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Lo divino bajo figura despreciable
5 comentariosBenedicto XVI en la Verbum Domini plantea el problema de las páginas oscuras y difíciles de la Biblia, por la violencia y las inmoralidades que a veces contienen. ¿Cómo es posible que algo tan sublime como la Palabra de Dios pueda expresarse no sólo tan pobremente, sino incluso bajo expresiones que parecen contrarias a la dignidad de lo divino? Cierto, la Escritura, además de palabra de Dios es también palabra del hombre. Dios se adapta a nuestro modo de entender, utiliza nuestro lenguaje. Por eso la “palabra de Dios” es una palabra muy “humana”. Pero, puestos a utilizar un lenguaje humano, ¿no estaría más acorde con la dignidad de la palabra Dios el uso de las más sublimas palabras e imágenes?
Tomás de Aquino se planteo este mismo problema, consciente de la pobreza y simplicidad de algunas expresiones y descripciones bíblicas. He aquí su respuesta: es preferible que lo divino se transmita en la Escritura bajo el ropaje simbólico de cuerpos viles que de cuerpos nobles. Por tres razones: primero, porque así queda más claro que cualquier figura que se aplique a Dios es inadecuada para expresar su grandeza; si las imágenes fueran sublimes y nobles, resultaría tentador confundir a Dios con esas imágenes. Segundo, porque este modo de conocer es más adecuado para hablar de Dios en esta vida, ya que de Dios sabemos mejor lo que no es que lo que es; por eso las imágenes más alejadas de Dios dan mejor a entender que Él está por encima de cuanto pensamos y decimos. Tercero, porque así lo divino queda más escondido para los ojos indignos.
Casi podríamos decir que la palabra de Dios es una palabra “chapucera” para que no caigamos en la tentación de buscar a Dios en las grandezas, elegancias, purezas, incontaminaciones y riquezas de este mundo. La forma misma de la palabra de Dios es una invitación a buscarlo en el pobre, en el necesitado, en el indigente. Y es una crítica de tanto oro, plata y diamante con el que, a veces, adornamos relicarios, mantos a las imágenes, altares y demás objetos sagrados. Lo divino se simboliza mejor, si seguimos esta doctrina de Tomás de Aquino, bajo la figura de cuerpos viles y despreciables que de cuerpos nobles.