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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

27
Abr
2014

Creación y resurrección

6 comentarios

El primer artículo del Credo, que confiesa a Dios como Creador, está estrechamente relacionado con el último, que habla de resurrección de los muertos. Ambos artículos se refieren a la vida: Dios, como Creador, está en el origen de la vida; él hace surgir el ser del no ser, llama a la existencia a lo que no es. Y el Dios que resucita a los muertos es también un Dios amante de la vida, que quiere seguir amando por toda la eternidad a aquellos a los que ha amado desde el comienzo. El Credo se abre y se cierra con la vida. Todo él está al servicio de la vida. Nuestro Dios es un Dios de salvación.

Entre creación y resurrección hay una relación estrecha, profunda e indisociable. En efecto, la resurrección presupone la creación (sin vida previa no hay resurrección), y la resurrección encuentra su mejor fundamento en la creación: si Dios puede dar vida una vez, ¿por qué no va a poder darla de nuevo? Mejor aún: si Dios puede dar vida, ¿por qué no va a poder mantenerla? ¿Para que se necesita más poder, para sacar vida de la nada o para mantener la vida en el ser? La mejor “prueba” de la resurrección (de la capacidad que Dios tiene de dar vida) es la creación. De este modo, la creación aparece como una verdad llena de esperanza.

Se crea o no se crea en Dios, la pregunta por el poder que ha dado origen a la vida, sea cual sea, aunque sea la casualidad, es también la pregunta por la posibilidad de que la vida aparezca de nuevo o permanezca: ¿por qué lo que ha ocurrido una vez no puede repetirse? ¿Por qué la buena suerte no va a poder tocar dos veces? Si además, Dios existe, entonces la fe en la resurrección resulta sumamente creíble, sobre todo si la fundamentamos en el poder y en el amor de Dios. El poder de Dios, que en la creación se ha manifestado con capacidad absoluta para dar vida, puede en la resurrección seguir ejerciéndose con la misma facilidad. Y si la creación tiene su origen en el amor de Dios hacia la criatura, entonces la resurrección resulta una consecuencia de este amor, pues el amante quiere siempre estar con el amado.

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Juanjo
28 de abril de 2014 a las 08:41

Cierto; varios autores ya lo dijeron a su manera; cito algunos de ellos;
"Tan gratuito es existir como seguir existiendo siempre”. Miguel Unamuno.

"¿Qué razón tienen para decir que no se puede resucitar? ¿Qué es más difícil nacer o resucitar? ¿Qué lo que no ha existido exista, o que lo que ha sido sea todavía? ¿Es más difícil venir a ser que volver a ser?" B. Pascal.
“Quien pudo hacer lo que no era, ¿no podrá re-hacer lo que era?" San Agustín.

.... y por último una frase de Teófilo de Antioquia; “Mas fácil es hacer tras haber existido, puesto que no fue difícil hacerte antes de haber existido”

Juan
28 de abril de 2014 a las 15:53

De acuerdo con el poder de Dios de recrear lo creado, pero ¿qué significa resucitar? ¿Es igual la resurrección del Lázaro histórico a su resurrección difinitiva? No creo. Entonces ¿dónde está la diferencia entre lo recreado y lo resucitado? ¿Lo resucitado filosófico y lo teológico? Te agradecería, fray Martín, una explicación. Gracias.

Martín Gelabert
28 de abril de 2014 a las 16:58

Amigo Juan: la resurrección de los muertos de la que habla el Credo es la entrada en el mundo definitivo de Dios, en el que ya no se muere más. Por tanto, esta resurrección es algo distinto de lo que acontece en el relato sobre la así llamada "resurrección de Lázaro". Sobre este asunto de la resurrección de Lázaro escribí un post hace tiempo. Este es el enlace: http://nihilobstat.dominicos.org/articulos/lazaro-murio-o-no-murio

juan garcia
2 de noviembre de 2022 a las 10:03

Nadie le pone limites ni al poder de Dios ni a la mente de fray Martin: la inteligencia humana es creacion divina y fray Martin Gelabert es una prueva testimonial. Gracias fray Martin.

Yosnel Alvarez (prenovicio de la O.P en Cuba)
2 de noviembre de 2022 a las 17:35

Fray, si decimos que Dios hace surgir el ser del no ser estaríamos afirmando que ciertamente el no ser es anterior al ser, es decir que la nada es anterior a la existencia, pero mi pregunta es la siguiente: ¿Por qué decimos que Dios hace surgir el "ser" del "no ser" cuando verdaderamente lo único que existe desde la eternidad es el ser, es decir, tomando a Dios como el principio del ser, en el cual todo "es", y si todo surge y retorna a Dios, se puede afirmar o predicar sobre el "no ser"?

Martín Gelabert
2 de noviembre de 2022 a las 19:58

De acuerdo Yosnel. Dios hace surgir el ser donde antes no había ser. El ser es una "aparición", un milagro, una novedad. Cuando decimos que Dios crea de la nada, queremos decir que nada le condiciona, que ninguna realidad previa es condicionantes de su obrar. Pero estoy de acuerdo en que más que de la nada, el ser surge del Ser. O sea, la realidad procede de Dios. Dios es el Ser que hace ser.

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