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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

8
Feb
2021

Cuidado del enfermo

9 comentarios
florjardinmonforte

El once de febrero, fiesta de la Virgen de Lourdes, se celebra la Jornada Mundial del enfermo. No está mal elegida la fecha, puesto que Lourdes es lugar de peregrinación de muchos enfermos. Es de suponer que van allí buscando consuelo espiritual. Lo más importante que necesita un enfermo es comprensión, cercanía, consuelo, saber que no está solo. Recuerdo a una persona, con una enfermedad crónica, que estuvo en Lourdes, y me contó que cuando se puso a rezar en la gruta no pidió la curación de su enfermedad, sino saber aceptar su realidad con paciencia y buena cara. Seguro que esa oración fue escuchada. En realidad, todas las oraciones son escuchadas, aunque nosotros, a veces, tendemos a pensar que solo se escuchan las que tienen como resultado lo que hemos pedido. Olvidamos que una buena oración no pretende resultados, sólo pretende hacernos conscientes de que somos amigos de Dios.

Eso de las “Jornadas de” (las misiones, la infancia, los derechos humanos, domingo de la Palabra) puede ser un buen recordatorio de tantas necesidades a las que de, una u otra forma, estamos llamados a atender. Pero también pueden ser una triste denuncia de nuestras insolidaridades. Porque la atención al enfermo no es cosa de un día, es cosa de todos los días y de todos los momentos del día. Todos los días son días del enfermo, como todos los días son días para cumplir los derechos humanos o para ser oyentes de la Palabra de Dios.

La enfermedad nos hace conscientes de nuestra propia vulnerabilidad y de la necesidad que tenemos los unos de los otros. La vida es frágil. La enfermedad anticipa la tendencia natural de la vida como camino hacia la muerte. Si alguna fuerza podemos encontrar en la vida es la del amor. Cuando dos soledades se abren la una a la otra, desaparece la soledad. Cuando damos la mano a una persona débil, le transmitimos nuevas fuerzas. Cuando nos amamos, pasamos de la muerte a la vida, como dice la primera carta de Juan (3,14). Quizás no podemos curar al enfermo, pero podemos entrar en la soledad que le hace sufrir, y solidarizarnos con su sufrimiento.

Los enfermos son la prueba evidente de la debilidad de la vida. Si los cuidamos y respetamos manifestamos que estamos a favor de la vida. Y si somos creyentes, podemos ver en ellos el rostro de Cristo. Una sociedad que no respeta ni cuida al enfermo, al anciano o al débil es una sociedad donde impera la violencia, una sociedad egoísta, y el egoísmo es siempre una opción contra la vida.

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Un amigo
8 de febrero de 2021 a las 18:43

Y yo creo, que tan importante como la atención, y el apoyo al enfermo, es el familiar próximo al enfermo.
Muchas veces el más allegado, sufre quizá tanto como como él, y necesita del mismo consuelo, comprensión y apoyo. Necesita manifestar su angustia, también su esperanza, y saber que otro comparte si dolor.

Hna. Maria Elena
9 de febrero de 2021 a las 02:54

Gracias padre Gilbert, por iluminar mi caminar con los enfermos.

Mat
9 de febrero de 2021 a las 15:50

La enfermedad llega para aliviar nuestras debilidades Espirituales llega para que conozcamos la esperanza y crezca nuestra Fe llega para acercarnos aún mas a Dios y acurrucarnos en su Amor
También llega para aprender a ser i intersesores en oracion por nuestros hermanos y darnos cuenta de que nos amamos más de lo que creiamos.

Julia Asensio
9 de febrero de 2021 a las 18:44

Soy enfermera, por pura vocación.
Inmensamente agradecida a tod@s aquell@s pacientes con los que he tenido la suerte de compartir:sufrimiento y esperanza... dolores y “bienestar”...miedos y confianza....me han enseñado tanto!!!!!.....
Humanizar cada pequeño gesto en el proceso de cuidar...es fundamental para favorecer una actitud positiva en el paciente, garantía en gran medida del éxito:Doy FE!.
¡Qué seamos capaces de humanizar los cuidados a tod@s aquell@s que Dios pone en nuestro camino! y junto a la ciencia que es necesaria,colaboremos en gran medida a ser terapia y medicina con nuestra presencia y acompañamiento.Ánimo?

Rut
10 de febrero de 2021 a las 10:32

En la enfermedad se manifiesta nuestra vulnerabilidad, el enfermo experimenta su pobreza y ¡ cómo agradece cualquier gesto de cercanía y humanidad ! Por eso me encanta la curacion de la suegra de Pedro...es una lección para todos los sanitarios y no sanitarios. Gracias.

Hormias
10 de febrero de 2021 a las 21:11

Mañana virgen de Lourdes. Recemos por todos los enfermos

Antonio López Sernández
9 de febrero de 2022 a las 13:53

Bellísima reflexión. La enfermedad, apoyada por la fe y el amor, cobra un sentido de esperanza, ilusión, sentido del dolor, y unión con el Dios del Amor y de la Vida. Gracias, P. Gelabert por estas palabras sobre el enfermo, aplicables, tarde o temprano, a todos.

Mildred Alemán.
10 de febrero de 2022 a las 19:49

El cuidado al enfermo, incluye sobe todo, el respeto a su dignidad, por lo tanto, la atención, implica que, el cuidado, el acompañamiento, la escucha, etc., deben brindarse tomando en cuenta su ser persona. Y aunque la enfermedad, la hace vulnerable, la acerca a Dios.

Valero
9 de febrero de 2024 a las 08:50

Orar por otros y por uno mismo es ponerlos y ponerse en manos del Padre, el Dios bueno que siempre provee para bien, aunque a veces parezca que no es así.

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