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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

1
Dic
2008

En el corazón de los problemas II

3 comentarios

No sólo hay situaciones dentro de la Iglesia que piden que el Evangelio se sitúe en el corazón mismo del problema. También de cara afuera es necesario preguntarse cómo introducir el Evangelio en algunas realidades no siempre fáciles de manejar. Pienso en el diálogo con el mundo político y económico. En nuestra relación con esos mundos estamos mostrando un modo de comprendernos a nosotros y, por tanto, de presentar nuestro ser cristiano. Presentar nuestro ser cristiano es ya evangelizar. ¿Cómo lograr una presentación del evangelio en nuestro diálogo –amable o crítico- con los poderes políticos y económicos?

La globalización de la economía es hoy el drama de nuestro mundo. La globalización de la solidaridad sería la solución. El Vaticano II dijo: “para establecer un auténtico orden económico universal hay que acabar con las pretensiones de lucro excesivo, las ambiciones nacionalistas, el afán de dominación política, los cálculos de carácter militarista y las maquinaciones para difundir e imponer las ideologías”. Siempre ha habido deseo de acumular y controlar la riqueza por parte de unos pocos. Pero hoy la globalización tiene rasgos nuevos con relación a los imperios del pasado, pues la economía condiciona a todo el planeta. Y cuenta con apoyos políticos e ideológicos.

Con crisis o sin ella el 20 por ciento de la población estamos consumiendo el 80 por ciento de todos los bienes. Y entre este 20 por ciento una pequeñísima minoría controla gran parte del capital. ¿Cómo estar de acuerdo con datos tan escandalosos, con el hambre y miseria que este reparto conlleva? ¿Cómo estar de acuerdo con la política que protege –a veces militarmente- esta situación? ¿O sólo nos interesa el diálogo con el poder político y, eventualmente el criticarlo, cuando están en juego nuestros pequeños intereses económicos eclesiales?

Una última cosa. Es importante escuchar a los expertos, a los entendidos. Únicamente una buena información permite un adecuado juicio moral. Cobrar conciencia de que existen esos problemas y que también en ellos debe encarnarse el Evangelio es de gran importancia.

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marcelino
1 de diciembre de 2008 a las 11:38

es escalofriante, es imoral, pero es cierto, que nosotros tenemos la mayoria de los bienes materiales. ¿que dejamos a los otros?. Hay gente que muere de hambre. la comida es la necesidad minima que se puede pedir. No podem os llamarnos cristianos mientras una sola persona de cerca o de lejos se muera de hambre. El problema, a mi entender, es que parece que yo no puedo hacer nada, parece tan lejano, lo que no es real, aqui tambien ocur5re, aunque no hambruna. ¿seguro que no podemos hacer nada?¿no puedes privarte de nada para compartir?¿todo lo necesitamos?¿y si fuesemos nosotros a los que nos pasase eso?

marcelino
1 de diciembre de 2008 a las 11:48

Ademas que en nuestra sociedad hay muchas enfermedades por tanto comer, o comer las cosas que no se deben, pero simplemente se comen porque apetecen mas. La obesidad que cada vez nos afecta mas, entre nuestra poblacion incluso los niños, con todo lo que eso nos aporta, falta de movilidad, dolores articulares, diabetes, hipercolesterolema e hipertrigliceridemia, que aumenta los accidentes cerebro vasculares y los problemas cardiacos. ¿en que nos hemos convertido?¿preferiomos enfermar a compartir?. Todo se resolveria si compartiesemos un poco. Nosotros estariamos delgados y sanos y nuestros hertmanos no moririan de hambre. Uno solo puede hacer poco, pero entre todos podemos mucho

Carmentxu
2 de diciembre de 2008 a las 17:58

Es una tarea nada fácil para vosotros los apóstoles en acción;los que teneis que introducir el Evangelio en esas situaciones y,entablar un diálogo-amable o crítico-pero,con valentía.
Todos,cristianos y católicos,esperamos del apóstol que defienda con claridad,la corrupción;el desenfreno y,el uso de los bienes de todos,y no de unos pocos.
Actualmente,la situación ya clama al Cielo,en nuestra España,hoy he leido que ya estamos con los tres millones de parados,algunos,todavía no nos hemos enterado,pero ya hay familias con un solo sueldo y otras gentes con carestías.Los apóstoles de Cristo,han de tomar con decisión la defensa de sus hermanos,dentro y fuera de la Iglesia.
Tambien,los apóstoles de retaguardia,cobrar conciencia de la situación y,con sus armas conscientes de su misión en la Iglesia,ayudar en todo momento en esta tarea que,ya no admite demora.

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