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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

23
Ene
2020

Domingo de la Palabra de Dios

5 comentarios
librobiblia

Por una iniciativa del Papa Francisco, el próximo domingo toda la Iglesia está invitada a celebrar el “domingo de la Palabra de Dios”. En realidad, el contacto con la Escritura es una tarea permanente de todo cristiano. Por eso, el día dedicado a la Biblia, aclara el Papa, no ha de ser “una vez al año”. Todos los días del año deben ser, para el cristiano, días de encuentro con la Palabra. El “domingo de la Palabra” es un recordatorio de esta necesidad.

Cada uno de los contenidos de la carta del Papa merecerían otra carta. La carta apostólica puede ser una ocasión para que en las parroquias se organicen ciclos de formación o de conferencias sobre los distintos aspectos que el Papa toca brevemente: la necesidad de la Escritura para conocer a Cristo; el valor ecuménico de la Sagrada Escritura; la homilía, que tiene como misión acercar la belleza de Palabra de Dios a los fieles: por eso la homilía no se puede improvisar, ni alargar desmedidamente, ni resultar pedante, ni tocar temas extraños.

Toda la Escritura, y no sólo una parte de ella, habla de Cristo. Y toda ha sido escrita para nuestra salvación. Por tanto, una lectura de la Escritura que no tenga en cuenta esa finalidad, y no digamos que la oscurezca, no es una lectura “cristiana”. Así se comprende que la Escritura es inseparable de la Eucaristía y de todos los sacramentos (también el de la reconciliación, como me dedico a recordar de vez en cuando, porque muchos lo olvidan). No hay sacramento sin Escritura. Eso aparece claro en la doble mesa inseparable de la Eucaristía, la mesa de la Palabra de Dios y la del Cuerpo de Cristo.

Se comprende así la necesidad de buenos lectores. La lectura de la Escritura es un ministerio que no puede confiarse a cualquiera. Y la base mínima de este ministerio es leer bien, con la debida entonación, de forma que los oyentes entiendan lo que se lee. Para eso, el buen lector debe preparar la lectura, casi saberla de memoria y, por supuesto, entender lo que allí se dice. Porque si no lo entiende, no lo proclamará bien.

El Papa, recordando al Vaticano II, hace una serie de interesantes consideraciones sobre la relación entre Palabra de Dios y lenguaje humano, con sus condicionamientos históricos y culturales. Las lecturas fundamentalistas olvidan esos condicionamientos y confunden fidelidad con literalismo. Pero la Escritura tiene capacidad de adaptación a los distintos momentos y de responder a las distintas necesidades del Pueblo de Dios.

Otra interpelación que procede de la Sagrada Escritura se refiere a la caridad. La Palabra de Dios nos señala el amor misericordioso del Padre que pide a sus hijos que vivan en la caridad. La comprensión de la Escritura se manifiesta en el cambio de vida que provoca su escucha. Y, como suele ser habitual en este tipo de documentos, al final hay una alusión a la Virgen María. Ella fue dichosa no tanto porque en ella la Palabra se hizo carne, sino porque supo escuchar la Palabra de Dios y guardarla.

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Rosa María
23 de enero de 2020 a las 17:03

Gracias Padre Martín, por sus explicaciones tan claras, para que lo puedan comprender todos.
Yo aprendo mucho de sus escritos, y me hacen bien. No se canse, gracias.

Mercedes
23 de enero de 2020 a las 17:43

Gracias , fray Martin.
Todo el contenido de su comentario es rigurosamente cierto . Se lo digo por experiencia propia .
También yo , llevo muchos años aprendiendo de sus escritos . Gracias ¡

Juanjo
23 de enero de 2020 a las 18:55

Me ha alegrado y mucho leer el post. Me ha alegrado mucho también leer la carta. Pero me alegra mucho más leer la Palabra de Dios. Eso me conmueve.
Creo que ya lo he comentado en alguna ocasión. Nuestro problema sigue siendo, leer " a trozos" la Palabra, según lo que toque escuchar ese domingo.
Cada vez estoy más convencido que en algún momento cada libro hay que leerlo seguido, " de un tirón" para apreciar y degustar su profundo mensaje. De lo contrario se pierde mucho de su significado. Y si es con buenos comentarios y explicaciones exegéticas mucho mejor.
A mí la Palabra me apasiona. No lo puedo disimular.
Hay quien colecciona monedas, otros botellas, no sé, mil y un cachivaches se pueden coleccionar.
Yo colecciono "Palabra". Colecciono comentarios bíblicos. Es mi pasión.
Más de 10 años estudiando los evangelios y reuniendo comentarios, seleccionando estudios y trabajando cada evangelio y otros libros del NT, me descubren cada día una profundidad de la Palabra que jamás podría haber imaginado con una lectura superficial o una mal preparada homilía.
Me compensa con mucho tanto esfuerzo y dedicación.

Beatriz
26 de enero de 2020 a las 20:18

Señor tu Palabra me da vida y Luz.

Me parece extraordinario que el Papa Francisco nos motive a darnos el tiempo y el lugar para poder realmente conocer La Palabra, que a fin de cuentas es medio para conocer a Jesús, quien es a su vez el Camino para llegar al Padre. Conociendo a Jesús podemos hacer vida su Palabra.

Valero
19 de enero de 2024 a las 09:25

Gracias Martín por tu comentario. La Palabra está en las escrituras y las escrituras, tal dijo san Jerónimo, son Cristo, contienen a Cristo, por eso son sagradas y tienen capacidad transformadora.

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