Logo dominicosdominicos

Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

6
Abr
2017

Getsemaní: tentación y transfiguración

5 comentarios
coloruno

El relato de las tentaciones de Jesús y el de su transfiguración no hay que entenderlos como dos momentos puntuales en la vida de Jesús, sino como dos experiencias que le acompañaron a lo largo de toda su vida. Las tentaciones encuentran su momento culminante en la cruz: “que baje ahora de la cruz, y creeremos en él; ¿no decía que era Hijo de Dios? Pues que lo salve Dios, si tanto lo quiere”. Y la transfiguración alcanza su momento cumbre en la resurrección.

A lo largo de su vida Jesús tuvo que afrontar una seria tentación, que afectaba al meollo mismo de su mesianismo: ¿cómo realizar la misión mesiánica, por medio del poder, del prestigio y de la ostentación, como propone el tentador; o por medio del amor, más acorde con la voluntad de Dios? El primer camino es muy eficaz, pero no conforme con los caminos de Dios. El segundo, el del amor desarmado, corre el riesgo de que la misión fracase. Jesús escoge el camino de Dios, aún a riesgo de acabar crucificado. También a lo largo de su vida, Jesús tuvo momentos de transfiguración. Cuando oraba sentía la cercanía y el consuelo de Dios. En muchas ocasiones comprobó la fuerza sanadora de su palabra, la alegría que producía su predicación, o tuvo intensa experiencia del Espíritu que le habitaba.

El momento de la tentación y el de la transfiguración se encuentran unidos en la dramática oración en el huerto de Getsemaní. En este momento de debilidad física y psicológica, en este momento de angustia suprema: “Padre, aparta de mi este cáliz”; cuando el tentador lo tenía más fácil para vencer, Jesús se apoya con más fuerza que nunca en Dios: “Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Entonces aparece la transfiguración: “se le apareció un ángel del cielo que le confortaba”. Un ángel, signo de la presencia de Dios en la vida de una persona. Dios se hizo presente a Jesús. ¿Cómo? Eso no lo dice el evangelista. Lo que dice es que experimentó el consuelo, la fuerza, la cercanía, el amor de Dios en aquel dramático momento. La tentación se convierte en transfiguración.

Jesús, en eso y en todo, nos precede. También nosotros, los cristianos, tenemos en nuestra vida momentos de fuerte tentación. Y momentos de transfiguración, momentos en los que la cercanía de Dios se hace más palpable. Esos últimos no son para quedarnos en ellos (como pretendían los discípulos que acompañaban a Jesús en el relato de la transfiguración), sino para guardarlos y dar testimonio en el momento oportuno. La montaña de la transfiguración debe dejarse, bajar al día a día de la vida. Y en la batalla diaria y en la tentación, recordar que Dios nunca abandona a los que le son fieles.

Posterior Anterior


Hay 5 comentarios, comparte el tuyo

En caso de duda, puede consultar las normas sobre comentarios.

Aviso: los comentarios no se publican en el momento. Para evitar abusos, los comentarios sólo son publicados cuando lo autorizan los administradores. Por este motivo, tu comentario puede tardar algún tiempo en aparecer.

Cancelar repuesta


felicianolopezrobles
8 de abril de 2017 a las 18:36

Getsemaní, sitio o lugar de sufrimiento, espacio o tiempo que aboca a una situación no deseada.- Jesús, oraba al Padre y suplicaba ante la inminencia de la Pasión.- Nosotros no estamos capacitados para entender un mínimo de lo que sufrió Jesús, él sabía que su misión se completaría muriendo clavado en una cruz.- Entrar en la consideración del sufrimiento de Jesús en Getsemaní, implica descubrir al final que el amor ha vencido la resistencia humana al sufrimiento.- La resistencia que supone vencer las tentaciones, tiene que venir abalada por la gracia, Jesús no podía pecar, pero el hombre siempre está al borde de una nueva caída.- Él, el Maestro, fue tentado muchas veces, según explican los evangelios.- Más, Jesús es la luz del mundo, y así, la transfiguración del Señor, es reflejo de la luz que irradia a todo hombre; él siempre estuvo cerca de Dios que es luz sin tiniebla alguna.-

Micaela
10 de abril de 2017 a las 08:01

Qué bonita meditación para estos días.
Gracias, fray Martín.

Valero
3 de abril de 2023 a las 18:23

En algunos momentos de mi vida el Señor me ha concedido experimentar que la tentación es la ocasión perfecta para realizar un amoroso acto (a Jesús) de renuncia y que las palabras "quien quiera seguirme, niéguese a si mismo y sígame" no son un masoquismo o una especie de purga, si no ese momento en el que en vez de dejarnos llevar corriente abajo, podemos usar de nuestra libertad para fiarnos de Dios.

Marcela Díaz
5 de abril de 2023 a las 07:05

Gloria a ti Señor Jesús
También cuando acudimos a la confesión

poeta
22 de marzo de 2024 a las 14:02

Agregaría que en mi experiencia de fe, Dios no abandona a los que le son fieles como dice usted, pero como en todo movimiento de amor, cuesta al mismo tiempo dejar de amar e incluso más, dejar de amar a quien no te ha sido fiel.

Por tanto Dios ama y sigue amando aunque seamos infieles.

Logo dominicos dominicos