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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

10
Oct
2009

Florentino es dios y el P. Coll un santo

4 comentarios

Con motivo de la canonización del dominico Francisco Coll resulta oportuna una breve reflexión sobre la santidad. San Pablo califica de santos a los destinatarios de sus cartas porque la santidad no está reservada a nadie, sino ofrecida a todos: es una marca que manifiesta la pertenencia de quien la lleva al Señor Jesús. Esta pertenencia suscita un nivel de vida más humano, tanto en el terreno personal como en el social. Los grandes modelos de santidad han sido grandes benefactores de la humanidad, a veces de forma humilde y, a veces, de forma más conocida, de modo que su obra humanizadora no se ha limitado a su corta vida; ha continuado una vez que han dejado esta tierra, en ocasiones por medio de otras y otros que han proseguido su carisma y han creado instituciones, educativas por ejemplo, buscando siempre el bien para los seres humanos. Es el caso de san Francisco Coll, fundador de la Congregación de las Dominicas de la Anunciata, que también fue un gran predicador popular y un hombre sensible ante la falta de formación humana y religiosa de niñas y adolescentes.

La palabra santo no está de moda. Sí lo están: dios o divino. En algunos ambientes se califica de divinas o divinos a algunos personajillos. Recuerdo que el pasado 3 de julio, en la Cadena Ser, narrando la presentación de un futbolista en el estadio Santiago Bernabeu, el locutor dijo literalmente: “En este ambiente de éxtasis, de éxtasis absoluto, la gente gritaba: Florentino, eres dios”. Antes, en su primera época de Presidente del Real Madrid, Butragueño le calificó de “ser superior”. En vez de santos, el mundo prefiere dioses. Una canonización es una buena ocasión para recordar que no hay más Dios ni más Santo que el Padre de nuestro Señor Jesucristo: “tú solo eres Santo”. Pero también “fuente de toda santidad”. El ser humano está llamado a asemejarse a Dios, en lo que consiste la santidad. Eso sí, la santidad de Francisco Coll, y en definitiva la de todo cristiano, es de otro nivel, de otra categoría, de otra galaxia a la de los modelos “divinos” que extasían al mundo.

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tousant
10 de octubre de 2009 a las 10:22

¡ Felicidades a la Orden de Predicadores por este nuevo fruto de santidad. Que el dominico Francisco Coll interceda por nosotros. Interceda para que cada cual recorra desde su lugar y vocación el camino de santidad a que ha sido llamado. Una de las festividades mas hermosas es la de Todos los Santos. Porque no todos los santos son canonizados. En la canonización confluyen diversos factores, incluidos los recursos humanos y económicos de quienes promueven la canonización. ¡ Cuantos expedientes de canonización están paralizados por falta de recursos económicos. Otros lo están por no ser política ni eclesialmente el momento ( Mons Romero) Es el certificado de ejemplaridad de la Iglesia. A veces canonización y santidad son caminos que no confluyen o la hacen a través de los renglones torcidos de Dios.
Como apunta M. Gelabert, Dios es fuente de toda santidad. Vicente Ferrer antiguo SJ y cooperante en la India ha sido proclamado hijo predilecto de la Ciudad de Valencia. En el mismo acto de proclamación, el Dr Cavadas, nombrado así mismo hijo predilecto por su excelencia profesional- cirujano ,y su promoción de la salud en África mediante su fundación, fue el único que se levantó y aplaudió cuando Anna Ferrer, viuda de Vte Ferrer, recogió en su nombre el galardón, cuyo premio servirá para que la Fundación Vte Ferrer siga proporcionando recursos y dignidad a los más pobres de la India. El Dr Cavadas se ha declarado no creyente. Sin embargo en pié reconocía excelencia -¿ la santidad?- de quien entregó su vida por los más pobres. El propio Dr Cavadas, podría ser multimillonario ejerciendo la cirugía plástica. Ejerce la cirugía reparadora, no solo realizando transplantes espectaculares sino orientando su vida y profesión en favor de los más necesitados, en la esquilmada África. Se desplaza en bicicleta, y recogió su galardón con unos sencillos vaqueros y una camisa. La significación del mensaje
En este siglo XXI la santidad, cuya fuente es Dios, toma formas propias de nuestro tiempo. Santos los hay en todas las tradiciones religiosas y humanistas. Estamos llamados a dar lo mejor de nosotros mismos, llamados a la santidad,a ser divinos en la Vida -y no a "estar divinos de la muerte"- a activar al máximo la imagen y semejanza de Dios impresa por el Bautismo. La canonización ya no depende de nosotros. Un cordial saludo

oyente
10 de octubre de 2009 a las 23:59

Esta mañana he escuchado en la Cadena Copa que mañana, domingo, iban a televisar desde Roma la canonización de dos españoles. Y ha nombrado al P. Damián y al Hno. Rafael. Doble error, porque el P. Damián me parece que es belga. Los españoles son el Hno. Rafael y el P. Coll, que nació en un pueblecito de Gerona. A lo mejor el locutor no sabe que Gerona está en España y lo de Damián le ha sonado a muy castellano.

Bernardo
11 de octubre de 2009 a las 00:34

Cuando se pierden los referentes verdaderos nos lanzamos de cabeza a los sucedáneos. Si lo miramos por el lado positivo podemos entenderlo como un anhelo que hay en el hombre de tener algo seguro, "divino", a la mano, como los romanos con sus emperadores. Era una manera de estar un poco más seguros. Lo grave de todo esto es que siempre se asocia lo "divino" con las riquezas y el poder, cuando "nuestro" Dios, el Padre de Jesús, se manifestó en lo pequeño y humilde. Nuestra herencia grecorromana y en el fondo de todas las religiones, nos lleva a pensar en lo divino como algo muy excelso en términos humanos y no nos cabe en la cabeza, quizá por ser locura o necedad que diría Pablo, que todo un Dios se hiciera hombre en la humildad de Jesús, y que aún hoy siga encarnándose en los últimos de la tierra.
En el último número de Concilium hay dos artículos buenísimos, uno de Queiruga y el otro de Gibellini sobre una reconsideración cristiana del monoteísmo y, en el fondo de toda la religión.

Saludos

lola
11 de octubre de 2009 a las 11:21

creo que la santidad, se diferencia de los dioses actuales, en todo. Los primeros viven desde lo simple y lo sencillo, los segundos desde la prepotencia, el bombo y el platillo. los santos ayudan a los demas, y los dioses usan a los demas para sus interes.

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