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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

25
Jul
2018

En un mundo perfecto

3 comentarios
mundoperfecto

“En un mundo perfecto, en los bares sólo sonarían mis canciones favoritas”. Esa era una de las frases que, el pasado martes 24 de julio, debían adivinar los concursantes del programa “La ruleta de la fortuna”, concurso que emite uno de los canales de televisión de esta España de nuestros amores.

Como broma o diversión veraniega, no está mal. Pero la idea que transmite es superficial a más no poder. Se diría que nos conformamos con muy poca cosa. Y, sin embargo, la ambición humana no tiene límites. No tiene límites ni para el bien, ni para el mal. En ambos casos, el creyente ve en esta falta de límites un reflejo (en positivo y en negativo) de la imagen de Dios que es constitutiva de la persona. Para lo primero, para conformarse con poca cosa, no hace falta pensar. Para darse cuenta de lo segundo, de que la ambición humana no tiene límites, o sea, de que siendo finitos tenemos deseos infinitos, hace falta pensar un poco. Algunos programas de televisión están hechos, precisamente, para no pensar.

¡Extraña paradoja! Para unos, un mundo perfecto sería un mundo repleto de bares con buena música y buena bebida. Y, sin embargo, para otros, en un mundo perfecto, habría pan para todos; no habría pateras que se lanzasen al mar mediterráneo; el amor sería lo determinante de toda relación, sea personal, sea comunitaria; en un mundo perfecto la muerte (todo tipo de muerte: paro, enfermedad, sufrimiento, soledad, guerras, enemistades, envidias…) habrá sido vencida. Ya sé que, en este mundo, tenemos que contar no sólo con las limitaciones, sino también con el egoísmo humano. Pero, aún así, hay mucho margen de mejora. Y la mejora depende de nosotros.

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JC
26 de julio de 2018 a las 11:20

En un mundo perfecto Huxley, autor del libro con ese mismo título, vaticinaba el advenimiento de seres mejorados genéticamente para poder cubrir mejor las aspiraciones de la ingenieria social......esto realmente tambien era un proyecto ambicioso, solvo por una cosa, la dimensión espiritual del ser humano, parece ser que iba a ser perturbada por la creencia en un ente colectivo, que nos traería progreso social y sostenibilidad en la planificación familiar; con toda esta complejidad sobre la mesa, entiendo que alguien decida ser práctico y ciertamente algo superficial, al considerar que la perfección basicamente es, que las canciones que nos gustan esten sonando mientras estamos en el bar.

Gloria Solano Marín
30 de julio de 2018 a las 03:58

Como humanos no somos capaces de la perfección absoluta, ya que seríamos Dios y ciertamente no lo somos. Sin embargo, sí somos capaces de un esfuerzo absoluto, según nuestra propia capacidad, dada por Dios. Esa es, precisamente, la perfección humana; a la que sí podemos llegar todos, sin excepción. En ese momento, el mundo sí puede ser perfecto. Lástima que todavía seguimos siendo tan mediocres....

abinadi
24 de enero de 2019 a las 19:48

yo estudio actualmente la secundaria y me gustaria q todos yubieran el deseo de tener un !
mundo perfecto!

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