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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

11
Nov
2015

El Vaticano II marca hoy la vida eclesial

4 comentarios

El Concilio Vaticano II ha sido el acontecimiento que ha marcado la historia de la Iglesia de los últimos 50 años. Muchos de nosotros hemos vivido nuestro cristianismo en este clima post-conciliar. Es posible que alguno piense que el Concilio ya es historia. Pero yo tengo la impresión de que es un acontecimiento que sigue hoy marcando decisivamente a la Iglesia y que sigue suscitando polémica y división de opiniones. De hecho, los mismos que hoy critican al Papa Francisco son los que entonces criticaron y ahora critican al Concilio, y lanzan consignas de repliegue y de vuelta al pasado. Es curioso que, entonces y ahora, los críticos con los tímidos aires nuevos que, de vez en cuando, aparecen en la Iglesia, siempre apelen al Magisterio del pasado para negar valor al Magisterio vivo y presente. Siempre se sirven de los muertos para descalificar a los vivos. Quizás porque los muertos ya no pueden defenderse.

Por el contrario, los que están contentos con el Papa Francisco son los que valoran positivamente el gran bien que ha supuesto para la Iglesia el Vaticano II. Este Concilio era absolutamente necesario. Sin él, la Iglesia hubiera quedado encerrada en sí misma. El Concilio sigue siendo, todavía hoy, una llamada a la nuevo, a la renovación, a la escucha de lo que Dios quiere decirnos en los acontecimientos del presente

Si crisis hay hoy en la Iglesia y en el mundo, no saldremos de ella volviendo la mirada atrás. Sería la primera vez que las salidas se hicieran para atrás. De la crisis solo puede salirse hacia delante. A mi personalmente no me molesta que se hable de crisis. Porque la crisis nos recuerda que no hemos llegado, que siempre estamos en camino. Y la vida cristiana es un ir siempre hacia delante.

Una crisis no tiene porque ser mala. Los chinos, como se sabe, no utilizan alfabeto para escribir, sino signos. Pues bien, en chino la palabra crisis se compone de dos signos, el del peligro y el de la esperanza. La crisis traduce un momento de peligro, pero puede ser también motivo para la esperanza. Dios quiera que este segundo momento sea el decisivo en la crisis actual que, al decir de algunos, estamos atravesando.

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José Luis Barrera
12 de noviembre de 2015 a las 01:30

Para abrir esa esperanza, no crees Martín que sería necesario desenmascarar a todos los que están poniendo palos en las ruedas del carro de la renovación de la iglesia que propugna Francisco?

JM Valderas
12 de noviembre de 2015 a las 09:02

Será, fray Martín, por la atmósfera política que enrarece el aire que se respira en esta zona desde la que escribo, con su obsesión y su "estrategia" (así lo describen ellos mismos en privado) de usurpar el nombre de todos, que produce cierto pavor ciertas generalizaciones. "Los mismos que hoy critican al Papa Francisco son los que entonces criticaron y ahora critican al Concilio (Vaticano II)". ¿Seguro? A mí me cuesta criticar al Papa. Diría que incluso fisiológicamente. La muerte está cercana y no es buena carta de presentación. Pero amicus Pedtrus sed magis amica veritas, si se me permite la sustitución. Me parece muy mejorable la encíclica Laudato si, no tanto como la exhortación Evangelii Gaudium. Me parecen discutibles determinados pronunciamientos. Incluso ciertas actitudes. Sin dejar de reconocer, ni muchísimo menos, su entrega pastoral encomiable. ¿Soy con ello contrario al Vaticano II? Tuve la suerte inmensa de ahondar en la eclesiología in vivo y en directo en aquellos años, de devorar la colección de Congar en Du Cerf; por ir a detalles, conocer la doctrina de los carismas a través de Nicholas. Puro entusiasmo con el Vaticano II. No es buena dialéctica crear un mono ficticio y darle caña.

Mercedes
14 de noviembre de 2015 a las 17:57

Soy de la misma opinión que JM Valderas.

Elih
15 de noviembre de 2015 a las 05:08

Efectivamente, aquellos críticos duros al Concilio Vaticano II son los mismos ,o son sus hijos ideológicos, que hoy juzgan con fiereza y tratan de hacer tropezar al papa Francisco....sólo basta ver los nombres o el "linaje" al que pertenecen......

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