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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

16
May
2020

Aviso profético del Concilio Vaticano II

5 comentarios
arbolsolitario

En las actas del concilio Vaticano II hay una doctrina riquísima, probablemente desconocida, sobre Dios, la revelación, la Iglesia y el ser humano. Seguramente a muchos lectores, eso del Concilio les suena a algo pasado. Pero este pasado supuso un cambio importante en la vida de la Iglesia, del que hoy seguimos viviendo. Pese a quién pese, no es posible dar marcha atrás. Si eso fuera posible, la marcha atrás sería un mal paso. Los buenos pasos siempre se dan hacia adelante.

Dejo eso. Entre otras muchas “perlas” que se encuentran en el número 43 de la Gaudium et Spes, una parece profética: “sabe la Iglesia que hoy es mucha la distancia que se da entre el mensaje que ella anuncia y la fragilidad humana de los mensajeros a quienes está confiado el Evangelio. Dejando a un lado el juicio de la historia sobre estas deficiencias, debemos, sin embargo, tener conciencia de ellas y combatirlas con máxima energía para que no dañen a la difusión del Evangelio”.

Se me ocurren dos comentarios: hoy ya no es posible “dejar a un lado el juicio de la historia”. Ni el de la historia ni el de nuestros contemporáneos. Por eso cobra todo su valor la necesidad de combatir esas deficiencias (ya sé que “deficiencias” es un lenguaje suave), en primer lugar, porque, en ocasiones, hay personas afectadas y perjudicadas; y luego, porque en el caso de la Iglesia (al contrario de lo que ocurre en otras instituciones), las culpas individuales dañan a la institución; peor aún, dañan a la difusión del Evangelio.

No está mal empleada la palabra “difusión”. Las deficiencias duelen a los que ya han acogido el Evangelio, pero si lo han acogido bien, los pecados de la Iglesia y de los cristianos no son motivo para abandonarlo. En este sentido esos pecados también les dañan en forma de dolor. Pero el daño que se hace a quienes todavía no han acogido el Evangelio es de otro nivel, es un daño que se convierte en obstáculo para la acogida. ¿Cómo contrarrestar este daño a la difusión del Evangelio? Con el testimonio valiente, convencido, convincente de aquellos cristianos que han recibido y acogido el Evangelio. Testimonio que implica la ayuda de esos cristianos a los perjudicados y la condena de los delitos cometidos. Condena que no tiene que estar exenta de llamadas a la conversión y al arrepentimiento.

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Vicente
16 de mayo de 2020 a las 10:56

combatirlas con máxima energía.

Un amigo
16 de mayo de 2020 a las 11:24

¿Qué podrá separarnos del amor Dios?, ¿Un mal predicador, un frágil mensajero?

Vicente
16 de mayo de 2020 a las 13:10

si decimos una cosa y hacemos la contraria nos engañamos a nosotros mismos y a los demás.

Mercedes
17 de mayo de 2020 a las 21:00

Nada podrá separarnos del amor de Dios . A lo sumo , como dice fray Martin , nos podrá producir dolor y decepción pero nunca, nunca ,apartarnos de Dios .

Hormias
18 de mayo de 2020 a las 15:51

Nunca debemos apartarnos de dios aunque lo material nos vaya mal

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