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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

20
Ago
2015

El odio, más fuerte que la muerte

9 comentarios

“El amor es más fuerte que la muerte”, dice el Cantar de los Cantares. Según el libro bíblico la fuerza del amor es tan grande que es capaz de superar a la fuerza imparable de la muerte. Aunque, a la vista de lo acontecido este mes de agosto, en el que cada día la prensa nos informaba de la asesina violencia de género, se diría que la fuerza del odio es todavía superior a la del amor. Lo más terrible de los tristes odios familiares, ocurridos este mes de agosto, no ha sido que los varones matasen a su pareja, sino que los padres matasen a sus propios hijos antes de matar a su mujer. El que ellos intentasen luego suicidarse es un asunto dudoso. En muchos casos se trata de intentos con efecto retardado, para dar tiempo a los servicios policiales de impedir la muerte del supuesto suicida.

Las convivencia familiar es compleja y difícil. Uno puede comprender (no justificar) que en una pareja se pase del amor al odio. Ya es más difícil comprender que el odio se traduzca no solo en deseo de que el otro muera, sino en voluntad de matarle. Todavía resulta más difícil comprender que un padre quiera matar a sus hijos menores para hacer daño a su odiada pareja. ¿Hacer daño a base de matar a los propios seres queridos? Parto del supuesto de que el amor del padre (y de la madre) hacia sus hijos es natural. A los hijos, sobre todo cuando son pequeños o incluso casi bebes, parece difícil matarles. Para que esto ocurra, uno tiene que haber perdido la cabeza. El odio puede llevar a esos extremos. El odio nos hacer perder lo más propio y característico del ser humano, que es la razón. El odio degrada y animaliza. El odio corrompe la razón y la lleva a sus peores infiernos.

Los tristes acontecimientos de padres que matan a sus hijos, antes de matar a su pareja, nos llevan a pensar que si el amor a los hijos tiene una base natural, no basta la naturaleza para explicar el amor, para hacerlo nacer, crecer y mantenerlo. El amor humano tiene bases biológicas, pero va más allá de lo biológico para entrar en el campo de lo personal y de lo espiritual. El amor no solo es atracción, deseo o pasión. El amor es, sobre todo, deseo de bien, y eso requiere voluntad de bien y esfuerzo para lograrlo. Si el amor se queda en lo natural, corre el riesgo de degradarse. El amor necesita otros fundamentos.

Eso no quita que, en ocasiones, las relaciones se rompan o se enfríen. Pero de ahí a matar, y no digamos, de ahí a matar a personas que nada tienen que ver con la ruptura (aunque sean los hijos) hay un abismo. Una ruptura de relaciones, es triste, pero se puede comprender. Cuando eso ocurre hay que respetar a las personas que se distancian. Pero que una separación nos haga entrar en el abismo de la muerte, es la corrupción de lo humano. Cuando perdemos “lo humano”, aparece el desorden, el caos, la sin razón; en definitiva, el infierno.

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JC
21 de agosto de 2015 a las 12:59

"El amor necesita de otros argumentos"
Esta es para mi la frase del día Dr. Gelabert. Entiendo que el miedo nubla la mente, que cuando dejamos de ser el objeto de deseo de nuestra pareja y el sujeto responsable de la proteción de nuestros pupilos, se genere en el ser humano un vacio tan grande, que no exista un bien mayor que nos aleje del abismo. El Humanismo traza vias independientes de la "jerarquica" Biología y de la piramidal naturaleza; ayer leia que la razón de que las especies se extingan es "acelerar" el proceso evolutivo. Si como seres vivos estamos destinados a la extinción, como seres humanos deberiamos de estar interesados en sobrevivir...cuando este interes desaparece, somos capaces de las atrocidades que usted menciona. Algo estamos haciendo mal.La Creación continua y nosotros mas alla de la seguridad de permanecer en El Espiritu, solo mantenemos la certeza de que el amor y el odio nos acompañan siempre por el camino.

Anonima
21 de agosto de 2015 a las 13:33

Estimado P. Martín,
casi ya al final de las vacaciones veraniegas hemos de pensar en que es muy necesario predicar y hacer presente en nuestras vidas un nuevo humanismo, caracterizado por tener sus raices y su base en Dios, con un gran respeto hacia los ateos y de diferentes confesiones, ya que somos testigos de lo que puede hacer el hombre desorientado sin Dios y como se déjà llevar por las fuerzas del mal, totalmente a la deriva. El bien siempre esvencedor sobre el mal, así nos lo enseña Jesucristo, la muerte ha sido vencida. No hemos de temer a nada, ni a nadie ya que estamos bien unidos a Dios, que es todopoderoso y Señor del cielo y la tierra, y que resplandece con su luz en medio de las tinieblas del paganismo y de otros dioses...
Hasta pronto!

Wilson Rodríguez
21 de agosto de 2015 a las 23:28

Este tema de agosto hace pensar en algo definitivo, no hay crisis de odio en la sociedad actual, lo que hay es Crisis de Fe. Jesucristo lo dice ante la actitud de la viuda y el juez inicuo: ¿Cuando el Hijo del hombre vuelva, encontrará la Fe sobre la tierra?- Esto es, son los elegidos los llamados a salvar a los perdidos: si en nuestras comunidades cristianas, no se está dando los signos del amor al enemigo y de la unidad,la sociedad no estará iluminada. Solo aquel amor y la unidad transforman el caos existencial.San Pablo lo dirá, no soy yo es cristo quien vive en mi. En definitiva, si mediante la economía de la fe frente a los bienes, yo no crucifico mi yo, mi sobrino que se endeuda a la loca, mi amiga que tuvo un padre farsante, nunca veran que Dios es Padre. Notable dominico Martin,para realizar que el amor es más fuerte que la muerte, vende el blog y dáselo a los pobres.No sé si así, sintetizo los dos comentarios anteriores.¿Tendré que cantar de nuevo?

Anónimo
22 de agosto de 2015 a las 17:53

El sentimiento de maternidad y paternidad, no es natural, al menos no en todas las personas. Es un tema tabú del que hasta hace poco, no se hablaba en privado, y menos se publicaba en los medios.

Hoy no solo por motivos religiosos, sino porque no se siente ese instinto de maternidad o paternidad muchas personas deciden no tener hijos, y lo dicen en público. Es una opción. Los hijos no debieran ser una opción obligatoria, mientras los padres no estén preparados, maduros para ello. Tener hijos puede responder a una imagen de status, o ser el último clavo ardiendo para intentar salvar una relación, reteniendo a la otra persona.

Asistimos a la cosificación de las personas, que en un banal usar y tirar, se utilizan como uso y disfrute. Y cuando molestan, cuando se inicia una nueva relación, por ejemplo, se los elimina. Algunos trastornos mentales carecen de empatía. Y llega la tragedia.

Urge una formación a fondo en las relaciones de pareja, que incluya la motivación, que supone ser madre y ser padre. Porque incluso parejas creyentes comprometidas llegan al desamor. Y hay que saber gestionar el final de una relación que se creyó para siempre. Y tener presente que los hijos no son moneda de cambio en la lucha por la patria potestad.

Quizá, en el próximo Sínodo sobre la familia, habría que hacer incapié en las relaciones matrimoniales como proceso. Y analizar las dificultades que aparecen, como en todo proceso, que no es lineal. Desde la misericordia. Para aliviar infiernos personales. " Creced y multiplicaos". ¿ Existe hoy una comprensión profunda de este mandato divino?

Gracias P. Gelabert

Anónimo
23 de agosto de 2015 a las 13:17

¿ Cómo el amor puede transformarse en odio?. Más de treinta millones de cuentas a nivel mundial de una web que establece contactos entre personas casadas para una aventura extramatrimonial, son hechas públicas presuntamente por hábiles hackers ( pudiera ser un reclamo publicitario…pudiera ser). Ochenta por cien de esas cuentas pertenecen a varones. El veinte por cien restante son de mujeres. Porque una cosa es un desliz pasajero, y otra la falta de respeto y lealtad buscada con premeditación y alevosía.
Y lo que un día fue amor se va por el sumidero de odios y reproches, cuando no agresión de cualquier tipo. Nada hay más destructor que la pérdida de confianza en alguien con quien se compartía un proyecto de vida. El temor al compromiso, es una de las consecuencias.

Más de setenta y cinco mil de esas cuentas de infidelidad pertenecen a una comunidad mediterránea, caracterizada por su hedonismo.¿ Qué hay del compromiso, lealtad y fidelidad que un día se asumió libremente ? O vivimos en un clima de hipocresía social, en un postureo de apariencias y foto en instagram ? ¿ Uno de los efectos colaterales de la red?. Tiempo de amor y sexo líquido.

A tiempo de retomar el dinamismo del amor verdadero. O como especie ya estamos en la cuenta atrás. El odio es un arma de destrucción masiva. Saludos

Juan
23 de agosto de 2015 a las 15:45

Quizás el fabuloso desarrollo tecnológico y la bonanza socio-económica de algunos sea la desgracia de muchos; quizás el próximo Sínodo sobre la familia sea un buen comienzo de renovación ética-religiosa para unos pocos; quizás la nueva tierra y el nuevo cielo más que promesa sea tarea de todos..

Cruz 54
24 de agosto de 2015 a las 05:00

En la relación sociológica a que se expone, la palabra del Cantar de los Cantares, con lo que dice la prensa hay algo que no encuadra, en tanto que la Palabra de Dios dice relación con los verdaderos adoradores de Dios, en espíritu y verdad. Lo que plantea la prensa acerca del odio de género, se podría emparentar,no es lo único, con lo que decía Sartre(convertido antes de morir).Que el problema de la sociedad actual, era que el vínculo de paternidad estaba podrido.Ni la paz política-económica podría dar una respuesta al problema interno del hombre actual:¿quién le está anunciando al hombre de la calle, que está destruído en su ser, que Dios es un Padre que ama al hombre aún en medio de su maldad? Quitemonos el viejo calcetín socialigizante y salgamos victoriosos con el celo por anunciar la verdad.

Anónimo
26 de agosto de 2015 a las 14:45

"No existe familia perfecta. No tenemos padres perfectos, no somos perfectos, ni nos casamos con una persona perfecta, ni tenemos hijos perfectos. Tenemos quejas y nos decepcionamos los unos a los otros. Por lo tanto, no existe un matrimonio saludable ni una familia saludable sin el ejercicio del perdón.
El perdón es vital para nuestra salud emocional y nuestra supervivencia espiritual. Sin perdón, la familia se convierte en escenario de conflictos y en bastión de agravios.Sin el perdón la familia se enferma. El perdón es la esterilización del alma ,la limpieza de la mente y la liberación del corazón. Quien no perdona no tiene paz del alma ni comunión con Dios.
El dolor es un veneno que intoxica y mata. Guardar una herida en el corazón es un gesto autodestructivo. Quien no perdona enferma físicamente, emocionalmente y espiritualmente. Es por eso que la familia tiene que ser un lugar de vida y no de muerte; territorio de curación y no de enfermedad; etapa de perdón y no de culpa. El perdón trae alegría donde un dolor produjo tristeza y curación donde el dolor ha causado enfermedad".

Reflexión del Papa Francisco (Jorge Mario Bergoglio, 1936).

Angel Plaza Martin
27 de agosto de 2015 a las 21:10

Estimado Padre,
Disculpe en primer lugar si digo alguna tontería fruto de mi ignorancia.
En Occidente vivimos con la falsa apreciación que la sociedad que disfrutamos es “buena”, que hemos alcanzado un alto nivel de progreso y que los comportamientos violentos corresponden a sociedades atrasadas cuyo nivel de salvajismo se debería precisamente a su falta de desarrollo. Hemos perdido la perspectiva de que el MAL, con mayúsculas, sigue ahí agazapado en el corazón de los seres humanos y que sigue formando parte de la naturaleza humana. Por eso no podemos aceptar los hechos que los medios de comunicación nos presentan: que un padre (o una madre) puedan matar a sus propios hijos. Yo creo que el verdadero progreso solo puede ocurrir en la conciencia del ser humano y que no se logra por el simple hecho de vivir en una sociedad más acomodada. Ese verdadero progreso solo es posible con una vida espiritual verdadera, como los santos cristianos experimentaron en otros tiempos, con oración, con examen de conciencia, con esfuerzo por ser mejores… tratando de corregir los muchos “pecados” que tenemos, sabiendo controlar nuestros apetitos y nuestras emociones. Nuestra naturaleza humana tiene la posibilidad del bien o del mal y para crecer en el bien debemos seguir a Jesús. Si el bien no crece, crece el mal en nosotros. La sociedad occidental necesita más que nunca un Buen Pastor que nos enseñe a amar a Dios por encima de todas las cosas, que nos recuerde que debemos amar al prójimo como a nosotros mismos y que de vez en cuando nos libere de nuestros demonios interiores que están ahí preparados para destruirnos si les dejamos enseñorearse de nuestra alma.
Estos crímenes de padres que matan a sus hijos son la consecuencia de la ausencia de Dios. En realidad el verdadero amor solo es posible con el conocimiento y la experiencia de Dios. A mí personalmente, en mi papel de padre, me ayuda el tomar conciencia de que mis hijas no son en realidad mías, que son hijas de Dios y yo las cuido y ayudo a crecer en su Nombre. Deberíamos meditar el ejemplo de paternidad que tuvo el propio Jesús tal y como se nos presenta en los Evangelios. José sabe que Jesús no es su hijo biológico pero lo protege, cuida y educa como si lo fuera. José es el ejemplo a seguir por nosotros, el de un hombre que pone su papel de padre por delante de su ego como hombre.
Saludos,
Angel

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