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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

22
Oct
2009

Católicos anglicanos y católicos romanos

7 comentarios

Se anuncia una Constitución Apostólica de Benedicto XVI por la que se creará una especie de Prelatura personal en la que podrán integrarse aquellos clérigos y fieles anglicanos que se incorporen a la Iglesia católica, conservando sus ritos y costumbres. ¿A qué se debe esta novedad? A que algunas diócesis y parroquias anglicanas, disgustadas con las ordenaciones sacerdotales de mujeres y de varones homosexuales, han pedido o están decididas a pedir el ingreso en la Iglesia Católica.

Al respecto parece positivo el anuncio conjunto hecho por los arzobispos de Westminster (católico) y de Canterbury (primado de la Comunión Anglicana); aunque, por otra parte, voces anglicanas recuerdan que las conversiones van en las dos direcciones. También hay presbíteros católicos que piden el ingreso en el anglicanismo.

Esos trasvases extrañan menos si se sabe que entre la Comunión Anglicana y la Iglesia Católica hay coincidencias en lo fundamental. Prácticamente la única diferencia por parte anglicana está en el reconocimiento del primado de Pedro en la persona del Obispo de Roma. De hecho la Iglesia Anglicana se considera “católica”. Como decía el Deán Henry Forrester: “Católica, aunque no romana y Evangélica, aunque no protestante”. Casi está uno tentado de decir que los católicos anglicanos y los católicos romanos se diferencian tan solo en una referencia geográfica.

Eso sí, los pastores que presidan las diócesis personales de antiguos anglicanos deberán ser necesariamente sacerdotes u obispos no casados. Las parroquias podrán ser encomendadas a sacerdotes que en el momento de su paso al catolicismo estuvieran casados. A los nuevos seminaristas de estas diócesis se les exigirá el celibato.

Tengo dos dudas: una, si los anglicanos que se integrarán en la Iglesia católica no serán de tendencia muy conservadora; y otra, si las razones de fondo de la integración hay que buscarlas en la sexualidad, la mujer y el matrimonio. Y una pregunta: ¿por qué cuando interesa se permite el ministerio de un presbítero casado y no se permite el matrimonio de un sacerdote?

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cosas de familia
22 de octubre de 2009 a las 09:31

Me pregunto si hay una anglicana sacerdote casada - lo suficientemente conservadora para pedir el ingreso en este movimiento anglicano-hacia-Roma. ¿Será aceptada con su santo esposo y familia? ¿ Se le permitirá seguir celebrando la Eucaristía como a los sacerdotes anglicanos admitidos por Roma? Se permitirá al sacerdote católico la libre opción de celibato como a sus congeneres sacerdotes anglicanos? ¿ Será aceptado el sacerdocio para las mujeres católicas como a las sacerdotes-anglicanas ? No sea que " Extraños vendrán, que mejor trato recibirán "

Puede darse un movimiento circular, a saber: sacerdote católico que quiere casarse, se pasa al anglicanismo, y luego con su mujer y prole, vuelve a pedir el retorno al catolicismo, como por ejemplo, el sacerdote ex-católico de Miami, ahora ya casado y en filas evangélicas. Porque visto lo visto, soluciones para casi todo.

Y sería bueno que despues de esta apertura de mano vaticana hacia el conservadurismo más rancio, sería bueno, que se diera un trato paritario a tantos teólogos y teólagas silenciados, que viven en exilio interior. Porque todos pertenecemos a esta Iglesia Católica, Universal.
En una familia se trata antes de solucionar los temas pendientes con los hijos e hijas, que con la familia lejana o política: primos, sobrinos. ¿ O se trata de otra cosa?
Gracias M. Gelabert. Saludos cordiales

lola
22 de octubre de 2009 a las 10:20

La verdad es que importa muy poco. En un principio yo pensaba que los sacerdotes no se casaban para tener mas disponibilidad para los demas, ya que los casados tenemos muchas obligaciones, lkimpiar, cocinar, atender al marido-mujer, hijos, te dejan poco tiempo para atender a tanta gente necesitasa. Luego me entere que era como un anuncio del Reino, pero viendo lo visto, no les sirve ni para una cosa ni para otra, asi que podrian casarse perfectamente, asi sabrian lo que vale un peine, y yo me voy a limpiar y a preparar las lentejas...para todos, con ganas o sin ganas, pero hechopor Dios, porque sino realmente no lo haria.

Bernardo
22 de octubre de 2009 a las 10:30

Aunque tus preguntas son retóricas, me permito contestar lo que a mí me parece. Primero que seguro que el traspaso no será beneficioso para nadie, porque como muy bien recordaba el entonces cardenal en Dominus Iesus, no puede haber verdadero diálogo entre religiones si se abandonan los propios postulados. Fomentar el abandono de otra religión no es dialogar, a menos que el diaólogo no sea sino una estrategia apologética, con lo cual las palabras no serían sinceras. Por otro lado, es evidente que no hay motivos serios teológicos que impidan a los presbíteros el matrimonio, lo único que hay es una decesión magisterial, por lo mismo otra decisión magisterial lo modifica. Por ello "no extraña" que en este caso se anule el principio de no contradicción y lo blanco pueda ser a la vez negro, o viceversa según convengan. Ahora bien, que después no nos vengan con milongas del ius divinum.

Desiderio
22 de octubre de 2009 a las 14:13

A mí me parece una buena noticia. No sé, a veces nos quejamos de que la Iglesia es demasiado rígida, y creo que en este caso ha hecho un esfuerzo por flexibilizarse. De hecho, seguro que hay hermanos nuestros quizás más conservadores a los que no les ha hecho demasiada gracia esta decisión. Por otro lado, creo que no es comparable permitir a estos sacerdotes anglicanos continuar en su estado matrimonial, con el hecho de que se permita a los sacerdotes católicos contraer nupcias o no. Yo creo que en esta situación se ha hecho un esfuerzo por acoger a estos presbíteros, aunque en segunda instancia se continúe —como por otra parte es lógico— con la línea del celibato sacerdotal. Con esto último estaremos más o menos de acuerdo, pero entiendo que es otro debate.
Me surge una inquietud, en la línea que aporta Bernardo, de hasta qué punto se puede entrar en una negociación entre religiones para llegar a un consenso, a un acuerdo. ¿Se puede negociar nuestra fe? En este caso que nos ocupa creo que el problema en este sentido está bastante minimizado, pero en cualquier otro caso, ¿se puede ceder para acercar posturas? En fin, lanzo la pregunta.

lola
22 de octubre de 2009 a las 15:47

Desiderio, a tu pregunta, creo que te puedo responder con lo que decia el P Juan Bort, que era un artista del ecumenismo," los cristianos hemos de mirar todos a Cristo, de esta manera nos acercaremos unos a otros", esto lo decia en clase, no se si lo tendra escrito por ahi. Tambien decia, aunque creo que no son palabras suyas, " no se debe juzgar a nadie hasta que no andemos con sus zapatos al menos una milla"

Un amigo
22 de octubre de 2009 a las 20:42

Amigo Martín: Como siempre nos invitas a reflexionar sobre temas de gran importancia. El de hoy, uno más, bastante complejo y delicado. ¿De nuevo los problemas ecuménicos de importancia han de enfocarse solamente “por la sexualidad, la mujer y el matrimonio”?... ¡Qué pena! La Iglesia Católica ya se ha pronunciado en repetidas ocasiones sobre la ley eclesiástica del celibato para poder acceder al sacerdocio. ¿Ahora va a aceptar una excepción global con los presbíteros anglicanos simplemente por razones ecuménicas no confesadas?... ¿La entidad del sacramento del Orden no está muy por encima de célibes si, casados no?... Gracias por sacar a cuento esta temática. Un amigo.

Javier
25 de octubre de 2009 a las 14:30

Este blog está tremendo. Les felicito. Soy un seminarista CASADO que pertenece a la Comunión Tradicional Anglicana y creo que en cierta forma solamente hem os pedido la intercomunión. Por qué no se nos puede tratar a nosotros como a los ortodoxos, que poseen la intercomunión con Roma,pero no se les ha exigido nada? No estoy de acuerdo a que se nos exija como seminaristas el ser célibes. Otra cosa, la intercomunión no significa someterse al Ministerio de Pedro. Creo que podem os lograr muchísimas cosas juntos sin dejar de ser lo que hemos sido por siglos: anglicanos que aman su catolicidad. Nuestros obispos deben permanecer, sean célibes o no. Adelante con el diálogo anglicano-católico romano.
Javier.
Postulante OP Tradicional Anglicana

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