyan muchas actividades. Es bueno que así sea para que los cristianos puedan implicarse en la que más les convenga, en la que mejor se sientan realizados, en la que más pueden aportar, o en la que consideren que se sentirán más cómodos. Pero en cada una conviene aplicar el “por nosotros los hombres”: ¿el diálogo interreligioso nos ayuda a ver lo bueno de las otras religiones y ayuda a los fieles de otras religiones a vernos a nosotros con ojos positivos?, ¿el diálogo ecuménico nos hace más amigos y despierta en nosotros el anhelo de una comunión más profunda con los otros cristianos?, ¿las catequesis, las conferencias o las clases de formación son un adoctrinamiento o ayudan a pensar, a tener criterio propio y una visión más abierta y positiva de las realidades mundanas y eclesiales?, ¿la pertenencia a una cofradía me hace más solidario con los que no son cofrades?, ¿las procesiones, las novenas o las devociones me encierran en mi mismo o me hacen sentirme enviado a los más necesitados?, ¿la predicación anima la fe, conforta la esperanza y estimula la caridad?, ¿cuándo hablamos de la parroquia lo hacemos como si se tratara de algo propio, que nos importa mucho, de un espacio donde encontramos hermanos que son amigos, o hablamos de un lugar donde se prestan una serie de servicios?
En las parroquias se realizan, favorecen y apoyan muchas actividades. Es bueno que así sea para que los cristianos puedan implicarse en la que más les convenga, en la que mejor se sientan realizados, en la que más pueden aportar, o en la que consideren que se sentirán más cómodos. Pero en cada una conviene aplicar el “por nosotros los hombres”: ¿el diálogo interreligioso nos ayuda a ver lo bueno de las otras religiones y ayuda a los fieles de otras religiones a vernos a nosotros con ojos positivos?, ¿el diálogo ecuménico nos hace más amigos y despierta en nosotros el anhelo de una comunión más profunda con los otros cristianos?, ¿las catequesis, las conferencias o las clases de formación son un adoctrinamiento o ayudan a pensar, a tener criterio propio y una visión más abierta y positiva de las realidades mundanas y eclesiales?, ¿la pertenencia a una cofradía me hace más solidario con los que no son cofrades?, ¿las procesiones, las novenas o las devociones me encierran en mi mismo o me hacen sentirme enviado a los más necesitados?, ¿la predicación anima la fe, conforta la esperanza y estimula la caridad?, ¿cuándo hablamos de la parroquia lo hacemos como si se tratara de algo propio, que nos importa mucho, de un espacio donde encontramos hermanos que son amigos, o hablamos de un lugar donde se prestan una serie de servicios?