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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

29
Mar
2020

Virus tóxico y otros venenos

2 comentarios
virustoxico

Están circulando estos días, en boca de personajes políticos y en otras bocas, algunos asertos y malas recetas. Calificar el virus de “gripecita” como ha hecho el presidente del Brasil es una irresponsabilidad, indigna de alguien que debe actuar con mucha responsabilidad. ¿Y qué pensar de esos dirigentes estadounidenses que supeditan la salud y la vida de los abuelos a la economía? Los políticos, a veces, piensan con poca perspectiva, incluidos algunos de los nuestros que, estando bien informados de la gravedad del virus, tomaron las decisiones un poco tarde por intereses políticos más que sanitarios.

Hay opiniones sobre el virus que sería mejor evitar. A veces son exageraciones, otras veces son bulos, en todo caso noticias no confirmadas. No hace falta exagerar nada, porque la realidad es por sí misma bastante seria. Necesitamos la verdad, sí, y también necesitamos algún rayo de esperanza. Exagerar las cosas o difundir mentiras es muy grave. Una de las mentiras difundidas (a través de WhatsApp) es la de una persona, con voz compungida, que pedía que le enviasen (a una dirección de correo electrónico) cartas de solidaridad para ancianos enfermos. Se trataba de un hacker que pretendía hacerse con nuestros correos. Para ser justos hay que decir que otras personas (sanitarios desde hospitales) de buena fe, y sin engaño, están pidiendo cartas para enfermos por correo electrónico.

Tampoco es de recibo atribuir la pandemia a la voluntad castigadora de Dios por nuestros muchos pecados, aunque a los difusores de esta tesis parece que sólo les interesan los pecados que tienen que ver con la sexualidad o el aborto. Pecados y males de todo tipo han existido desde el comienzo de la historia, aunque ahora tengan características propias. Hablando de males y de malos, los malos son esos jóvenes desalmados que en La Línea han apedreado una furgoneta con ancianos enfermos.

El Dios cristiano es el Dios de la esperanza, que ama a todos por igual. A todos por igual. Con todo su infinito amor. Sin duda, no es fácil mantener la esperanza en circunstancias difíciles. A los cristianos se nos exhorta a “esperar contra toda esperanza” (Rm 4,18). Como bien ha dicho el Papa, vamos todos en la misma barca en medio de una tempestad. Y, aunque parezca dormido, en esta barca está Cristo. Unidos a él, es necesario que nos apoyemos mutuamente.

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J. García
29 de marzo de 2020 a las 19:17

El coronavirus le está dando un golpe mortal a la confianza tecnológica que teníamos los occidentales en la ciencia. De la noche a la mañana, un virus paraliza el mundo entero, y pone al descubierto los valores de los políticos de turno. La falta de responsabilidad de algunos gobernantes que no actuaron con prontitud y sabiduría y de forma agresiva contra esta pandemia está multiplicando las víctimas, tanto entre gente común como doctores y enfermeras-os, que carecen de equipo de procteción..

Emilio
31 de marzo de 2020 a las 01:05

La mentira es el mayor tóxico desde siempre (recordemos la serpiente bíblica), es arma habitual de los políticos, herramienta de los estafadores...
Lo peor de todo, es que a quien dice la verdad no le solemos creer, nos burlamos, le llegamos a insultar e incluso, como diriamos coloquialmente, le crucificamos.
Se ha visto una vez más lo que verdaderamente interesa a nuestros gobernantes, "ELLOS MISMOS".

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