Sep
Llevar al Papa al tribunal de La Haya
11 comentariosEn las últimas semanas se ha producido un goteo de noticias sobre acusaciones del gobierno de Irlanda contra el Vaticano por haber obstaculizado los trabajos de una comisión de investigación sobre abusos sexuales cometidos por sacerdotes católicos en la diócesis irlandesa de Cloyne. Ayer saltó la noticia de que un grupo de víctimas de abusos sexuales han presentado una demanda contra el Papa y los cardenales Bertone (actual Secretario de Estado), Sodano (ex Secretario de Estado y uno de los colaboradores más cercanos a Juan Pablo II) y Levada (Congregación para la doctrina de la fe), ante el tribunal internacional de La Haya, acusándoles, ni más ni menos, que de crímenes contra la humanidad.
Una demanda así, por muchos motivos, no tiene posibilidades de prosperar. Pero además, en el caso del actual Papa y de sus dos colaboradores Bertone y Levada, me parece injusta. Si alguien ha propiciado la claridad en estos desagradables asuntos ha sido Benedicto XVI. La acusación de que "los crímenes cometidos contra decenas de millares de víctimas, la mayoría niños, siguen siendo ocultados por funcionarios del más alto nivel en el Vaticano" no se sostiene. Es posible que sigan dándose casos de ocultamiento, pero si es así es contra la voluntad expresa del Papa.
Cosa distinta es que muchas víctimas de abusos delictivos se sientan frustradas. Desgraciadamente, en estos casos, es muy difícil, sentirse resarcido, porque hay daños que son irreparables, aunque puedan paliarse algo con la comprensión, la acogida, la denuncia y el castigo al delincuente. Por eso, yo entiendo que las asociaciones de víctimas quieran hacerse notar, y sigan reclamando compensaciones. Sin duda, el mero hecho de intentar llevar al Papa ante la corte de La Haya produce mucho ruido, pero corre el riesgo de producir todavía mayor frustración, porque es difícil que prospere.
Podemos y debemos agradecer a Benedicto XVI su actitud valiente asumiendo errores ajenos y su clara petición de perdón. Ahora bien, no me parece que sea una buena defensa desviar el tema, argumentado que las leyes que facilitan el aborto son más graves y nadie acusa a quienes legislan sobre ellas. No estamos hablando de lo malos que son nuestros gobernantes. Estamos hablando de personas que han sufrido un grave daño, que sólo hemos reconocido ante la evidencia, porque dábamos por supuesto que cosas así nunca podían ocurrir.