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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

25
Jun
2007

El criterio de lo humano

6 comentarios
Todas las religiones tienen a Dios como común denominador. Pero se trata de un denominador común poco común. Parece que todos buscamos lo mismo. Pero de hecho no nos encontramos todos con lo mismo. Porque no coinciden los caminos para llegar a Dios. Y el camino condiciona los resultados. Así, los conceptos de Dios que tienen las religiones no coinciden, la referencia a lo divino no une. ¿Dios es personal o impersonal? ¿Es el Todo o es el Vacío? ¿Es Uno o es Uni-Trino? ¿Es Señor o es Padre? En este terreno sólo cabe el respeto y la explicación mutua.

Ahora bien, estas comprensiones de lo divino muestran su credibilidad a través de su acción salvífica y liberadora. Tenemos ahí un buen criterio de la verdad de una religión: lo humano, o sea, su capacidad de liberar a las personas y de favorecer su realización. Decía un escritor cristiano del siglo II, Teófilo de Antioquia: “muéstrame tú a tu hombre y yo te mostraré a mi Dios”. Una religión que propone una visión estrecha o limitada del ser humano, o que promueve la utilización de medios perversos y alienantes, es una religión que ha perdido el sentido de su propia misión y el contacto con sus raíces más auténticas.

No es fácil manejar el criterio de lo humano, porque tendemos a confundir naturaleza y cultura, o a identificar lo humano con el modelo social dominante en nuestra área geográfica. Pero es más manejable que el criterio de lo divino, y con él hay menos peligro de errores y de ilusiones. Es menos peligroso juzgar de lo divino a partir de lo humano, que a la inversa. La historia nos ilustra sobre los peligros de partir de lo divino para juzgar la verdad de una religión. Bien conocidos son los daños que se han hecho “en nombre de Dios”. Lo auténticamente humano es precisamente lo que hay de más divino en nosotros.
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JMValderas
25 de junio de 2007 a las 23:21

Querido Gelabert: la lectura de tus consideraciones sobre lo humano ha coincido con un intermezzo entre dos lecturas, la del “Comentario a la Notificación sobre Jon Sobrino” por un grupo de jesuitas y asociados, entre ellos uno que hace poco postulaba un nuevo sacramento para el “matrimonio homosexual” (González Faus, entonces director de “Cristiniasme i Justicia, y promotor de este manifiesto, no me lo desmentirá), y un editorial de “Nature” del 14 de junio, “Evolution and Brain” que lleva por subtítulo un tema inimaginable en dicha revista: “Con toda nuestra deferencia para las sensibilidades de las personas religiosas, la idea de que el hombre fue creado a imagen de Dios tendrá que dejarse de lado, a buen seguro”. ¿Qé tienen en común tu texto, el alegato antivaticano en cuestión y el texto de una de las revistas científicas más prestigiosas? Los tres abogáis por lo humano. El problema está en la incardinación de lo humano en lo divino. Tú te quedas en un terreno generalísimo, susceptible de mil interpretaciones, los jesuitas se esfuerzan por sacar del infierno nestoriano a Sobrino, y el editorialista dice que lo humano tiene una larga historia prehumana inseparable de su situación actual. Una atractiva reflexión la de la cristología que torne a las doctrina de los concilios y tenga en su horizonte el plan de salvación del hombre desde el alba de los tiempos, hace 3500 millones de años, cuando todavía no había más vida que la unicelular.

Ugart
26 de junio de 2007 a las 12:10

Dios es personal; Dios es Uno y Trino; Dios es Señor y Padre; Él lo es Todo en todo, llegará a serlo.
Sí sé seguro por la fe que DIOS, EL VERBO, la segunda PERSONA de la TRINIDAD, se ha encarnado y que un HOMBRE: JESÚS, el VERBO HUMANADO ha entrado glorioso, como KIRIOS en la gloria y está sentado a la derecha del PADRE.Es JESUCRISTO.
Pero aquí en el devenir de la historia, en el tiempo, en el hoy del día a día yo he de seguir como discípulo a Jesús de Nazaret; he de imitar su vida y vivir según sus enseñanzas; he de intentar ser dócil al Espíritu para que me vaya configurando con Él hasta que en Él llegue al hombre perfecto...a Cristo...etc. de S. Pablo.
No veo contradicción ninguna entre lo que dice o decía la teología más tradicional y lo que defienden la dimensión más humana de Cristo.
Con perdón, me parece que por medio andan "los pobres". (Lo digo por lo de Sobrino)
Como siempre ellos suelen incordiar y crear "problemas".
Y sin embargo, por ellos, por nosotros, se produjo la kénosis del Verbo. Porque no hay mayor pobreza que el pecado.
Sí, los pobres son un gran problema para los intelectuales de la iglesia.Y para los judíos del tiempo de Jesús, también.
¡Jesús, vaya por Dios!¡Ojalá (Oh, Alá)el cristiano abogue algún día por lo humano tanto como el Padre celestial que nos mandó a su Hijo para que fuese uno de nosotros, como uno cualquiera...¡Siendo quien era! para que nosotros llegarámos a ser como Él, divinos.

JMValderas
26 de junio de 2007 a las 23:45

Querido Gelabert No acabo de ver si la intervención precedente es una apostilla a mi exposición. Permíteme no obstante que abuse de tu blog y pida alguna alcaracón. Una de las urgencias que veo a la para-teología es la necesidad de depurar el lenguaje: ¿qué eso de la teología tradicinal? Yo estudié genética clásica (mendeliana) y genética molecular, pero no sabía que hubiera una teología "más tradicional", menos tradicional o tradicional tout court. ¿Qué quiere decir la dimensión más humana de Cristo? ¿Hay una dimensión menos humana? Yo creía que había, sencillamente, una naturaleza humana. Y a propósito de los pobres, somos muchos los que tomamos el tranvía antes de las siete, comemos en bares de ocho euros, sudamos la gota gorda y no necesitamos lecciones de amor y entrega a nuestros vecinos de mesa y copartícipes de la paella de los jueves. Mejor dicho, sí lo necesitamos, porque no renunciamos ni partimos la capa como tu patrón. Pero no de los que no han dado en su vida un palo al agua. y Lo que ocurre es que, además, intentamos sacar tiempo libre para estudiar. Justamente la vida laboral me ha enseñado la falsedad y demagogia de quienes decían defender a los débiles. "Ya nos conoceís" decía el eslógan del PSUC en las primeras elecciones. "Macho, si os conozco", le espeté amigablemente a más de un compañero de facultad.

Oscar
27 de junio de 2007 a las 13:51

Estoy de acuerdo con el planteamiento del profesor Gelabert: lo humano me parece un buen criterio de lo religioso. Yo he venido para que tengan vida abundante, decía Jesús, el Emmanuel, el Dios con nosotros y para nosotros. También estoy de acuerdo en que no es fácil decir exactamente qué es "lo humano". Quizás sea más fácil decir lo que no es humano, lo inhumano: "esto no puede ser así", decimos espontáneamente. De este grito, de esos gritos que claman al cielo ("eso no puede ser") brota la moral, la moral sin más calificativo, la moral mínima que diría Adela Cortina. En todo caso, allí donde no hay alegría, esperanza, paz, allí donde no hay vida, seguro que no se cumple la voluntad de Dios, al menos la del Dios cristiano. Porque esa es otra, como dice el artículo: al final vete a saber qué entiende cada uno por Dios.

Ugart
27 de junio de 2007 a las 19:51

Sr. Valderas:Dispense.EN ABSOLUTO escribí una apostilla a su comntario.Ni pensaba en Ud.Era otro comentario, sin más, como el suyo. Tal vez me resulte más difícil usar el lenguaje de forma tan depurada, porque hay cosas muy difíciles de expresar y el lenguaje nos permite a los que queremos comunicarnos esa libertad de expresión, ya que, de otra manera, nos parece que no alcanzamos a "decirnos" totalmente.Por teología "más tradicio-nal" me refería tan solo a la llamada escolástica, término universalmente aceptado, como el de "teología de la liberación", del que es padre el dominico Gutierrez.Son términos para darnos a entender,Sr. Valderas.De todos modos no era necesario que me diera sus notas biográficas, aunque las agradezco porque es bueno conocernos. Yo no soy jesuíta.Ni siquiera creo ser pobre...de espíritu.Ni soy socialista. Pero amo y entiendo a los primeros en su línea de "opción preferencial por los más pobres"(¡es una frase ya acuñada!) que será la de su próximo Capítulo General, y ruego con toda mi alma por los que teológicamente están en esa avanzadilla para que el Espíritu les ilumine y les fortalezca interiormente.No hay espacio para más.Profesor Martín, perdone que haya sido causa de polémica.
Que sí, que "los pobres" provocan estas disputatio.No así en la Edad Media, no así.

Bernardo
28 de junio de 2007 a las 00:37

Tan es así, Martín, tanto lo humano es el criterio o la medida para poder comprender a Dios (aquí mismo habría que arrodillarse para asimilar esto), que sin la recepción humana en la Fe no hay plena Revelación. Cuando Cristo, libre, consciente y voluntariamente aceptó la Cruz,entonces y sólo entonces, la salvación se hizo una verdadera posibilidad para la humanidad. Si el hombre Jesús no hubiera asumido la Revelación del (su) Padre, la historia salutis tendría otros derroteros. Todas las religiones son "recepciones" de la Revelación divina, en tanto que tales son vías de salvación de una manera "que sólo Dios conoce" (decía el Concilio), pero que conoce y de las que se sirve. Por ello, podemos afirmar que el diálogo con otras religiones puede ofrecernes un "Cristo desconocido" que nos espera en ellas, ese diálogo bien podría ser la invitación divina a salir de la casa paterna a Abraham.

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