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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

22
Abr
2012

La crisis mata de verdad

9 comentarios

Mientras unos se dedican a la caza mayor y otros a la caza menor porque tienen recursos sobrados para ello, hay otras personas sin recursos que, en vez de matar animales, se matan a sí mismos, como última escapatoria del sufrimiento que les provoca el agobio de las deudas o el quedarse sin trabajo. Acabo de leer que en Italia ya se reconoce pública y hasta oficialmente (por parte del primer ministro) que cada día se quitan la vida dos personas (de promedio) debido a los efectos de la crisis económica. En Grecia parece que el promedio supera esa cifra. En España las cifras son parecidas a las de Italia.

Yo conozco a muchas personas cercanas que han visto disminuido su sueldo. Se adaptan. Conozco a otros a los que les han reducido drásticamente su salario después de estar trabajando casi 40 años en la misma empresa. Resisten, sobre todo gracias al apoyo de su familia. Sé de otros que se han quedado sin trabajo. Y en algún caso han sido despedidos por pequeños empresarios con una empresa familiar y se han visto obligados a dejar sin trabajo a parientes cercanos o a trabajadores que eran sus amigos. Todavía no sé de nadie conocido que se haya suicidado. Espero que eso no “les” llegue. Desgraciadamente a otros les ha llegado.

La desesperación aumenta por le lentitud de la burocracia y, sobre todo, por el mal trato de los bancos o de la administración del estado. ¿Por qué tienen que echar de sus casas a personas que no pueden pagar, si esa casa, una vez vacía, tampoco resulta rentable para el banco, porque no hay compradores? ¿No se podría llegar a soluciones sociales, que disminuyeran algo la desesperación, sacarles, por ejemplo, sólo si aparece un comprador? ¿No tendría ahí algo que decir la Iglesia, ofrecer alguna orientación, presionar a sus contactos empresariales y gubernamentales, realizar alguna acción conjunta con las organizaciones que se preocupan por paliar las consecuencias de estos hechos?

Hay personas que se están suicidando porque se han quedado sin las migajas del maldito dinero. Otros cuentan con el apoyo afectivo y efectivo de familiares o de personas cercanas. Hay parroquias y comunidades cristianas que, sin hacer ruido, ayudan a algunos de sus miembros a sobrevivir. Es laudable. Pero me parece que, a la vista de la noticia de los suicidios, es hora de empezar a levantar la voz, empezando por aquellos que tienen o tenemos más capacidad de hacernos oír.

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todos a seguir dando pedales
22 de abril de 2012 a las 16:01

Aprender a vivir con la crisis.Para salir de ellasiendo resilentes-aguantando el tirón, y seguir dando pedales. Nos atañe a todos. No sirven soluciones de antaño porque es algo nuevo. Y nuevas tambien las soluciones. La crisis ha puesto al descubierto la falacia del "tener" como estructura de vida. Somos algo más que acúmulos materiales.Pero todos tenemos derecho a recursos para una vida digna. Quienes han vivido la catástrofe de una guerra,saben de la necessidad de mirar adelante, del tesón y apoyo familiar, del valor de la fe y crencias sean las que sean. Porque todas defienden la Vida.

Fe y esperanza, en que esto tambien pasará. Y arromangarse todos, dando lo mejor de nosotros mismos. Por todos. El suicidio, la depresión son una enfermedad, que va en aumento. Abramos bien los ojos, atentos a los signos que anuncian que alguien está con el vaso colmado, a punto de la última gota. Seamos verdaderamente solidarios con los más débiles de la red. A veces son los que ven su pequeño ego devastado por la vergüenza de la pérdida de status. La crisis es buen momento de re-ubicar valores y prioridades. Optimismo para no dejarse vencer. Y pedir ayuda cuando sea necesario. Se han movilizado redes eclesiales y profesionales para hecer frente en lo material, social, espiritual. Antes de pegarse un tiro o vaciar un bote de barbitúricos, hable con alguien: en persona, por e-mail o teléfono. Ventila tu dolor, no te vayas: te queremos, te necesitamos para poder celebrar juntos que lo conseguimos. Que a la crisis se la vence con más Vida.

Aparte de pedir perdón, quienes han hecho un uso indebido de lo ajeno, bueno sería que lo devolvieran. Porque recursos hay. En cuentas en paraisos fiscales. En manos de unos pocos. Ya les vale.

Felicidades a Cáritas. Pero de la Iglesia como institución se espera algo más. Un trato en lo fiscal, como el resto, actualizar el tema del patrimonio. Hacienda somos todos.

¿ Qué hubiera hecho el Maestro en estas circunstancias?

Un abrazo solidario. Que Dios nos bendiga.

Bernardo
22 de abril de 2012 a las 17:12

En España, sin la solidaridad familiar, grupal y hasta eclesial, esta situación nos habría puesto ya en catástrofe humana. Resistimos porque aún nos sentimos, de alguna manera, hermanos. Pero esto no puede durar eternamente, llegará un momento en el que los padres no podrán seguir manteniendo a sus hijos; los que tienen trabajo a los que no lo tienen; los que disfrutan de cierta seguridad a los que lo han perdido todo y entonces qué.

Por cierto, Martín, estas en un error en lo de los desahucios: Con la normativa española, cuando un banco desahucia a un moroso, pasa a tener dos apuntes contables: una deuda que cobrar y el bien incautado. De esta manera, en lugar de tener solamente la hipoteca morosa, se apropia del bien, aunque sea al 50% de su valor real. El desahucio es un negocio, más cuando venden lotes de casas incautadas a fondos buitre que quieren una inversión de perspectiva de futuro, pues las casas se acabarán vendiendo.

a tiempo
22 de abril de 2012 a las 22:45

¿ Que tal si hacemos memoria de la doctrina social de la Iglesia, e intentamos llevarla a la práctica ? Es momento de releer los documentos del Vat II, y junto a la Palabra de Dios,refrescar nuevas iniciativas, que hace tiempo ya fueron propuestas.

Una buena forma de canalizar la agresividad y la frustración que nos produce la crisis es intentar cambiar las estructuras de pecado que nos han llevado a esta situación. Esta re-evolución, aún la tenemos pendiente. Y si nos descuidamos, se nos pasa el arroz.

Y aprender a caminar ligeros de equipaje. Más pobres. También esto está en los Evangelios.

Maite
22 de abril de 2012 a las 23:00

"La raíz de todos los males es el amor al dinero. A los ricos de este mundo insísteles que sean ricos en buenas obras, generosos y con sentido social" (primera carta a Timoteo)

Santucho
23 de abril de 2012 a las 10:58

Empezamos errando el tiro, creo:

http://blogs.periodistadigital.com/xiphias.php/2012/04/20/p314141#more314141

defensa de la alegría
23 de abril de 2012 a las 17:22

Como una bocanada de aire fresco, tan necesario en este tiempo
este poema de Mario Benedetti.

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas

defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.

Mario Benedetti

Gracias a la familia dominicana por esa alegría evangélica de la que hacen gala.

por favor, seguid luchando
23 de abril de 2012 a las 17:54

" Mi marido se quitó la vida hace 20 días por la crisis.
Por favor, seguid luchando."

«Él decidió coger el camino más fácil y dejarnos a mi, a mis hijas y a mis nietos. Esto es una llamada para que se sepa que hay mucha gente como yo, y que me gustaría que alguien hiciera algo para evitarlo». De este modo Rosario ha pedido, desde su tristeza, que «la gente que tiene el mismo problema que tuvimos mi marido y yo siga luchando y siga teniendo fuerzas. A él le superó todo esto, pero hay que seguir luchando».

http://www.abc.es/20120423/sociedad/abci-crisis-lucha-201204231216.html

Un abrazo solidario

Ciro
24 de abril de 2012 a las 03:14

Supongo que todos somos cómplices de esto cada vez que callamos; cada vez que somos políticamente correctos; o cada vez que nos acomodamos. Los hay que no se suicidan, pero que mueren víctimas del abandono. No sé.

Calimandroco
24 de abril de 2012 a las 18:35

Es tiempo de opciones valientes, a pesar del silencio de Rouco en la última asamblea de la conferencia episcopal. Menos mal que la caridad lo puede todo y lo vence todo.

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