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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

1
Jul
2007

Por nosotros y nuestra salvación

5 comentarios
En el Credo confesamos que el Hijo eterno del Padre se encarnó “por nosotros los hombres y por nuestra salvación”. De modo similar la teología, la catequesis, la homilías, y toda labor pastoral ha de ser “por nosotros y por nuestra salvación”. Importa, pues, preguntar de qué Dios estamos hablando y de qué Dios entiende la gente que hablamos. No sea que al decir Dios haya quien entienda “otra cosa”. El nombre de Dios es como el papel, que al final, lo aguanta todo. ¡Cuántas atrocidades cometidas en su nombre! ¡Cuántos utilizan su nombre como instrumento de poder! ¡Cuántos profesionales de la religión hablan de Dios para los demás sin sentirse ellos mismos afectados!
   
En las parroquias se realizan, favorecen y apoyan muchas actividades. Es bueno que así sea para que los cristianos puedan implicarse en la que más les convenga, en la que mejor se sientan realizados, en la que más pueden aportar, o en la que consideren que se sentirán más cómodos. Pero en cada una conviene aplicar el “por nosotros los hombres”: ¿el diálogo interreligioso nos ayuda a ver lo bueno de las otras religiones y ayuda a los fieles de otras religiones a vernos a nosotros con ojos positivos?, ¿el diálogo ecuménico nos hace más amigos y despierta en nosotros el anhelo de una comunión más profunda con los otros cristianos?, ¿las catequesis, las conferencias o las clases de formación son un adoctrinamiento o ayudan a pensar, a tener criterio propio y una visión más abierta y positiva de las realidades mundanas y eclesiales?, ¿la pertenencia a una cofradía me hace más solidario con los que no son cofrades?, ¿las procesiones, las novenas o las devociones me encierran en mi mismo o me hacen sentirme enviado a los más necesitados?, ¿la predicación anima la fe, conforta la esperanza y estimula la caridad?, ¿cuándo hablamos de la parroquia lo hacemos como si se tratara de algo propio, que nos importa mucho, de un espacio donde encontramos hermanos que son amigos, o hablamos de un lugar donde se prestan una serie de servicios?
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Etch
2 de julio de 2007 a las 23:02

Es claro que la parroquia es el lugar de encuentro con los hermanos que son amigos y por lo tanto donde se hace palpable el mandamiento del amor: "Un mandamiento os doy, que os améis los unos a los otros".Soy una persona afortunada sin duda. Por otro lado también estaría bien, pero que muy bien, que pudiesen ser también centros de formación cristiana tan necesaria en estos tiempos de dialogo , aunque más parecen tiempos de disputa.

Pedro C.
4 de julio de 2007 a las 00:08

¿La teología,la catequesis,las homilías por nuestra salvación? Depende. Las hay que sí. Pero también hay muchas homilías aburridas, que más bien parecen una serie de respuestas a preguntas que nadie hace. Hay catequesis muy improvisadas y poco preparadas. Y con la teología me parece que tenemos un problema. Porque hoy a cualquier cosa se le llama teología. Se confunde la teología con la catequesis o con la formación cristiana de adultos. Hoy todas las diócesis quieren tener su Centro de teología. Como ideal no está mal, pero en realidad no es así. Y no es bueno confundir a la gente y ofrecer como teología lo que a lo mejor es muy necesario pero no pasa de ser una buena formación cristiana para adultos. Que no es poco, por otra parte.

Oscar
4 de julio de 2007 a las 11:21

Hay muchas parroquias, parroquias rurales, y también no rurales, de muchas zonas de España y Latinoamerica en las que hay fieles con interés por la formación, pero que apenas se limitan a impartir sacramentos. De formación nada de nada. Por otra parte, todavía quedan muchas parroquias en las que la participación de los seglares, en su organización y funcionamiento, es nula. Los seglares seguimos siendo elementos pasivos en la Iglesia y para ser elementos activos tenemos, en la mayoría de los casos, que buscar movimientos y grupos al margen de la parroquia tal como está hoy configurada.

lola
4 de julio de 2007 a las 12:01

se nos dice wque nuestra fe es comunitaria, que se salva a un Pueblo, pero solo queda en palabras vacias, yo no veo que la Parroquia sea algo vivo, al menos en mi experiencia, ni una familia, ni una comunidad, como debieron ser las primeras, y como deberian ser siempre, una familia, donde todos nos conozcamos, donde los demas se pregunten y se cuestionen, ¿porque se aman asi?, mientras no sea asdi, estaremos viviendo un cristianismo desvirtuado,intentemos cada uno poner su grano de arena.

JMValderas
4 de julio de 2007 a las 20:43

Querido Gelabert Como se advierte en quienes me han prcedido tu reflexión sugiere ideas múltiples. Permíteme ceñirme a lo genuinamente domincano: la asistencia y guía teológica. Trascendamos las homilías dominicales para abordar otros púlpitos; sic, los seminarios o los cursos de verano. Sin perder la mirada en lo nuclear: “por nosotros y por nuestra salvación”. ¿Qué veo? Por un lado, si abro la web del Angelicum, un empeño por iluminar los temas de nuestro tiempo, con Agazzi como ponente. (Me imagino que conociste en Friburgo a este físico y filósofo de sólida doctrina.) Y, ¿cuáles son los temas de nuestro tiempo? Como se acaba de mostrar en la Feria Internacional del Libro de Trieste, las objeciones que la ciencia plantea a la religión. En Italia, los dominicos han sabido reaccionar. El papelón de los frailes florentinos en el asunto Galileo les ha vacunado. ¿Qué veo en España? Abre las páginas de sus reuniones y cursos de verano. Hallarás un exceso de pseudoteología. De cierto ponente aun recuerdo con vergüenza ajena sus exposiciones sobre “ecología” y religión; de ottro, militante socialista in actu exercito el alegato contra el “ataque de los obispos a la ciencia” por develar éstos los puntos atentatorios contra la dignidad del hombre. Por supueto el ahora ponente in sede dominicana ignoraba los rudimentos básicos del proceso embrionario.

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