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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

8
Dic
2012

Ponerse en camino porque la meta es segura

7 comentarios

En la primera parte del adviento celebramos este artículo de fe que dice que “el Señor vendrá de nuevo”, al final de los tiempos, “para juzgar a los vivos y a los muertos”. Aparecerá glorioso y “su reino no tendrá fin”. A propósito de este artículo, en este “año de la fe”, resulta oportuno remitir a la descripción que hace de la fe el capítulo 11 de la carta a los Hebreos: “la fe es garantía de lo que se espera, prueba de realidades que no se ven”. ¿Qué es lo que esperamos? Los bienes celestiales, la vida eterna. La fe garantiza esos bienes esperados, con un garantía avalada por Dios mismo. ¿Cuáles son esas realidades que no se ven? Esos mismos bienes celestiales que por ahora son invisibles. Son invisibles, sí, pero están firmemente probados, no hay duda alguna de su verdad.

Precisamente por eso, para el creyente, el futuro, a pesar de todas las decepciones, no es incierto ni angustioso. El creyente camina hacia ese futuro, hacia esa ciudad cuyo arquitecto y constructor es Dios en medio de las oscuridades de la vida y de los problemas del presente, pero camina tranquilo porque sabe que la meta es segura; los bienes futuros, todavía invisibles, están firmemente garantizados. Los creyentes se ponen en camino porque están seguros de llegar a la meta, aunque lo esperado no esté claro porque sólo se ve desde lejos. La falta de claridad no es motivo de inseguridad, porque la meta está garantizada. Evidentemente, para llegar a la meta hay que ponerse en camino. Si uno se queda parado, no llega a ninguna parte. En el camino hay que esforzarse; más aún, en el camino hay caídas, momentos de cansancio, desánimos. Pero el creyente se levanta, porque sabe que la meta es segura.

La esperanza cristiana no es la vana espera de una ilusión. Es una esperanza cierta, porque se apoya en el poder y en el amor de Dios. Además, moviliza al creyente para anticipar ya en este mundo aquello que espera. Sería bueno, en este adviento, preguntarnos por la calidad de nuestra esperanza. Si estamos satisfechos con el presente, o si solo buscamos conservar lo que tenemos, entonces la esperanza se desvanece. Pero si esperamos que nos toque la lotería (sin duda esa es la ilusión de mucha gente en esos días previos a la Navidad) equivocamos el objetivo, y nuestra esperanza, es ilusoria, vacía. La esperanza cristiana tiene que ver también con realidades de este mundo, pero se trata de realidades que anticipan el Reino de Dios. Dime lo que esperas y como esperas y te diré lo buen cristiano que eres.

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espera esperanzada
9 de diciembre de 2012 a las 08:58

Buen programa para este Adviente éste que nos propone, Fray Martín: revisar la calidad de nuestra esperanza. ¿ Nos movilizamos para anticipar " aquello que se espera"? ¿ Preparamos los caminos al Señor ?

Ayer saltaba la noticia: Pedro Casaldáliga, amenazado de muerte, evacuado de Sao Feliz do Araguaia. Por anticipar en este mundo, durante años, aquello en lo que espera. En su caso la defensa de los derechos de los indios Xavantes. Su vida, su voz nos interpela. Espera esperanzada.

Solidaridad con Pedro Casaldáliga y los derechos de los indios Xavantes.

ESPÉRAME TAMBIÉN

Porque lo espero a El, y porque espero
que, al encontrarlo, todos nos veamos
restablecidos por el sol primero
y el corazón seguro de que amamos;
porque no acepto esa mirada fría
y creo en el rescoldo que ella esconde;
porque tu soledad también es mía;
y todo yo soy una herida, donde
alguna sangre mana; y donde espera
un muerto, yo reclamo primavera,
muerto con él ya antes de mi muerte;
porque aprendí a esperar a contramano
de tanta decepción: te juro, hermano,
que espero tanto verLo como verte.

Pedro Casaldáliga. ( El tiempo y la espera)

Juanjo
9 de diciembre de 2012 a las 09:06

En este “año de la fe”, uno intenta como buenamente puede reflexionar sobre dicha virtud teologal y todas sus dimensiones. Entre otras la relectura de un buen libro y ciertamente recomendable de un gran teólogo; “Para encontrar a Dios”. Vida teologal. San Esteban. Edibesa 2002. Pues bien me parece fundamental como lo hace el autor centrar el origen de la esperanza cristiana en la figura de Jesús. Efectivamente Jesús es “Pionero de la esperanza” una esperanza manifestada en la debilidad y al mismo tiempo en su total fidelidad a Dios. “En medio de la tribulación la esperanza no falla”. En las tentaciones y en la cruz es donde Jesús muestra una esperanza teologal que lejos de milagros y prodigios muestran su conocimiento filial del Padre. Eso quizá que nosotros anhelamos, los prodigios, la lotería, los milagros, el golpe de suerte quizá lo que harían es ocultar el rostro de Dios. Jesús me muestra como es realmente Dios. Podría decirse que Jesús no es como dios, sino que Dios es como Jesús.

Andrés
9 de diciembre de 2012 a las 13:07

Mientras todos preparan los regalos, los adornos, el Belén, las comidas... Yo preparo el tránsito de mi sobrina.

Entre estas oscuridades, ante la incertidumbre y el miedo, brilla la esperanza y la fe en el Señor Resucitado. No es fácil, pero la esperanza nos sostiene, pues admitir la muerte de una niña de 3 años y medio por cáncer es de lo peor que puede pasar.

Muchas gracias Fr. Martín, me ha hecho mucho bien leer este post. Realmente a mi familia, especialmente a mi hermana, le vendría muy bien leer sobre la esperanza en la vida junto a Dios, en que todo tiene sentido... en que después del viernes, del sufrimiento, de la cruz, del aparente triunfo del mal, llega la luz del domingo, la Palabra que viene de Dios, la Palabra que da vida y que es la fuente de nuestra esperanza, su Hijo Resucitado.

un abrazo para Andrés
9 de diciembre de 2012 a las 17:20

Andrés:

Desde este espacio que fray Martín nos regala, espero te llegue la solidaridad, afecto y oración para tí, tu familia y tu sobrina en estos momentos. Esperanza en red.

Un fuerte abrazo.

Monasterio
9 de diciembre de 2012 a las 19:25

Hola Andres: no te conozco pero, quiero hacerte saber y que, te sirva de ayuda que tu intervención en este post,es un regalo del Señor. El habernos contado tu situación hace, sin duda que, estemos a tu lado.Te escribo desde un Monasterio de clausura,Monjas que,la mayor parte del día están ante el Sagrario rogando y rezando por los problemas de las almas ,problemas conocidos o no.Será lo que permita el Señor respecto a tu sobrina, un angel que recibirá el Señor en sus brazos pero,la oración puede conseguir la serenidad en la aceptación de tu hermana ante esta dolorosa separación o, quien sabe si,la niña da un cambio y, continúa mas tiempo junto a vosotros. Ya nos contarás qué ha pasado. No te conocemos pero,te queremos.
Un abrazo de unas Monjas que ya te aprecian y oran por esta intención.

Andrés
10 de diciembre de 2012 a las 11:46

Muchísimas gracias a todos, de corazón. Estas muestras de apoyo y cariño ayudan a llevar esta cruz.

Toni Oliver
17 de diciembre de 2012 a las 11:57

Querido padre Martin Gelabert
-Ponerse en camino porque...-
A Dios nadie lo ha visto, ese estado o lugar denominado "cielo, Reino de Dios, Paraiso, etc...", no se nos ha dado ni una pista de, ¿como es?, ¿donde esta?, ¿que es exactamente...? Pienso que analizado desde un punto de vista estrictamente racional, no hay ni habra respuesta nunca, y eso humanamente hablando al menos para mi, causa un tremendo vacio y dolor.
Quizas podra desprenderse de este simple analisis personal que acabo de hacer, ser una persona de muy poca fe, pero creo, tampoco es en absoluto nada cierta esta afirmación. Toda mi vida he sido pienso o he intentado ser hasta ahora un católico fiel y practicante y ultimamente de Misa casi diaria. Pero la respuesta que personalmente y humanamente doy a este grandisimo misterio es la siguiente. Creo en Dios y por fe si debo tener la ESPERANZA en una vida posterior, pero humanamente y racionalmente hablando rabio por dentro porque no se puede probar si lo hay y como sera, son dos realidades y dos puntos de vista objetivos en continua rivalidad feroz pero que no tenemos mas remedio que sobrellevar en esta vida.
Resumiendo, SI CREO, PERO...............................
Gracias por su atencion.
Que Dios le bendiga.

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