1
Nov
2006Nov
Dios recuerda mi nombre
8 comentariosQuien entra de visita en un cementerio (palabra griega que significa dormitorio), tiene ante sus ojos lo que perdura en el mundo de quienes un día lo poblaron. Felices o desdichados, notorios en su era o ignorados por todos, de cuanto poseyeron sólo han conservado sus nombres, el único respeto que nos guarda la muerte. Pasan los hombres, pero sobreviven los nombres guardando la memoria.
El creyente sabe que alguien más que los amigos que ha dejado en la tierra recuerda su nombre. Dios mismo se acuerda de él. Y no sólo recuerda mi nombre, sino que me recuerda a mí. Al recordar, Dios realiza en el presente nuevas obras de salvación. Puesto que su recuerdo es creador, al acordarse de mí, Dios me hace partícipe de su eternidad. Gracias a Dios, por puro don, no sólo sobrevive mi nombre. Sobrevivo yo. En Dios encuentro mi cabal identidad y en Dios es posible la vida eterna.
Algunos piensan que, puesto que no hay Dios, no es posible ninguna resurrección de muertos. Piensan, en suma, que la vida procede del barro para volver al barro. No es esto lo que piensa el cristiano: la vida procede de Dios, para volver a Dios. Y procede de Dios, porque sin él no es posible ninguna vida, ningún ser. Sin Dios no habría más que el vacío y la nada más absoluta. La vida, la maravilla de la vida, es la mejor prueba de que Dios existe.
El creyente sabe que alguien más que los amigos que ha dejado en la tierra recuerda su nombre. Dios mismo se acuerda de él. Y no sólo recuerda mi nombre, sino que me recuerda a mí. Al recordar, Dios realiza en el presente nuevas obras de salvación. Puesto que su recuerdo es creador, al acordarse de mí, Dios me hace partícipe de su eternidad. Gracias a Dios, por puro don, no sólo sobrevive mi nombre. Sobrevivo yo. En Dios encuentro mi cabal identidad y en Dios es posible la vida eterna.
Algunos piensan que, puesto que no hay Dios, no es posible ninguna resurrección de muertos. Piensan, en suma, que la vida procede del barro para volver al barro. No es esto lo que piensa el cristiano: la vida procede de Dios, para volver a Dios. Y procede de Dios, porque sin él no es posible ninguna vida, ningún ser. Sin Dios no habría más que el vacío y la nada más absoluta. La vida, la maravilla de la vida, es la mejor prueba de que Dios existe.