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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

23
Dic
2013

Noche de Dios

5 comentarios

La noche de Navidad simboliza todo lo hermoso y deseable que hay en el corazón humano: inocencia, cariño, bondad, amabilidad, ternura, sonrisas, alegría, vida y el futuro por delante. Todo está simbolizado en la inocencia de un niño que nace. Con la ventaja, en nuestro caso, de que este niño tiene a Dios en lo más profundo de su ser. Su ser es ser de Dios. Desde entonces la bondad, amabilidad, alegría y vida de lo humano están impregnadas de eternidad. El pasado, el presente y el futuro de este niño es el pasado de todos los humanos (venimos de Dios), el presente de todos ellos (estamos en Dios) y su futuro (estamos hechos para Dios y Dios es la meta y el sentido de nuestra vida).

La noche de Navidad recapitula los deseos de paz y entendimiento que anidan en todo ser humano, estos deseos que los avatares de la vida corrompen con demasiada frecuencia. La paz fundamentada en la inocencia, en el mirar al otro sin resquemores, con una espontánea confianza. La paz que es fruto del amor. Y el entendimiento que se basa en la necesidad que todos tenemos del otro, como el niño que necesita de los demás para nacer, sostenerse en el ser y crecer. Porque los necesita los acoge con naturalidad, y extiende los brazos para acoger y ser acogido.

La noche de Navidad une lo humano con lo divino, reconcilia lo distante, une lo alejado. Dios y el hombre en una sola persona. Y al unir a Dios con el hombre, une a los seres humanos entre sí. Porque si Dios se hace hombre, ser hombre es lo más maravilloso que se puede ser. Si Dios se hace hombre no es solo porque el hombre tiene capacidad de Dios, sino sobre todo porque los seres humanos tienen capacidad de amor, están hechos para el amor. Lo humano no es el odio o el rechazo, sino la acogida y el encuentro.

En la noche de Navidad todo es amanecer, todo apunta hacia este sol que nace de lo alto para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. En esta noche, Dios desvela el rostro oculto de su ser: gracia, amor, misericordia. Por eso, en esta noche importa proclamar que no hay nada más urgente, nada más necesario que conocer y dar a conocer al verdadero Dios, aquel cuya última palabra se pronuncia: Jesucristo. Este es el único nombre que puede salvar; el nombre que, aún sin saberlo, todos buscamos.

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Anónimo
24 de diciembre de 2013 a las 02:15

És de les coses més boniques que he llegit en la meua vida, no pot més que estar inspirat per Déu. Solament un home portat per la ma de Déu pot escriure algo tan meravellós. Enhorabona Martí i bon nadal.

Valero
24 de diciembre de 2013 a las 10:22

Aller viví una experiencia familiar en la que de nuevo descubrí hasta que punto amar conlleva un doloroso salír de ti mismo, una renuncia que es consecuencia de saber que amar significa que el otro, es más importante que tú. El misterio de la Encarnación es eso mismo, pero elevado al infinito. Me asombra pensar que el Dios infinito de quien todo procede, nos ame hasta el punto de haber tomado forma de hombre, en la persona de Jesucristo, y eso aún sabiendo que la inmensa mayoría responderemos mal, o muy mal o muy pobremente, a ese amor suyo inconcevible y descabellado. Dios muestra su rostro en la fragilidad de un niño. ¿Alguien podría tomar un niño en sus brazos sin conmoverse y sin que surja en uno, el deseo de protegerlo y cuidarlo? Por otra parte en todas las culturas desde el principio de los tiempos, está firmemente grabada la convicción de que un dios debe ser poderoso, fuerte, invencible... y de pronto surge Dios y nos muestra la gran paradoja del amor: El que es, se anonada, para llevar al que no es, a la plenitud del ser, la cual por otra parte consiste en anonadarse en Dios. Todo esto me viene grande, disculpadme si digo tonterías. Gracias Martín por tus palabras.

nadala
24 de diciembre de 2013 a las 13:23

Gracies Fray Martí per la llum i caliu que inflama cor i ánima, i ens prepara per viure en Amor aquest Nadal.

Gracies per aquest lloc de Pau Joia i Saviesa. Per traure temps i compartir lo contemplado en el teu bloc, malgrat les seves responsabilitats.

L'estimem força, Fray Martí, per el seu amor a la Paraula i la Veritat, que destil.la en cada post, i ens arriba com rosada suau de matinada.

Per a vosté i els seus lectors i comentaristes Bon Nadal i un 2014 en Pau Joia i Amor

Anónimo
25 de diciembre de 2013 a las 12:35

El Niño Jesús apareció ayer en la Misa de los pastores,en manos de Papa Francisco desvalido, pobre, débil. Una nueva talla,más cercana a la humanidad del Niño Dios. Un niño Jesús simbolizado en una figura de pelo moreno,delgadito, acabado en mate, con un lienzo verde, la mirada amorosa buscando correspondencia, las manitas juntas junto a su cara. Simbolizaba nuestro desvalimiento, debilidad, pequeñez, pobreza. Francisco tomó la cabeza entre sus manos lo besó, lo trasladó al pasebre. El Niño Dios quiere que lo hagamos nuestro, cercano. Necesita de nuestro amor. No solo nuestro incienso

Lejos de la anterior imagen de brillos púrpura, lienzo dorado, ojos azules y esos haces metálicos clavados directamente en su cabeza, simbolizando su divinidad. Imagen que en un primer plano estremece, por la crueldad que transmite.

Un Niño Jesús pobre signo de una Iglesia pobre. Pequeños signos de un Tiempo Nuevo. Luz de esperanza para todos.

Anónimo
25 de diciembre de 2013 a las 19:41

Bonito comentario. Recuerdos. Javier Fuset

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