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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

25
Mar
2015

Odiado sin motivo

4 comentarios

Según el cuarto evangelio Jesús se encontraba con sus discípulos en un huerto cuando unos guardias armados fueron a prenderle. Los discípulos intentaron defenderle. Pedro llevaba una espada, la sacó e hirió a uno de los que iban a prenderle. Entonces Jesús reaccionó de forma tajante y dijo a Pedro: “vuelve la espada a la vaina”. Por otra parte, Jesús se dirigió a los que iban a prenderle y les dijo: “Si me buscáis a mí, dejad marchar a estos”.

Jesús evita radicalmente todo conflicto entre sus discípulos y los soldados que van a detenerle. Por una parte, no quiere ningún tipo de defensa violenta. Porque una defensa así, hubiera provocado una reacción si cabe más violenta, desencadenándose una espiral de violencia. La violencia solo se para cuando uno se niega a responder violentamente. Jesús no acepta represalias. Por otra parte, Jesús evita el conflicto entre sus discípulos y sus enemigos dejándose prender y facilitando, de esta forma, que sus discípulos puedan marcharse.

Antes, en la cena de despedida con sus discípulos, Jesús había proclamado: “me han odiado sin motivo”. Jesús siempre ha buscado el bien de todas y de cada una de las personas con las que se encontraba, sin discriminar a nadie, haciendo el bien a judíos y paganos, a enfermos y sanos, a pobres y ricos, en definitiva, a todo tipo de personas. Su vida siempre estuvo guiada por el amor. En el momento en que van a prenderle, el amor sigue siendo el objetivo de su vida. Al evitar cualquier respuesta violenta por parte de los suyos, Jesús ratifica el “sin motivo” del odio que le profesan sus enemigos. El ama a sus enemigos. Son sus enemigos los que no aman a Jesús. Pero no tienen ningún motivo para no amarle. Más bien, tienen muchos motivos para amarle. Así el odio pierde toda razón. Se convierte en un desvarío incomprensible y en un absurdo total.

Jesús, entrega su vida, precisamente para evitar todo conflicto entre unos y otros. De este modo, Jesús entrega la vida “por todos los hombres para el perdón de los pecados”. Por todos: muere por sus enemigos, evitando que sus discípulos puedan matarles en legítima defensa; y muere por sus amigos, evitando también que ellos puedan morir al defenderle. Es el colmo del amor. Es el amor sin medida. Es el amor hasta el extremo. Solo un amor así puede salvar. Salvar a los unos y a los otros, a los amigos y a los enemigos.

En este mundo hay mucha violencia. Y, desgraciadamente, hay violencia que pretende justificarse en nombre de Dios. Pero en nombre de Dios no cabe ninguna violencia ni ninguna represalia. Hay que buscar modos de resolver los conflictos y desavenencias sin armas en la mano. Viendo como ama Jesús, queda claro que eso de amar como él ama no es nada sencillo. Pero es el único camino que procura la paz.

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Antonio López Sernández
26 de marzo de 2015 a las 01:51

Jesús es nuestro modelo, nuestra paradigma de amor y perdón.Es la manifestación divina y humana del AMOR, de la comprensión, del perdón... Como dice el P. Gelabert: "Jesús entrega la vida por todos los hombres para el perdón de los pecados".
Jesús, antes de expirar, lamenta el abandono del Padre. “Padre, ¿por qué me has abandonado?”. Con este abandono del Padre, Jesús, el Hijo, asegura para nosotros que el Padre jamás nos abandonará. Y dando una gran voz, expiró. Entregó el Espíritu al Padre.
¿Quién ha visto tanto amor que se padezca cautiverio y muerte por librar al mismo que se la da? ¡No puede haber más maldad por parte del hombre que llega a poner la mano en su mismo Dios, ni mayor bondad y misericordia de Dios que padece todo esto por salvar a la misma criatura que lo apresó, vejó y crucificó!
¡Señor, eres el Dios del Amor y del perdón! ¡Gracias!

Una amiga
26 de marzo de 2015 a las 17:33

A lo mejor sí que tenian motivos para odiarle; el motivo principal podría ser el que predicaba la verdad y la verdad para algunos es molesta.
Por qué puede ser molesta? porque se ven denunciados de sus pecados y abusos.
Al sentirse denunciados se convierten en sus enemigos y desean su muerte. "A ver si se muere y se acaba su apellido". Jesús por otra parte neía clara su misión, sabía lo que le esperaba y su muerte en cruz, pero sigue adelante sabiendo que su Padre Dios no le iba abandonar. Como hombre sufrió horrores y como hijo de Dios está vivo y resucitado. Por si sirve para reflexionar de cara a la Pascua...

Juan
28 de marzo de 2015 a las 16:42

Al gran amor que Pedro muestra por su Maestro con motivo del anuncio de su pasión, lavado de pies y corte de oreja, Jesús responde con un "apártate de mi satanás", "no tendrías parte en el Reino", "guarda tu espada".. A Pedro, y a nosotros, nos cuesta trabajo entender y practicar la lógica de Jesús. A los judios se les hacía imposible ver la imagen de Dios en Jesús-hombre, hijo del carpintero: ver a Dios en los hombres creo ser tarea ardua cotidiana, más que "religiosa" (la de los judíos), cristiana.

fr. Pepe E. op
29 de marzo de 2015 a las 18:58


Tras veinte siglos, seguimos sin entender que a Dios lo encontramos en los hombres. Que cada injusticia que cometemos es a Dios a quien la cometemos.
Que todo dolor, es el dolor de Dios. Pero, que a la vez, cada persona a la que amamos, es a Dios a quien amamos. Cada beso,cada abrazo, se lo damos a Dios.

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