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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

21
Oct
2013

Te amo porque no me necesitas

6 comentarios

Solo cuando uno puede decir: “no te amo por lo que me puedes dar o por lo que te puedo sacar, te amo porque deseo lo mejor para ti”, solo entonces estamos ante un amor gratuito, en el que se vive la alegría del don. Eso no significa que aquellos a los que amo de esta manera no puedan darme grandes satisfacciones e incluso serme muy útiles. Lo que significa es que mi amor no está determinado por la utilidad ni por la satisfacción.

 

Según la versión latina de la biblia conocida como “Vulgata”, el salmo 15 dice así: “Deus meus es tu, quia bonorum meorum non ages”. Dicho en castellano: “tú eres mi Dios porque no necesitas de mis bienes”. Un Dios que necesita de mis bienes es un aprovechado. Y un pobre indigente. Precisamente porque no necesita nada mío, su amor es puro y seguro. Porque si necesitase algo mío, si me pudiera sacar algo, siempre se podría sospechar que me ama por interés. Pero no, Dios no quiere quitarme nada porque no necesita ninguno de mis bienes. Si me ama, eso significa que su amor es totalmente gratuito. Un Dios que ama así es seguro y siempre fiel. Porque su fidelidad no depende de la mía: aunque nosotros le seamos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo, dice San Pablo. O sea, si dejase de ser fiel, dejaría de ser Dios.

 

La fidelidad de Dios hacia mí depende sólo de la fidelidad de Dios. No depende de mi respuesta. Por no necesitar, ese Dios amante no necesita ni siquiera de mi agradecimiento, aunque lo busca y lo quiere, pero no lo necesita. Eso es amar gratis. El amor es tanto más auténtico cuanto más gratuito es. Por eso el amor de Dios es de una pureza total. Nuestros amores siempre son imperfectos y necesitan purificarse día tras día. En la medida en que vivimos la gratuidad como la más auténtica dimensión de lo humano, en esa medida nos asemejamos a Dios. Y en esa medida crecemos en humanidad y contribuimos al crecimiento de todas aquellas personas que son beneficiarias de nuestra gratuidad.

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maría
23 de octubre de 2013 a las 01:16

Fray Martin. La rosa de su comentario es muy hemosa y su perfume ha sido derramado por todos los hombres, como dice en su reflexión GRATIS.

Este salmo permite descubrir con Dios el lenguaje de los "enamorados", de los "Hassidi" tu amigo.

En hebreo hay una palabra cuyos matices son intraducibles. El "Hassid" es el hombre que ha sido objeto de la Hessed divina: el amor misericordioso. El hombre se convierte en "fiel" "amigo" de Dios: él corresponde al amor....Chouraqui, antiguo alcalde de Jerusalén, gran conocedor de la lengua judía traduce así este texto: "tu no puedes permitir que tu "amante vea la corrupción".

El verdadero "Hassid " es Jesús. El único que puede hoy recitar este salmo es Cristo resucitado, vencedor.
Solo Él ama de verdad, con gratuidad.....lo nuestro són amorios
Gracias por su blog

Sabes que?...Pues eso...
23 de octubre de 2013 a las 01:30

Impecable y entrañable. Gracias.

mar
23 de octubre de 2013 a las 03:04

Fray Martin. Su comentario es muy bueno y revolucionario. La cuestión es sólo una torcer el rumbo, dar ( a las energias ) una vuelta completa una verdadera revolución, la revolución del amor,
Que necesariamente tendra que correr el camino
del martirio y desintegraciónn del Yo
El Amor, que esDios, pasa sustantivamentepor la personalidad de un hombre llamado...Jesús
Gracias

Anónimo
23 de octubre de 2013 a las 18:09

Hola Hermano Martin. Bella reflexion. Ciertamente el amor de Dios, cuando es percibido, produce embriaguez al Espíritu, y de esa misma forma nos invita a donarlo a nuestros semejantes, y es ese amor el que nos ayuda en este caminar, a identificarlo en todos y en todo lo que nos rodea. La paz contigo

Francisco Viana Duran
24 de octubre de 2013 a las 02:09

Gracias por el tema, nos invita a reflexionar sobre la gratuidad del amor de Dios. Llama especialmente mi atención la idea de que en la medida en que vivimos cada uno y todos, la gratuidad en una dimensión autentica, humana; en esa medida nos asemejamos a Dios y en esa medida crecemos en humanidad. Luego, sobre la fidelidad ciertamente escrito está, que de la nuestra no nos debemos de fiar...pues la Unica y verdadera es la del Dios vivo que Ha Sido, Es y Será. En realidad quiero asemejarme a Él? Actúo por amor siempre y en todo lugar? Se que no soy fiel...pero me fío de la fidelidad de Dios y espero, pido, gimo impaciente por que llegue el día de su misericordia, lo cual solo será, cuando deje este cuerpo y era...mientras tanto, intentemos caminar tras los pasos del Señor, aunque caigamos, Él nos ha de levantar.Oremos al padre en nombre del Cristo, los unos por los otros, que eso Él escuchará...y ahí puede mantenerse nuestra Fe, pues escrito está.
Que la paz del Señor sea con nosotros y con quien la necesite

Diego
24 de octubre de 2013 a las 23:11

Precioso e inspirador. Gracias

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