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Los buenos matices del Magisterio
3 comentariosLos matices impiden radicalismos, posibilitan la creación de puentes, facilitan el encuentro. Cuando desaparecen los matices, el diálogo se hace difícil y las personas suelen terminar enfrentadas. Quisiera notar en este pequeño artículo que las posturas del Magisterio católico son más matizadas de lo que muchos piensan. Hay quién considera que una postura es tanto más ortodoxa cuanto más intransigente o anticuada es. Lo normal es lo contrario.
Pienso en algunos ejemplos poco conocidos en los que el Magisterio adopta posturas matizadas que no se suelen notar. El Concilio de Trento, cuando habla de la eucaristía dice que hay un término muy adecuado para expresar la conversión de la sustancia del pan y del vino en la sustancia del cuerpo y la sangre de Cristo. El Concilio dice literalmente que a esta conversión “la Iglesia católica aptísimamente la llama transustanciación”. O sea, el término “transustanciación” es muy adecuado, muy apto, pero no se dice que sea el único posible. Es un término muy conveniente, pero no necesario. ¿Sería posible encontrar explicaciones que prescindieran de este término, deudor de una determinada filosofía que, por supuesto, no puede entenderse desde modelos físicos?
Otro ejemplo: según el Concilio Vaticano II en “las comunidades eclesiales separadas” hay un “defecto” en el sacramento del orden y, por este motivo, no han conservado “la integridad” de la sustancia del misterio eucarístico. La Iglesia católica reconoce la separación. Pero en unos términos que pueden posibilitar el diálogo. Según piensa la Iglesia católica, el sacramento del orden en las iglesias reformadas tiene un “defecto”. No es lo mismo no tener mano, que tener una mano defectuosa. Si no hay mano, entonces habrá que concluir que no hay eucaristía. Si la mano es defectuosa, algo ocurre, quizás lo que ocurre no es del todo perfecto, pero puede servir como punto de partida para la búsqueda de caminos más íntegros.
No entro en el fondo de las cuestiones ecuménicas, que necesitan más estudio y profundización. Quería solamente hacer notar estos matices que permiten el diálogo y abren caminos para entenderse y encontrarse. Caminos que no descalifican, sino que invitan a seguir buscando.
Los sabios son conscientes de que las cosas suelen tener distintas vertientes, de que no se puede juzgar desde un sólo punto de vista. La verdad nunca suele ser blanca o negra, sino gris. Entre el blanco y el negro hay una amplia gama de grises, que facilitan el encuentro.
Cambiando de tema: ¿no sería bueno para los ciudadanos que nuestros políticos fueran capaces primero de situarse y luego de encontrarse en esta amplia gama de grises?