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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

2
Abr
2017

El malentendido forma parte de la vida de Jesús

5 comentarios
piedrasola

Los evangelistas relatan la vida de Jesús con los ojos de la fe, desde el presupuesto de que Dios lo ha resucitado y está vivo para siempre. La interpretación de Jesús como “Señor”, Mesías y enviado del Padre, no es arbitraria. El Jesús histórico se prestaba a esa interpretación. Pero esta interpretación no era evidente ni la única posible. Jesús fue un personaje complejo y problemático, y su vida se prestaba a distintas interpretaciones: mientras unos decían que actuaba movido por el poder de Satanás, otros decían que era el poder de Dios el que le conducía.

Lo que dicen de Jesús sus enemigos tiene un interés enorme para la fe, pues confirma como en negativo el “dato real” que hay detrás de la interpretación creyente. Dicho de otra manera, la ambigüedad, el malentendido forma parte de la historia de Jesús. La lectura que de la vida de Jesús hacen sus enemigos no es resultado de su mala voluntad. Probablemente tenían serios motivos para considerarlo un impostor. Un ejemplo muy llamativo lo tenemos en el primero de los evangelios. Marcos (3,21-22) coloca en una misma escena la impresión que Jesús causaba no solo entre sus enemigos, sino incluso entre sus parientes más cercanos. Unos y otros ofrecen una misma lectura negativa: mientras sus parientes (¡su madre y sus hermanos!) decían que estaba loco, los escribas decían que estaba poseído por el demonio. Estas cosas no se dicen de cualquiera, de alguien que resulta indiferente, o que no llama la atención.

Es igualmente llamativo que Jesús fuera crucificado entre dos “malhechores”. Es preferible esta traducción  a la de “ladrones”, puesto que no se trataba de criminales corrientes, sino de hombres que se habían alzado contra el poder de Roma. También Barrabás era uno de esos malhechores. Y entre su círculo más cercano estaba un tal Simón “el zelota”. Algo había en Jesús que permitía interpretarlo como un peligro para el poder imperial. Un poeta que canta la belleza de los lirios del campo o de los pájaros del cielo no termina de esta manera.

Algunas pretensiones de Jesús dan mucho que pensar: se atribuye el poder de perdonar pecados y, sobre todo, se iguala a Dios mismo. Sus amigos vieron ahí un signo de su “autoridad”. Pero lo que unos interpretaban como autoridad, podía también interpretase como presunción, atrevimiento, irresponsabilidad u osadía. Pero, ¿quién se ha creído que es, cómo se atreve?, pensaban sus enemigos (cf. Mc 14,60-64). En suma, si la misma vida de Jesús se prestaba a interpretaciones tan distintas era porque “algo” había que hacía posible estas llamativas interpretaciones. De ahí que la interpretación de sus enemigos resulta sumamente interesante para la fe cristiana, porque confirma el dato histórico y real en el que se basaron sus amigos para interpretar que en Jesús quién actuaba realmente era Dios mismo.

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ivan grillo
2 de abril de 2017 a las 02:13

Jesús, es el mismísimo espíritu de Dios. Predico, enseño y dio el ejemplo de lo que Dios quiere para sus creaturas. Que el AMOR sea el laso del entendimiento. Esto lo llevo muy pronto a tener conflicto con el Vaticano de entonces "El Sanedrín" constituido por una clase dirigente religiosa-política no muy honesta, justa y virtuosa. El poder en este mundo se hizo sentir. Fue injustamente eliminado.
Desde el mas allá, observa el devenir de los acontecimientos, o seremos felices o los mas desgraciados, esto lo comprobaremos cada uno el día que termine nuestra efímera existencia. (1 Cor 15,14,19) amen.

JM Valderas
2 de abril de 2017 a las 08:58

Fray Martín el malentendido que llama usted no es otra cosa que la objeción, la contraprueba, tan necesaria en la purificación de la fe. El videtur quod non de la teología tomista. En el diálogo ciencia y fe ese planteamiento razonado de las objeciones contra la trascendencia, la divinidad y la religión resulta imprescindible para avanzar en la exposición no menos razonada de la fe.

felicianolopezrobles
2 de abril de 2017 a las 19:16

Jesús se presenta y se define según lo que nos cuentan los Evangelios, un modo de relacionarse con los hombres para presentar su Plan de Salvación.- La cosa empieza cuando el hombre, a la vista de los hechos, formula sus juicios contra él.- Algo de esto ocurre en nuestra sociedad.- Los malos entendidos nacen de las erróneas interpretaciones de la gente, cada uno lo señala según su entender.- Qué Jesús fue un personaje contradictorio para su época, pues es normal, él es signo de división entre las gentes.- Cómo lo habría visto hoy la sociedad que compartimos.- Posiblemente los prudentes, los que saben esperar desde el silencio, entenderían con el tiempo, su vida y su Palabra.-

Mónica Villanueva
2 de abril de 2017 a las 19:32

Querido Padre Martín. Muy interesante el planteamiento que presenta. Sé de varios cristianos que se colocan en el contexto de Jesús y nos preguntamos. ¿Cómo hubieses actuado nosotros?, ¿De qué lado nos hubieramos puesto?, ¿Le creeríamos o lo cobdenariamos?. Sin duda, Jesús fue un revolucionario de su tiempo y ahora con sus sencilla enseñanza evangélica del Amor y la Alegría muchos reflexionamos sobre nuestra vida y no dejamos de leer nuestras realidades.
Gracias por su reflexión.
Saludos desde Lima, Perú

Oscar P.
2 de abril de 2017 a las 19:45

Profesor, me gustaría hacer una actualización de su post. Posible actualización: hay grupos y personas, en la Iglesia, que trabajan por los pobres. A veces tienen que acarrear con los malentendidos que provoca su compromiso.

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