Jun
Pedid y se os dará
14 comentariosLos comentarios a mi anterior post me mueven a hacer alguna consideración sobre la oración de petición. A mi entender la oración es, ante todo, alabanza y acción de gracias. Pero también puede ser ruego, petición. ¿La gratuidad de la oración, de la que hablaba en el post anterior, se aplicaría sólo a la oración de acción de gracias y no a la de petición que, de alguna manera, tendría su punto de utilidad? De ningún modo. Toda oración hay que situarla en el ámbito de la gratuidad, de la amistad, del desinterés.
Si la petición informase a Dios de lo que no sabe o, al menos, llamase su atención sobre nuestras necesidades, y no digamos si lograse cambiar la voluntad de Dios, entonces evidentemente la oración resultaría muy útil para el hombre. Pero resulta que según Mt 6,8, el Padre conoce bien nuestras necesidades. Las muchas palabras no garantizan ser mejor escuchados. Lo que sí logra la oración de petición es purificar nuestros deseos para así dirigirnos al Padre correctamente. Si pedimos según el plan de Dios, la oración logra que el hombre reconsidere sus deseos: “hágase tu voluntad”. La verdadera oración no consiste en pedir según nuestros deseos, sino en pedir conforme al designio de Dios (leer en esta línea: 1Jn 5,14). Cuando buscamos que se cumplan nuestros deseos, la oración puede no servir para nada.
La gratuidad, que es el buen ámbito de toda oración, queda reforzada desde la perspectiva del diálogo. Cuando uno pide “algo” a un amigo, en realidad le pide que le preste atención. Que preste atención a su persona, no a sus necesidades. Al pedirle “algo” a Dios, le expresamos nuestro deseo de dialogar con él, porque es a Él a quien queremos. De ahí que en la verdadera oración el Padre da el Espíritu Santo a los que se lo piden. Se da él mismo, por medio de su Espíritu. En este sentido la oración de petición es, en realidad, hablar de nuestras cosas con Dios, para familiarizarnos con él y acrecentar así nuestra amistad. En una buena amistad sería incomprensible un “te quiero por lo que me das”. El amigo ama porque sí, ama gratis.